Dulce inocencia #2

Capítulo 33. ¿Feliz? cumpleaños

 

Evelyn:

Termino de tender la cama y prosigo a sentarme sobre ella, cansada, sudorosa y sintiendo el mal olor que emana de mi cuerpo por pasar horas limpiando desde que desperté, en mi cumpleaños. Me siento sin aliento pero sonrío porque veré a mis padres en la usual cena que realizan en este día, llegó el momento en el que podré estar con ellos aunque solo sean unas cuantas horas antes de que se vayan de nuevo. Sé que sus tratos no son los mejores pero en fin y al cabo son mi familia...

Mis ojos se empañan y siento como mi corazón se oprime, haciéndome sentir achicada por los feos sentimientos que no paro de recibir. Observo mis manos y las encuentro temblorosas, haciéndome entender que no haber comido por todo lo que va de día me está pasando factura.

Sé que a ellos les gusta la limpieza y la pulcritud, es por esa razón que me levanté a las cinco de la mañana para que esta casa brille. La última vez que vinieron el abuelo había hecho un desastre luego de que me esmeré limpiando y todo fue espantoso cuando mis padres la observaron. Me hicieron sentir horrible e inútil, es por ello que esta vez me esforcé más de lo necesario.

Continúo observando mis manos y al bajar un poco la mirada, doy con los dos pequeños puntos que aparecen en una de mis muñecas. Las lágrimas que retenía salen y me sobrecojo, me lleno de tristeza. La sensación de soledad que siento en este instante me sobrepasa y es por ello que no puedo aguantar un sollozo. Mi pecho vibra mientras lloro y es que honestamente no me encuentro en mis cabales.

Este día lo había visualizado hace tiempo y había pensado que hoy todo sería espectacular. Estaría en la compañía de James desde temprano para desaparecer esta sensación de vacío que usualmente percibo y mis amigos vendrían a felicitarme, a pasar el rato conmigo y hacerme reír como siempre hacen; no obstante, no he recibido ni un feliz cumpleaños por mensaje de sus partes, siquiera de él, de quien tiene mi corazón desde hace tantos años.

Me duele, me hiere no verlo aquí, conmigo, y es que pensé que por lo menos le importaba lo suficiente para que no rompiera su promesa y viniera. No lo he visto desde hace tres días, no ha ido a la universidad y tampoco me lo he topado en la calle mientras hago las compras. Ha desaparecido por completo y eso sucede desde que terminó la época del celo.

Caigo de espaldas sobre la cómoda y me aovillo, sin dejar de llenarme de ansiedad, de dudas, de pensar que todo lo que hice para entregarme a él no valió la pena. Pasó como lo había predicho, me trataba dulcemente mientras la afamada época estaba pero ahora, ni da la cara. Muerdo mi labio inferior y me obligo a calmarme, a respirar profundo y mantener la compostura; sin embargo, es difícil, es duro para mi apartar lo que siento porque lo mío si es real.

La puerta de la casa se abre y de un brinco me siento, asustada porque no me esperaba alguna visita. Paso la palma de mis manos por mi rostro para limpiar las lágrimas y nerviosa, dejo salir un suspiro. Coloco mis manos sobre mis piernas y en menos de tres segundos veo a Amy en el marco de la puerta de mi habitación.

Ella me analiza y posteriormente, hace una mueca con pesar. Mi corazón comienza a bombear con rapidez porque no he olvidado lo que sucedió la última vez que la vi, vuelta un vampiro, sedienta de sangre, sin pensar en que podía matarme si llegaba a mí. Mi piel se eriza por el temor y mi amiga lo nota con rapidez.

—Ay, pequeña Evelyn —musita entristecida, acercándose cautelosamente a mí para no asustarme. Se sienta a mi lado y no deja de observarme, lo que noto de reojo —feliz cumpleaños —dice, haciendo que voltee hacia ella —feliz cumpleaños a la persona más dulce, comprensiva y empática que he conocido. Nadie te merece, tu corazón es tan grande y hermoso que opaca al de los demás. —Sus ojos se cristalizan —eres una guerrera, solo mírate. —Sonríe —mira todo lo que puedes hacer para valerte por ti sola, ¿Quién en la universidad trabaja hasta la madrugada luego de clases y sigue su vida como eso no fuera un obstáculo?

Sonrío sin mostrar mis dientes, sintiendo una clase de felicidad instalarse en mi pecho tras escucharla. La aflicción que sentía comienza a evaporarse y eso me llena de ánimo.

—Gracias —respondo, soltando una risilla —pero no soy perfecta, Amy.

Ella abre los ojos más de lo normal, pareciendo indignada por lo que dije.

— ¡maldición! Pero eso parece. —Ríe pero esa risa va apagándose —también vine para pedirte que me perdones, si es que no es muy tarde para hacerlo. —Queda cabizbaja —me avergüenza haber tardado tantos días sin disculparme pero, me sentía tan mal por lo que había hecho que pensé que no querías ni verme la cara. Discúlpame, perdí el control, ni yo sabía lo que hacía. —Vuelve a divisarme y veo tanta sinceridad en su mirada que asiento —gracias a dios James estuvo ahí, no quiero ni imaginarme lo que hubiese pasado si....

—Pero no pasó —la interrumpo para que deje de culparse —y estoy bien, sé que tú no hubieses querido hacerme daño.

De un momento a otro Amy se aproxima a mí y me rodea con sus brazos, abrazándome. Le respondo el gesto y sonrío para mis adentros.

— ¿ves? Eres demasiado buena para ser real.

—Sí y ese es mi defecto —musito.

Se aleja de mí cuidadosamente y me observa con el ceño fruncido.

— ¿a qué te refieres?

—al ser así la gente pasa sobre mi todo el tiempo. —Hago una mueca con mis labios —aunque siento que ya debería acostumbrarme, me ha pasado desde que soy pequeña.

—Evelyn, tu puedes cambiar eso, eso queda en tus manos.

Lo sé, me lo han dicho pero cuando alguien me ofrece algo de cariño yo caigo con los ojos vendados porque eso no sucede todo el tiempo. Me siento tan minimizada, tan insuficiente y sin valor que presiento que al hacerme escuchar, todos se burlaran o me quedaré sola. Es horrible mirarme al espejo y no poder durar ni diez minutos viendo mi reflejo porque lo que demuestra me asquea.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.