Dulce Cuento Princesa

Capitulo 4- El Come Libros

Narracion°

Alysa se apoyó contra la ventana, el sol se ocultaba tras las montañas, poco a poco la ciudad se llenaba de luces.

La puerta se abre, la pequeña cabeza de un niño se asoma.

-Hermana...- Alysa levanto la mirada.

-Pequeño Príncipe...- el corrió donde Alysa abrazándola, ella lo sostuvo mientras sus lágrimas mojaban su cuello.

Alysa trato sus raspones y puso medicina en sus heridas, con ayuda de las sirvientas preparo al príncipe para dormir.

Alysa vendaba las manos del joven príncipe.

-Me cuentas un cuento hermana- pidio el príncipe.

-Te contaré de " Él Come Libros"

Alysa termino de vendar las manos.

-Érase una vez...

 

En las lejanas tierras, existe un páramo, una tierra desierta de manto dorado donde varios viajeros se perdieron, crédulos de las advertencias de los pobladores.

En busca del oasis y la tierra de hombres sabios de amplio conocimiento.

Los hombres del reino vecino buscaban a los sabios.

La Reina enfermo de un mal desconocido, y los únicos que podían ayudarla eran los sabios del desierto.

El Comandante encargado de tal misión emprendió su viaje, pero donde mirara solo veía la desierta y desolada tierra.

En la noche, junto a la hoguera, se oyeron pasos.

-Me permite sentarme junto a la hoguera, nobles hombres- era la voz juvenil de un muchacho sucio y de cabello desordenado.

El Comandante no vio que era una amenaza y permitió al joven viajero sentarse junto a la hoguera.

El pesado equipaje calló junto al joven, viendo los ojos curiosos de los caballeros.

El joven abrió la bolsa, llena de libros.

Se le entregó un plato de comida al hambriento joven, los caballeros miraban los libros con un idioma extraño en ellos.

-¿Buscan a los sabios?- pregunto el joven.

-Si

-Oh- exclamo el joven.

-Nuestra Reina cayó enferma por un mal, y los médicos reales no pueden hacer nada, la única forma de saber que tiene son con los sabios.

-Si me entregan sus libros que llevan encima, les indicaré el camino que deben tomar.

Los guerreros estaban confusos.

-Si nos llevas donde los sabios, te entregaremos todos los libros disponibles del reino.

-No, no, deben ser libros que signifiquen mucho, por eso los trajeron hasta aquí, ¿verdad?

Los caballeros quedaron callados.

Tras una noche, aceptaron las condiciones del joven, que los llevo a la cima de una colina de arena.

Señalo con el dedo.

-Y si se pierden, vea la primera estrella brillante del cielo, y siga esa dirección.

El joven se alejó, y los caballeros continuaron con su viaje.

En unos días encontraron una caravana, habían llegado donde los Sabios, Regresaron a su reino, y la Reina fue curada.

El sabio que curo a la Reina pidió el libro más preciado de los reyes como pago.

Fue escoltado hasta el borde del desierto.

-¿Porque la recompensa es el ‘libro más preciado’?- pregunto el Comandante.

El sabio miró a los caballeros.

-Somos come libros, no solo tenemos hambre de conocimientos, también tenemos hambre de sentimientos plasmados en los libros.

Una ventisca repentina hizo que los caballeros cerraran los ojos.

Cuando esta paso, el sabio había desaparecido.

 

El pequeño príncipe dormía, Alysa acaricio su cabello.

La puerta es tocada, al abrirla estaba Sir Ezio.

-Princesa, yo...

-Sé que pronto se comprometerá Sir Ezio, felicidades, siento no poder participar de la celebración.

-Princesa…

-El joven príncipe Cyril está durmiendo- Alysa miro a Sir Ezio- que descanse

Cerro la puerta.

Alysa se sentó frente a la gran ventana, mirando al cielo estrellado y las luces tenues de la ciudad.

 

 

 

GRACIAS POR LEER

NOS VEMOS PRONTO




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