Dulce inocencia #2

Capítulo 31. Tú vitalidad en mis manos

#NoALosLectoresFantasmas.

James:

He perdido la noción del tiempo. Ando sumido en mis pensamientos y lo único que me hace estar presente es el sonido de los constantes sollozos de mi hermana. Llora con culpabilidad, con un nivel de remordimiento impresionante que ocasiona que sienta parte de su dolor en mi pecho. Está cabizbaja, apoyándose en mí para no derrumbarse. Sé que le duele. Es un martirio para ella analizar y caer en cuenta que acabó con la vida de una persona solo para aplacar el deseo de hambre.

Cuando me lo dijo hace minutos me sorprendí, ¿y cómo no hacerlo si es mi hermana de quien hablamos, la persona más comprensiva que he conocido?

—esto no me ha dejado dormir, siento un remordimiento constante en mi pecho. Siquiera logro entender por qué me convertí en esto a estas alturas de mi vida —musita, luego de inhalar fuertemente para intentar calmarse. Se aleja un poco de mí y me observa directamente a los ojos —no logro controlarme, no puedo ser consciente de lo que hago cuando me convierto en eso... —Baja la cabeza y trago saliva porque me disgusta de sobremanera verla con los ojos rojizos a causa del llanto.

— ¿Cuándo lograste convertirte? —cuestiona en un tono bajo.

Amy suspira y alza su cabeza para atisbarme.

—desde hace semanas he tenido la curiosidad de como sabe la sangre que consumes, cada vez que te veía alimentarte de una bolsa mis papilas gustativas cosquilleaban y el día que te pedí para darle un sorbo, me encantó. —Hace una mueca —ahí comenzó todo, comenzaba a buscar algunas bolsas de sangre y guardarlas en mi habitación, cuando me daban ganas, tomaba un poco. Comprendí que algo estaba sucediendo pero me tranquilicé porque sé que el ADN vampírico que está en mi cuerpo no es ni la mitad del que tú tienes.

Eleva sus manos para limpiarse algunas lágrimas que se deslizan por sus mejillas.

— ¿no te cambiaban el color de los ojos ni te crecían los colmillos? —cuestiono curioso.

—no, en ese particular todo estaba normal.

— ¿entonces cuando...

—he estado demasiado estresada, siento una carga inmensa encima. —Sus ojos se llenan de lágrimas —la persona que me lastimó con una flecha continúa molestándome, enviándome mensajes que realmente no entiendo. —Me tenso al oírla —estoy harta de esconder que mi compañero es Jacob y que lo amo. Fue horrible cuando cedí por primera vez ante la época del celo y nuestros padres lo descubrieron, desde ese día papá me ha estado diciendo que considere la opción de unirme a Benjamin simplemente como una careta para unir a las dos manadas y estar más fuertes ante la llegada de una batalla, me ha hablado tanto sobre eso que lo estoy considerando.

>>hace poco, me sentí tan colapsada por lo que siento que sucedió, me crecieron los colmillos y el color de mis ojos cambiaron. Me dolió. Fue horrible porque al mismo tiempo sentía como iba dejando de ser yo para darle paso a otra persona. Esa noche no pude evitar salir en la madrugada, parecía una desquiciada, mi garganta quemaba y sabía lo que buscaba. No entiendo como apareció una chica rubia en mi camino a esa hora pero no pude controlarme y justo cuando volví a ser consciente de lo que hacía, ya estaba muerta. Decidí esconderla lejos de la manada, la enterré y ahora resulta que la encontraron cerca de tu casa.

Esto es tan extraño que me hace pensar que todo este embrollo fue provocado.

—pareciera que alguien puso a esa chica ahí para que te la encontraras, ¿ese día no te sentiste observada? —Interrogo, frunciendo el ceño porque voy uniendo cabos y esto no me parece agradable — ¿estas segura que solo la mordiste a ella?

—claro que solo hice ese daño una vez. —Me reprocha con su mirada —desde ese día no puedo dormir bien. —Hace una mueca lastimera —y con respecto a la primera pregunta, yo no me... —Su oración queda en el aire cuando piensa mejor la pregunta — ¡mierda! ¡Si! —Chilla, luciendo aterrada —recuerdo que comencé a sentirme estallar porque Axell ni Elena estaban y quería dormir y la sensación de sentirme vigilada me estaba angustiando.

— ¿Por qué no me llamaste? —pregunto, molestándome el hecho de que no me notifique cuando se encuentra en problemas.

—porque cuando salí a revisar afuera de la casa, no había alguien cerca.

—alguien puso a esa chica junto a otra rubia cerca de mi casa cuando Axell y Chase estaban marcando territorio. Yo estaba esperando a que Evelyn saliera del trabajo para acompañarla a su casa y no pude hacerlo porque mi padre me llamó para que fuera hacia donde estaban con rapidez. Todo fue como una distracción porque resulta que mientras hablaba con ellos, a Evelyn le querían hacer daño.

—dios mío... —susurra atónita.

— ¿Qué te escribe la persona que te molesta? —cuestiono con desazón.

Amy rebusca su teléfono sobre la cómoda y al hallarlo se encarga de buscar los mensajes para mostrármelos.

'La amaba y me la arrebataron'.




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