"Si nos volvemos a ver espero que sea en un mundo mejor"
Octubre 13 del 2004
Pov´s Camile
La noche ya había caído sobre las calles de Caracas cuando Robert y yo cruzamos el portal. Durante el momento que estuvimos dentro del portal el dolor que sentía se había ido, pero al volver a pisar tierra firme me volvío a llenar. Sentía el vacio enorme que no dejaba de crecer más y más con cada paso que dabamos.
Aranza en mis brasos se sentía tan pequeña y fragil...
Joder claro que era fragil, solo tenía un año, era una bebé, era mi bebé. Y lo peor de todo es que estaba en la obligacion de dejarla, de separala del mundo al que pertenece porque lo que estamos viviendo es mucho para ella. Y sobre todo porque ella, mi bebé, es demasiado pequeña para entender el papel tan importante que tiene en todo esto.
Llegamos a una residencia privada y hicimos el mismo camino que llevavamos haciendo por meses, terminanamos frente a una casa de dos planta bastante grande, blanca y muy moderna.
Este era el hogar de Maria y Carlos González, un matrimonio joven que a tenido mucho éxito en sus inversiones y que es dueña de una de las marcas de ropa, zapatos y accesorios mas famosa del país.
Eran amables, serviciales y aunque tenían mucho dinero no se creían mejor que nadie. Sabiamos que con ellos a nuestra bebé no le iba a faltar amor y cariño.
Con magia hize aparecer una cesta lo suficientemente grande para que Ara estuviera comoda y con suficientes mantas para protegerla del frío de finales de octubre.
Con mucho dolor coloque a Ara en la cesta y la envolví en las mantas, Robert coloco sobre la manta la nota que habiamos escrito para los González y tocamos el timbre para luego ocultarnos en las sombras.
Al cabo de unos segundos abrío la puerta Maria, con su pelo rubio claro y sus ojos azules observo a todos lados buscando a quien había llamado al timbre y luego reparo en la cesta que tenía a sus pies.
-¡Dios mío! ¿A quién tenemos aqui?-dijo tomando a Ara en sus brazos y luego tomo la nota-"Soy Aranza, porfavor cuidame"-leyo en voz alta para luego volver a hechar un vistazo a el patio tratando de divisar a el padre o madre de Ara.
Solto un suspiro y Ara empezó a moverse y lloriquear.
-Ya, ya, shhh..-intentaba calmar Maria a Ara-Bienvenida a la familia González Aranza-dijo y entro a la casa cerrando la puerta tras ella.
En ese momento, cuando la puerta se cerro, alejando definitivamente a mi bebé de mi, salí de mi escondite, solo para que mis piernas flaquearan y fuera sujetada por los fuertes brazos de mi esposo antes de llegar al suelo. Me sujeto contra su pecho y allí rompí a llorar.
-Era lo mejor cariño-dijo mientras acariciaba mi pelo tratando de calmarme-es demasiado pequeña para involucrarla en esta guerra.
Yo sabía que tenía razón, pero aun asi dolía como el mismisimo infierno tener que alejarme de una de las tres personas que mas amaba en el mundo.
Me levanté y mirando a la casa, con el pelo ondeandome a causa de la fría brisa de otoño y mi cara llena de lágrimas que aun caían por mis ojos susurre:
-Suerte Aranza White-dije firme su nombre y apellido porque ella era MI HIJA y nadíe cambiaría eso-algo me dice que la vas a necesitar algun día.
Con esa última palabra Robert tomo mi mano y me cargo para luego usar su super velocidad y llevarme al parque donde ya el portal de regreso a mi hogar.
Aunque esa ya no sería del todo mi hogar porque el hogar es el lugar donde estan las personas que amas y una parte de mi hogar se estaba quedando atras con cada paso de mi esposo.
Cuando lo cruzamos, aparecimos en un castillo, frío y oscuro. Ya no era el lugar lleno de vida que una vez conocí. La guerra se había llevado tantas cosas que este lugar estaba lleno de oscuridad y tristeza.
Oscuridad que me acompañaría hasta el fin de mis dias.
Oscuridad donde se habían sumergido todos.
Oscuridad...
Dulce Oscuridad....