Capitulo 1

“Dulce o Travesura” ¡ja! siempre quise decir eso, la verdad es que en mi país claro está, no se celebran esas cosas, para serte sincera no sé porque te estoy contando esto, pero lo cierto es que, soy demasiado traviesa para preocuparme por ello. ¡Oh! Pero que tonta, me presento soy Alma  Aybar Rodríguez y como mi nombre lo indica le pongo el alma la las cosas que hago. Te revelo un secreto, me gusta ser traviesa de vez en cuando y como una chica traviesa te contare mi historia, solo mis locuras para empezar a aligerar la carga.  
Todo empezó un día cuando era niña, el primero en caer fue mi hermano Adams, si todos nuestros nombres empiezan con A,  Adams es dos años menor que yo y como siempre soy la más inteligente y lo digo enserio, a mi hermano siempre le gustaron los retos y yo con mi inocencia y picardía me gustaba hacerlo sufrir, ese día estábamos solos y nuestra vecina le gustaba tener muchas plantas, y entre ellas estaba mi trampa, me había planeado presentarle los ajíes picantes a mi hermano pero como siempre con mi traviesa trampa. 
- Estas segura Al – me decía mi hermano, me llamaba así porque le gustaba – no se parece a la cereza. 
- Pues claro que lo son Adams – lo decía con mi sonrisa por dentro. 
- Mira el ají con deseo ¿se lo comerá? – Hmm no sé, para mi es otra cosa. 
- Ok, entonces pruébalo – entonces observe como él se lo llevaba a la boca y empezaba a masticar, luego cambio su expresión de contento a apurado. 
- Esto pica y las cerezas no pican – dice el echándose aire por la boca – dame agua, que esto picaaaaaa – y empezó a gritar pidiendo agua. 
- Yo como tal me destornillaba de la risa por ver como callo mi hermano con mi juego – está bien te doy agua pero no se te quitara así, toma azúcar. 
- Eres mala, muy mala…… me lo vas a pagar – dijo mi hermano. 
- Jajaja… como si pudieras conmigo – le guiño el ojo y salgo corriendo hacia la casa, seguida por el que estaba enojado y quería pegarme, pero yo lo esquivaba con mucha agilidad y me reía. 
Nuestra casa es muy humilde, está hecha de madera y zinc, nuestro patio es amplio con plantas de café, rosas en el extremo izquierdo seguida al final con una planta de mango y una de aguacate, nuestro frente está sembrada una planta de cereza, de ahí mi travesura y seguida unos metros más de una planta de caoba hermosa y alta, la casa tiene al frente una galería y además tiene una sala muy amplia con varias habitaciones y una cocina, a mis padres les encanta la casa por esa razón la cuidan bastante aunque con mis travesuras mi madre dice que tarde o temprano la derrumbare. 

Mi madre es una mujer dulce a su modo, le gusta mantener las cosas bien ordenadas y limpias, mi madre es una mujer de un metro y medio con un cuerpo bien  moldeado, mi padre desde que la vio me dijo que se enamoró de ella. A mi madre le gusta el pelo corto, siempre lo lleva así, y con un color chocolate, sus ojos son de un color marrón oscuro, la verdad es que mi mama es hermosa con su piel color canela, y su sonrisa que deslumbra a todos.

Mi padre es todo lo contrario a pesar de que son de la misma estatura, él es más delgado y su pelo más fino que el de mi madre. Su color de piel es clara y sus ojos de un negro profundo. Me gusta ver a mis padres así, junto y amorosos cuando me case deseo tener lo mismo que ellos tienen. Sé que no todo es color de rosas pero sé que si las personas se saben entender pueden vivir su vida juntos. 

Al llegar mi madre para hacer la comida mi hermano se quejó con mi mama y ella me castigo, yo puse los ojos en blanco y lo llame marica, eso hizo que mi madre se enojara conmigo y no me permitiera salir. 

Después me vengaré pero eso no es todo tuve que aguantar a mi hermano, verlo salir por la puerta jugar con nuestros amigos y yo quedarme en la casa fue el colmo. Veía como se divertía y yo planeaba mi venganza sutil, pero una venganza. 
El lunes amaneció y me tocaba ir a la escuela temprano, a mi hermano le tocaba de tarde, yo como sabía que él era un perezoso me puse en marcha con una de mis famosas travesuras. Me acerque con la pasta dental y le coloque un poco en la mano y regrese a mis quehaceres, mis amigas me esperaban en la puerta y yo Salí muy tranquila, cuando pisaba la galería escuche a mi hermano gritar improperios y maldecir, y yo corrí hacia mis amigas que me sonreían. 
- Alma me las vas a pagar – grita mi hermano saliendo por la puerta. 
- Mira como tiemblo – digo yo y le hago un baile de burla, me dirijo a las chicas – chicas nos vamos – Salí corriendo como loca  riendo y ellas me siguieron. 
- ¿Sabes que estarás en problemas verdad? – dice Nathalie, me encojo de los hombros. 
- Si lo sé – sonreí al pensar en ello. 
- ¿Nunca aprendes verdad? – esa fue Angélica. 
- Angi sabes como soy y no me quedo con una. 
- Eres muy vengativa, pero un día te darán de tu propia medicina – esta vez fue Jennifer quien hablo. 
- Cuando ese día llegue estaré preparada – ellas se echaron a reír y yo me encogí de hombros amaba esas chicas, éramos el grupo de las cuatro y como decía la frase “las cuatro chicas del paseo”. Todas teníamos los rasgos que nos diferenciaban y a pesar de nuestras edades  yo era la más joven de todas y la más traviesa.  
Nathalie era la chica seria y particularmente correctora, siempre me corregía y no estaba de acuerdo con mi comportamiento, ella era una rubia de ojos verdes, su cabello largo siempre deslumbraba a todos, no éramos iguales en tamaño ella me llevaba un año de edad, en realidad todas me llevaban un año, pero nos comportábamos como hermanas. 

Angélica era la mediadora le gustaba serlo pues decía que si no se metía en las conversaciones y peleas terminaríamos matándonos Nathalie y yo, Angi como yo le decía era de piel india, y pelo castaño claro y largo también decir que era hermosa era quedarse corta a sus 17 años de edad era la más hermosa de todas, pero no se lo diría o se enojarían las demás. dera dulce y delicada, era de pelo corto no le gustaba.