Dulce inocencia #2

Capítulo 15. Escondiendo su secreto

James:

Sé que Axell vendrá pronto, estoy totalmente seguro de que lo hará después de que ayer por la noche Brianna me comentara que él la había pillado en mi hogar. Cierro mis parpados con mero estrés. Me cansé de advertirle a la pelinegra que no puede dejarse ver por mis padres y mucho menos puede hacerle entender a la gente que nos rodea la clase de relación que poseemos. Sé que al inicio de nuestro acercamiento me estaba arriesgando; sin embargo, decidí hacerle caso omiso a los avisos y me dejé llevar.

Brianna, aquella chica que aparenta ser inocente, es la hija única del líder del clan de vampiros que deambula por los alrededores de la manada. Agregándole la cereza al pastel, Leonard Stewart, su padre, es el cabecilla del grupo nombrado. Últimamente hemos tenido inconvenientes con ellos, problemas que con el paso de las semanas se van agigantando hasta el punto de saber que en cualquier momento esa bomba retenida puede estallar. Stewart le desconcierta que un hombre hibrido gobierne una manada de hombres lobos, un grupo de licántropos que tiene una potencia impresionante. Él quiere el puesto de mi padre, desea reinar este terreno porque según sus pensamientos, si un hibrido puede hacerlo, él que es vampiro también.

Es estúpido que quieran dejarlo todo por un puesto pero así suceden las cosas cuando perteneces a una de las manadas más fuertes y grandes del país.

Me siento correctamente cuando escucho los pasos de Axell aproximarse. Paso mi mano derecha por mi nuca e inhalo profundamente al ver como abre la puerta principal y cierra al adentrarse a la estancia. Lo observo y asiento ante la sonrisa que me demuestra. Camina hasta sentarse en el mueble de dos piezas ubicado delante de mí.

— ¿Cómo te sientes? —cuestiona, poniéndose cómodo.

—Bien —me limito a contestar.

—Robert está preso pero, quiero hablar contigo acerca del tiempo que estará ahí, ¿Qué opinas al respecto? —Alza las cejas y me observa con fijeza, escaneando cada una de mis expresiones faciales —serás el futuro líder de esta manada. —Tenso la mandíbula —tienes que aprender a tomar decisiones correctas ante estos inconvenientes. —Suspira —para ello tienes que tener en cuenta lo que Robert cometió con certeza. —Alza sus hombros —obviamente estará un tiempo ahí por el simple hecho de mantener prisionero a una persona, sobre todo a ti, mi hijo y próximo alfa. —Hace una pausa para divisar minuciosamente su alrededor —pero, ¿te lastimó? ¿Qué te hizo? Depende de tus respuestas, las consecuencias son más graves para él.

—apenas entré a su casa, me sedó y estuve inconsciente por dos días —explico con calma —al despertar me di cuenta que me había realizado unos exámenes de sangre, porque al revisar los resultados se dio cuenta que soy hibrido —manifiesto con disgusto —me estaba probando, estaba experimentando conmigo, quería ver como reaccionaba a diversos aspectos porque en una ocasión entró a la celda y guindó una bolsa de sangre en la pared, el material tenía un agujero y a través del orificio caía el líquido al piso, enloqueciéndome por el tiempo que tenía sin consumir. Luego salió de la habitación y me vigilaba por una cámara que yacía en la celda.

— ¿bebiste de aquella bolsa? —pregunta con intriga.

—no, cuando iba a hacerlo Evelyn me lo impidió.

— ¿por qué?

—Me dijo que era probable que la sangre tuviera una sustancia que ocasionaría mi debilitamiento —respondo, levantándome y dirigiéndome a la cocina.

—ayer dijiste que si habías tomado sangre, ¿Cómo lo hiciste si no fue gracias a esa bolsa? —Se acerca hacia la isla y se sienta en uno de los bancos, manteniendo su mirada en mí.

Lo diviso de reojo antes de tomar un vaso de vidrio y sacar de la nevera una bolsa de sangre. En realidad no tengo la necesidad de consumirla ya que la rubia saturó mi hambre insaciable, simplemente lo hago por manía.

—Bebí de ella —contesto, observando como su rostro queda sorprendido —me lo permitió. —Abro un agujero a la bolsa y lleno el vaso con el líquido rojizo.

— ¿pudiste controlarte? ¿Qué te pareció?

—es lo mejor que pude haber probado —digo con sinceridad, después de todo él sabe que es mi compañera por lo que es lógico que todo lo que venga de ella tenga un efecto alucinante para mí —fue difícil detenerme, realmente.

—pocas veces he probado la sangre de tu madre y lo que siento al hacerlo es indescriptible. Tu porcentaje de vampiro es más alto que el mío, así que lo que sentiste en aquel momento tuvo que ser de otro planeta. —Asiento al escucharlo, pasando mi dedo índice por el borde del vaso —James, tienes que saber que es imposible mantenerte alejado de ella. Con el tiempo, aunque seas vampiro la sentirás como tuya —avisa —te lo digo de antemano —dice con seriedad, luego piensa en algo que lo hace carcajear — ¿Cómo harás cuando estés en tu primera época del celo? —Continua riéndose —la cual vendrá muy pronto. No podrás retener todo lo que sentirás.




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