Dulce inocencia #2

Capítulo 2. Nueva acompañante

James:

Aunque la mitad de la secundaria sabe de la existencia de los licántropos, vampiros y otros seres sobrenaturales, una gran parte de los individuos piensan que eso está solamente para historias de fantasía. Esa forma de pensar irrita, frustra y descoloca.

Hace ya un tiempo nuestros padres nos habían explicado que al crecer la gente nos mostraría cierto respeto y obediencia por el hecho de poseer sangre de alfa, además de que por mi parte sería el líder de la manada (cosa que no va a suceder) y Amy la segunda al mando. Si me llegara a suceder una desgracia ella tomaría mi lugar. Al punto que deseo llegar es que, un porcentaje del gentío que nos rodea nos mira con extrañeza y confusión, aparte, no falta algún idiota que quiera pasársela de listo y avergonzarnos frente a los demás.

Con esto último me refiero a Brayden, un sujeto que desconoce por completo lo que podemos hacerle si sigue con sus estupideces. Comparte nuestro año y sección, es como el cabecilla de un grupo de hombres que son los encargados de sabotear las clases he intentar pasársela de listo con las chicas, en específico, mi hermana.

Al inicio, cuando comenzó nuestro penúltimo año en este plantel, él se intrigó por el inusitado comportamiento de los demás hacia nosotros, ya que al ser jóvenes queda cabizbajos al atisbarnos. Prontamente, fue molestándose al no recibir la misma atención, interés que nosotros no pedíamos y que, a mi parecer, estorbaba. Así que, actualmente, luego de adquirir cierto dominio en los estudiantes que ignoraban el hecho de lo que somos, prosiguió a colmarnos la paciencia.

Solo espero que no se cruce en mi camino un día en los que esté con el furor y aquella ansiedad elevada, porque, en ese instante ni su cuadrilla podrá ampararlo.

Brayden me observa de reojo al pasar por uno de los pasillos de la instalación y se de sobra, que escanea de arriba hacia abajo a Amy quien decidió usar un short de mezclilla color negro.

Papá ya se cansó de batallar con ella con respecto a su vestimenta, sobretodo reprochándole que esa prenda es demasiado corta y provocadora a la vista de cualquier público. Recuerdo como mamá estaba entre los dos bandos, dándole la razón a su esposo y a la vez diciéndole a su hija que no usara unos tan pequeños porque puede haber cualquier depravado acechándola. De mi parte, me da tan igual ya que ella sabe lo que hace y aunque su cara sea angelical cuando sonría, sabe partirle la madre a quien se le acerque con malas intenciones.

— ¿Ves? lo que te dije temprano —habla en mi oído, en un tono tan mínimo que solo yo puedo oírlo.

Frunzo el ceño y observo lo que me indica con su dedo índice. Ruedo los ojos cuando veo que se refiera a un pequeño grupo de mujeres que yacen en una esquina, divisándome con intensidad y riéndose ridículamente. No le respondo y solo la ojeo con severidad. Ella se encoje de hombros y se carcajea.

—ella es la que te dije que se hizo pasar por mi "amiguita" cuando solo esperaba una oportunidad para saltar sobre ti. Es la rubia de ojos grises.

— ¿ahm?

—La que parece un gato, Savannah. —Elevo la comisura derecha de mi boca al escuchar el término que le dio a una de las chicas del grupo.

— ¿esa no es la hija de Rebecca? —cuestiono en un susurro al pasar alrededor de ellas y tener ya unos cuantos metros de distancia. Sé que ella es una de nosotros, es obvio después de conocer a su madre y ver el color de su iris.

—la que en aquel entonces quería tirarse a papá. —Hace una mueca de asco. Niego lentamente al oír su tono tan despectivo.

—Y que en un punto le salvó la vida a mamá —replico. Coloca su mano derecha en mi hombro izquierdo y me pellizca con sus dedos.

—no entiendo como siempre tienes una cara de culo pero eres tan considerado con los demás.

—Solo digo la verdad —respondo, inhalando profundo porque sé que tendré que escucharla todo lo que resta del día.

Elaine llega hacia nosotros, arreglándose una coleta alta y desordenada. Da conmigo y sus ojos de cierta manera se iluminan. Frunzo el ceño y hago una mueca que no pasa desapercibida.

—Pensé que no llegaría ni a la segunda clase —anuncia tras suspirar. Amy se aleja de mí para darle un beso en su mejilla.

—nosotros estábamos pensando no asistir, pero ya sabes cómo es Axell. —Se encoge de hombros y vuelve a su lugar, apoyando un costado de su cuerpo en uno de los casilleros azulados.

—Estas pasada de vaga, no sé cómo sales bien en las notas —rezonga —dame el truco porque mierda...

Amy suelta una risotada y pasa un mechón de cabello por detrás de su oreja derecha.

—James es un genio, cuando no entiendo algo él me explica. —Intento pasar por su lado para dirigirme al salón pero ella agarra mi camiseta y me detiene —espérame.

Maldición...

Elaine ve la hora en su teléfono y parece frustrarse.

—Tengo que irme —informa y empieza a caminar hasta que parece acordarse de algo y se detiene a mi lado —por cierto, Aiden me comentó que cuando saliera de la universidad te esperaría en su casa. —Dicho eso, se aleja con apuro.




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