Dulce obsesión

Interludio "Querida alma gemela"

“Seca mis lágrimas y permite que se las lleve el viento, has que por tu consuelo sanen las heridas, pero no elimines el rastro de aquellas gotas que un día cayeron, no permitas que sea el diablo quien las borre; solo asegúrate que se guarden por completo en mi interior y resguarda el sabor de la hiel que dejó en mí su existencia.

La vida tendrá otro significado, no te puedo asegurar que cambiará por completo o que será mejor que antes; pero al final de todo, los amantes han de reunirse y escapar. Mantente firme a tus pensamientos. Te espero en el infierno, mientras tanto reservaré tu lugar…”

Por si alguien lo lee…

Sé que compartes conmigo lo que jamás habrías compartido con otro ser, durante tanto tiempo has abierto tus pensamientos y emociones para mí, pero debes entender que a veces podemos perdernos en una existencia excesiva que nos hace vagar sobre pensamientos crueles, y que nos impiden ver algo más allá, y al final del camino solo notamos una inhumana realidad.

Por mucho tiempo pensé que era normal vivir así, rodeada del inmenso vacío que envolvía mi existencia, más sin embargo todo cambio el día en que miré tus ojos y por primera vez pude contemplar un dolor diferente al mío, aquel dolor que provenía de un ser que me amaba.

Mis sentimientos cambiaron por completo desde aquella ocasión, y aprendí a ocultar lo que sentía solo para no herirte más. Pero te empeñaste en tomar algo que no te pertenecía, construiste y te adueñaste de historias que jamás fueron para ti, intenté tantas veces convencerte de tu error y a pesar de ello insistías en estar conmigo; de esta forma abarcaste cada uno de los espacios en mí ser que, desde entonces, aunque no fuese consciente de ello, reconozco que te han pertenecido. Sin embargo, hoy lamento ser cruel con lo que sientes, pero sé jamás habrías entendido mis motivos.

He pensado durante demasiado tiempo que las personas no siempre tienen porque ser sinceras, pero cuando aman deben estar seguras de que es real; por ello una y mil veces intenté que te alejaras, no podía asegurarte sentimientos verdaderos, no podía asegurarte felicidad. Realmente jamás he deseado que conozcas la agonía en la que siento hundirme día con día cada vez más, y erróneamente arruinaste todo con tus decisiones, pues preferiste continuar ahí… siempre para mí ¿por qué?

Al parecer te fue imposible ignorar lo que sentías, pero gracias, mil gracias pues incluso al final de nuestra historia sujetaste mi mano, y ahora puedo estar segura de que la habrías sujetado mil veces más, pero no… no podía permitirme arrastrarte conmigo hasta este maldito lugar.

Que ironía de la vida, la que me permitió caer en mi propia trampa y cambió todo lo que sentía, que ironía aquella que me permitió perderme en sus ojos, al igual que tu alguna vez lo hiciste en los míos, fue por quien di todo, incluso más allá de lo que poseía, y al final le vi marchar tal y como tú ahora me ves. En verdad no me quería… buscaba otra clase de alma, una pura, que no hubiese sido corrompida.

Se marchó y por ello hoy regreso a tus brazos reclamando todo aquello que una vez me habías dado, pero no mal interpretes la situación, tan solo deseo llevarme todo aquello como un recuerdo, como algo que funcione como consuelo durante todo el tiempo que este en aquel lugar, no sé si será cálido o frío, pero puedo apostar qué en él, nada bueno habrá.

Nada podrá compararse a los momentos en que acariciaba tu piel, pues al hacerlo llegaba a imaginar que de ti brotaba una luz carmesí, densa, pura, cálida y tan brillante que iluminaba mi interior.

Ahora esa luz, cálida, densa y brillante brota en mi…




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