Chicas, este capítulo es algo así como +18 así que si no les gusta leer este tipo de cosas pueden saltárselo y no pasará nada, solo les aconsejo que lean el final jijiji.
James:
Mi mente despega hacia el cielo cuando siento sus carnosos labios posarse sobre los míos. Jadeo porque me esperaba cualquier otra reacción pero esta me ha tomado de sorpresa. Sus movimientos son tan demandantes, tan crudos y lascivos que se me es imposible no sentirme alterado. Dejo que ella lleve el control, no intento dominar el beso que se desenvuelve y es gracias a eso que disfruto más de lo que siempre lo hago.
Sus manos acunan mi rostro y me acercan más hacia ella. La rubia jadea y al alejarse unos centímetros de mi rostro para respirar, se ríe mientras me divisa con sus ojos destellando. Sus mejillas yacen totalmente sonrojadas y su respiración esta vuelta un desastre, igual que la mía. Me atisba con tanta dulzura y cariño que aquel cosquilleo en mi pecho se incrementa desmedidamente. Procede a acariciar mis pómulos con sus pulgares y eso provoca que mi piel se erice, ella se da cuenta de eso y sonríe con vileza; sabe perfectamente lo que su tacto causa en mi cuerpo y le gusta, siente poderío al hacerlo.
Evelyn aproxima su rostro para juntar nuestros labios pero justo cuando faltan milímetros para lograrlo, se detiene y solo los roza, lo que ocasiona que mi boca hormiguee y me desespere. Tomo su cintura y la alzo para que se siente a horcajadas sobre mi vientre, sobre mi muy despierto amigo. Ella se sorprende al sentirme pero en cuestión de segundos se adapta y se remueve sobre mí, con su vista puesta con fijeza en mis ojos, enloqueciéndome. Muerdo mi labio inferior y aprieto su cintura con cierta rudeza cuando vuelve a realizar su jueguecillo.
La rubia se ríe y sus enrojecidos ojos se achican. Voy a quejarme pero me interrumpe, plasmando su boca sobre la mía. Mis parpados se cierran inconscientemente por lo bien que esto se siente, por lo maravilloso que es desahogarme y besarla luego de días sin hacerlo. Mi compañera continúa besándome con intensidad, desenfreno, pasando sus manos hacia mi nuca para acercarme más a ella como si eso fuera posible. Me atrevo a deslizar la punta de mi lengua por su labio inferior para posteriormente, introducirla en su cavidad bucal y gruñir por lo fascinado que estoy.
Gime y se apoya en sus rodillas para alzarse un poco, transformando el beso en uno más profundo. Deslizo mis manos de su cintura hacia su trasero y lo aprieto, encantándome el hecho de palparlo como quería hacerlo en mis sueños. La rubia vuelve a sentarse sobre mí y mueve sus manos hacia mis hombros, acariciándolos para luego descender y tocar mi pecho.
Sé que está algo ebria y que gracias a ello siente menos vergüenza al desenvolverse en esto pero no tengo la fuerza de voluntad para alejarla, no cuando estoy lo suficientemente embriagado para no saber con claridad lo que realizo. Solo me dejo llevar por lo que siento, por lo increíble y correcto que se siente estar con ella en este momento.
Percibir la piel de su abdomen con el mío sin telas que se interpongan es placentero pero sentir la palma de sus manos deslizarse por ese lugar me cautiva, me enciende totalmente. La rubia vuelve a removerse sobre mí y siento que detono porque no aguanto, no puedo resistir todo lo que me ocasiona.
No puedo oler aquel asombroso aroma que percibía hace días pero de igual manera, ella tiene una esencia en particular que me deleita y me hace sentir caer. A mi olfato llega el olor de su humedad y eso me hace jadear levemente, me puedo imaginar lo que quiere, lo que desea que haga con ella y de solo imaginarlo me hace perder la cabeza.
Estoy a punto de colocarla debajo de mí pero ella me detiene, alejándose de mí. La observo curioso, con la respiración agitada y levemente transpirado. Ella procura tomar una inhalación entrecortada mientras me divisa con excitación. Deslizo mis manos hacia sus muslos y la acaricio para que se relaje.
—Yo quiero… —inicia su hablar pero se detiene cuando su mirada cae a mi boca y su respiración se altera más. Repentinamente, posa sus labios sobre los míos y toma mi labio inferior para morderlo y halarlo hacia ella, chupándolo en el proceso. Quedo atónito, sintiendo fuego recorrer por mis venas porque mientras lo hacía, nunca dejaba de escudriñarme. Ahora sí, se aleja y divisa mis ojos con picardía —leí algo y quisiera… —Se avergüenza y me fastidia porque estoy intrigado.
—Evelyn… —Coloco mi mano derecha en su quijada y con mi dedo pulgar acaricio su barbilla —no hagas de este tema un tabú —aclaro —si quieres hacer o intentar algo puedes decírmelo en confianza —le hago entender —de igual manera, si hago algo y no te gusta estas en todo el derecho de decírmelo —hablo con la voz ronca, por poco le hago entender lo que le dije.
Ella se mantiene en silencio mientras siente mi pulgar acariciar su labio inferior y luego deslizarse por toda su boca. Me imagino tantas cosas en este momento que carraspeo adoloridamente al sentir como el pantalón aprisiona mi miembro.
— ¿Qué leíste? —le cuestiono, con demasiada curiosidad. Se sobresalta al oírme y la pillo. Sonrío y prosigo a reírme, incrédulo. Evelyn no es la chica tan inocente que pensaba que era — ¿te gusta leer escenas eróticas en el teléfono? —Suelto una carcajada al ver como da un respingo y abre sus ojos más de lo normal.
Vuelve a sonrojarse y se acobarda, se apena.
—hey, está bien —me apresuro en decir —no está mal. —Sonrío y por un instante se me distorsiona la imagen. Parpadeo rápidamente para recuperar la normalidad en mi visión — ¿Qué quieres intentar?
—uhm… —Desvía su mirada y se encarga de divisar sus manos las cuales están dejando trazos en mi abdomen. Frunzo el ceño cuando escucho varias carcajadas de los que están en la sala de la casa pero al prestar algo de atención, están hablando trivialidades mientras no saben ni quienes son por lo borrados que están —quiero hacerlo arriba —notifica con rapidez, haciendo que centre toda mi atención en ella y es que, ¿Cómo no hacerlo luego de escucharla decir eso?