*6 meses atras*
Bienvenidos a Roma, Italia. Muchas gracias por viajar con Gold Airline
Escucho atentamente a la azafata mientras me levanto de mi asiento y desciendo del avión. Inhalo profundamente el cálido aire de Roma, anticipando las oportunidades que esta ciudad promete brindarme.
Una vez fuera del aeropuerto, busco un taxi y subo. -Al hotel Vitta, por favor- le digo al taxista, mientras observo por la ventana la belleza de la ciudad.
Me llamo Sofía Fernández, soy de Argentina, tengo 25 años y soy repostera profesional. Estoy en Roma para aprender las recetas y secretos locales, con el objetivo de honrarlos cuando finalmente abra mi propia pastelería. Sí, ese es mi sueño: un lugar donde se ofrezcan postres de todo el mundo. La gastronomía es algo hermoso, especialmente las historias que hay detrás de cada postre.
Llevo tres años en esta aventura y no podría estar más feliz. Fue difícil dejar mi hogar, pero sabía que si no tomaba la decisión de viajar, nunca lo haría. Así que aquí estoy, explorando el mundo.
-Llegamos, signorina- dijo el taxista. -Grazie- respondí mientras le entregaba el dinero. Bajé del taxi y entré al hotel. Después de registrarme, fui a mi habitación; solo la había alquilado por una noche, ya que mañana planeaba alquilar un auto para explorar la ciudad y los pueblos en busca de recetas.
Una vez dentro de la habitación, dejé la maleta sobre la cama. Busqué un vestido blanco suelto y ropa interior, luego fui al baño a ducharme. Había sido un viaje de 21 horas desde Londres, mi destino anterior, hasta Roma, y el calor era insoportable, así que la ducha me ayudó a refrescarme y a quitarme el sudor.
Después de la ducha, me vestí, agarré mi bolso y decidí salir a explorar la ciudad. Realmente es hermosa; su arquitectura es lo que más me llama la atención. Opté por dirigirme al barrio de Patri, donde encontré una encantadora pastelería.
Entré a la pastelería en el pintoresco barrio de Trastevere, donde el aroma a dulces recién horneados llenaba el aire. Observé con fascinación los delicados pasteles y las coloridas tortas exhibidas detrás del mostrador. Mientras decidía qué elegir, escuché murmullos crecientes fuera, como si se estuviera formando una pequeña conmoción.
Al salir de la pastelería con una caja de pastelitos en la mano, noté una agitación cerca de la entrada. De repente, un hombre alto de pelo negro y ojos azules, vestido con un elegante traje, emergió de entre la multitud de reporteros y curiosos que lo rodeaban. Parecía estar siendo perseguido por los paparazzi o algo similar.
Sin pensarlo dos veces, se acercó rápidamente hacia mí y, para evitar que los reporteros lo vieran claramente, me tomó por sorpresa y me besó apasionadamente. El gesto fue tan repentino que me quedé sin aliento por un momento, pero luego me di cuenta de que era una estratagema para despistar a quienes lo perseguían.
El beso duró apenas unos segundos, pero fue suficiente para desviar la atención de los curiosos y permitirle escapar. Cuando finalmente nos separamos, intercambiamos una mirada fugaz, llena de sorpresa y anhelo, antes de que él se alejara rápidamente entre la multitud.
Quedé ahí, atónita y sonrojada, sosteniendo mi caja de pastelitos, sin poder evitar preguntarme quién era aquel misterioso hombre y qué historia había detrás de todo ese alboroto.
Editado: 20.11.2024