"Algunos cambios parecen negativos en la superficie, pero te darás cuenta de que se está creando espacio en tu vida para que algo nuevo emerja."
Octubre 05 de 2018
Pov´s Ara
Quería gritar....
Quería tener al destino frente a mi y golpearlo en la cara, que las lagrimas salieran de mis ojos y bajaran por mis mejillas formando una pequeña cascada de dolor y sufrimiento, quería que los gritos salieran de mi garganta y le hicieran tanto daño al destino que me devolviera lo que me robo, porque si algo he aprendido durante mi vida es que las palabras son el arma más mortal que existe. Pueden construir, agrandar y dar vida, pero también pueden destruir, aplastar y matar.
Pero sabía que nada de eso era posible, había llorado tanto que no me quedaban lagrimas que derramar, había gritado tanto que la garganta me dolía pero lo peor de todo es que el destino no es una persona, no puedo golperalo ni gritarle hasta hacerle sentir mal, porque el destino no perdona, si algo tiene que pasar, pasará y no hay nada que hacer para cambiarlo.
-Ara, cariño se que que es díficil-mamá me saco de mis pensamientos empezando el discurso que yo llevava esperando desde que no subimos al auto-pero trata de entender que esa casa solo nos estava haciendo daño, con todos los recuerdos que allí había de...-se le quebró la voz como cada vez que intentaba hablar de mi hermana.
Me dolía verla asi, su piel normalmente brillante estaba palida, las ojeras que trataba de ocultar con maquillaje pero que yo sabía que estaban ahí y sus ojos...
Dios, sus ojos azules y usualmente brillantes estaban oscurecidos, como si le hubieran arrancado la vida de ellos.
Sabía que seguir en la casa solo aumentaría el dolor, todos los recuerdos de Meg que estaba ahí dolía como el infierno, sus primeros pasos, sus primeras palabras, su primera vez alistandose para ir a la escuela... Todo eso estaba encerrado en esas paredes y no podían seguir así.
-Lo se mamá-dije suspirando-para mi también era díficil seguir allí, no solo por la casa. Cada parte de la ciudad por la que pasaba me hacía recordarla, se que es lo mejor y no los culpo por necesitar un cambio de ambiente, porque siendo sincera yo también lo necesitaba, pero sigue siendo díficil saber que posiblemente no vuelva a ver a Kayla.
-Para eso existen los mensajes de texto, o el Skype hija.
-Pero no sera lo mismo papá.
El auto se volvió a fundir en aquel silencio incomodo que había antes de que mi mamá empezara a hablar. Mientras mi papá conducía, mi mamá solo miraba por la ventana.
Imite su acción y pose mi vista en el camino. Hace aproximadamente 2 horas que salimos de Londres.
Cerre los ojos y deje salir de mis labios otro suspiro, los recuedos llenaron mi mente de manera rápida y uno en específico se reprodujo en mi mente y ese era justamente el que yo intentaba olvidar.
"Ellos saben de ti Ara, tienes que ser fuerte, no descansaran hasta encontrarte"
Esas palabras seguían dando vueltas por mi mente, pero ¿quienes son ellos? ¿qué significaba que sabían de mi? ¿por qué quieren encontrarme?
Esas y más preguntas se habían formado en mi mente cuando ella me dijo eso, pero cuando logre controlar mi voz para preguntar de que hablaba solo pude soltar un grito de dolor al ver que era demasiado tarde.
Ya no habrían más salidas de hermanas, ya nadie me pediría consejos para no arrancarle la cabeza a la niña que le cae mal, ya nadie correría a mi cuarto en la noche cuando llovía porque tenía miedo, ya nadie me acompañaría en casa cuando mamá y papá se fueran de viajes de negocios.
Ya no habrían hermanas González.
Solo dolor, soledad y sufrimiento.
-Abre los ojos cariño-la voz de mi madre me saco de mis pensamientos por segunda vez y cuando abrí nuevamente mis ojos quede maravillada con lo que veía.
Estabamos entrando a Castle Combe y dejenme decirles que las fotos no son nada comparado con estar aqui en persona.
Se podían ver personas en las calles, todas alegres, cuando pasabamos serca de alguna nos dedicaban sonrisas alegres de bienvenida. Las casa poseían ese estilo medieval y clasico que a mamá siempre le encantó, todas tenían plantas y adornos florales que le daban vida al lugar, cada cosa que veía , me dejaba fascinada, porque cuando creces en una ciudad las plantas y flores son cosas que normalmente solo vez en los parques naturales.
-Bienvenida a nuestro nuevo hogar cariño-dijo mamá y por la forma en la que habló note que intentaba asegurarse que todo estuviera bien entre nosotras.
Le dedique una sonrisa para afirmarle que todo estaba perfecto y justo en ese momento papá estaciono el auto frente a la que se convertiría en mi nueva casa.
Era de un estilo medieval como todo en el pueblo, las paredes de piedra y otro material pintado de blanco que no reconocí porque la arquitectura nunca fue lo mio, le daban un toque que a mi me parecia lindo.
Entramos y yo solo subí a mi cuarto, siguiendo las indicacione dadas por mi papá antes de llegar.
Encontre la puerta de madera oscura, con una placa dorada que tenía mi nombre escrito en ella. Tome el pomo, suspire, lo gire y entre.
Me quede helada con lo que vi, había una cama matrimonial (siempre me gusto tener espacio para dormir comoda), la cabecera era de la misma madera de la puerta y contrastaba perfectamente con las sábanas blancas que cubrían el colchón, las almohadas eran de una tono dorado palido.
A cada lado de la cama se encontraban mesitas de noche (de la misma madera que la puerta y la cabecera) con lamparas.
En las pared izquierda se alzaba un closet a juego con las mesitas, y justo al lado un juego de dos sillones individuales y uno de tres plazas del mismo dorado palido de las almohadas.
El la pared derecha un tocador blanco se encontraba junto a una puerta. La abrí y entre en un baño perfecto, ni muy grande ni muy pequeño, ceramica blanca se veía en las paredes y el piso. La bañera, el inodoro, un lavamano con espejo y artículos personales y una regadera, en fin, un baño normal.
Respire profundo para luego salir de mi cuarto y bajar y encontrarme con una sala de estar donde había algunas cajas, signo de que cuando subí papá empezó a bajar mis cosas del auto. Seguí caminando hasta la cocina y al entra vi a mi mamá preparando el almuerzo y a mi papá sentado viendola con adoración.
Este tipo de situaciones son las que solo quedan entre nosotros y eso las convierte en unicas. Para el resto del mundo sería una situación extraña ver a los grandes Carlos y Maria González en una situación tan normal como esta, mamá relajada, sin la postura elegante y predominante que utiliza cuando esta frente a algun periodista, empleado o socios. Y papá tranquilo y natural, viendo a su esposa con una mirada cargada de sentimientos y no la fría y calculadora que usa en público, con un aire de padre de familia en vez de el de multimillonario orgulloso que puede destruir tu vida con tan solo una llamada.
Una vez, cuando tenía doce le pregunte a mamá por qué no podían ser ellos mismos frente a el resto del mundo, su respuesta sigue grabada en mi mente como si me la hubiera dicho ayer "Porque no todos son como nosotros querida, en el mundo hay personas malas que no dudan en usar a las personas buenas y hacerles daño si eso les ayuda a lograr su objetivo. Por eso es mejor no mostrar debilidad ante nadie que no se a ganado tu confianza."
Desde ese día esas palabras me han ayudado a superar situaciones díficiles, siempre sin mostrar debilidad ante nadie.
Mamá fue la primera en reparar en mi presencia.
-Oh, Ara que bueno que bajas, tu padre y yo decidimos esperar a después de comer para bajar todas las cosas faltantes del auto. Supongo que tienes hambre
Mi estomago rugío demostrando que como siempre mamá no se equivocaba y sacandole una risa a mi papá que ya había salido de su mundo.
-Creo que eso es un si querida.
Solte una risita y empezé a ayudar a mi mamá sacando los platos de la alacena y colocondolos en la isla.
-¿Qué te parecio tu nuevo cuarto?-pregunto papá
-Es perfecto-repondí con una sonrisa
El almuerzo paso entre risas de parte de mi padre por mi modo de devorar la comida y quejas de mi madre diciendo que tengo el apetito de los González a lo que papá y yo sonreiamos con suficiencia y mamá rodaba los ojos.
-Oh cariño creo que hay algo esperandote en el sotano-dijo mamá despertando la curosidad en mi.
-¿Qué es?
-La razón por la que la mudanza tardo tanto-dijo papá sonriendo por haber conseguido mi completa atención.
Sin esperar más me levante y camine lo más rápido posible a la puerta del sotano, cuando baje las escaleras y encendí la luz un chillido de emoción salío de mis labios sin yo poder evitarlo.
Frente a mi había una gran biblioteca, el olor a libros nuevos me inundo y una genuina sonrisa se dibujo en mis labios, recorrí el lugar con la mirada, en el centro de el cuarto había una rectangular mesa de madera oscura con sillas acolchadas perfectamente acomodadas, una en cada punta de la mesa y dos de cada uno de los lados, justo arriba de la mesa colgaba una araña de luces pequeña pero que servía lo suficiente para iluminar la mesa y un poco alrededor. Había también varios pufs de colores en una de las paredes perfectos para cuando quieres sentarte comoda mientras lees un buen libro, en el lado izquierdo del cuarto habían un escritorio de la misma madera que la mesa y las sillas, con varios cajones, una lampara y una silla de esas que tienen en la oficinas, con ruedas y que giran es su propio eje y suben y bajan. Justo en esa pared y pegada al techo pude ver un pequeña ventana rectangular por la que se filtraban los rayos del sol del mediodia.
-¿Qué te parece?-escuche la voz de papá a mis espaldas.
-Me encanta-dije conteniendo las lagrimas que querían salir por mis ya nublados ojos
-Creo que deberías revisar a fondo cariño, tal vez haya otra sorpresa esperandote.
Obedecí a mi madre y pude notar que entre las estanterias repletas de libros habían bombillos en las paredes ya que hay muchos lugares en los que la luz de la araña no daba, también note que cada estante tenía una placa en la que se podía leer el genero de los libros que se encontraban en ella.
Cuando llegue al fondo vi una puerta, me hacerque a ella y vi una placa como la de las estanterias, pero en vez de tener un genero literario, tenía escrita una frase que me trajo muchos recuerdos.
"El cielo es el límite"
Eso era lo que me decía Megan cuando veía que yo estaba dibujando o escribiendo y tenía un bloqueo creativo.
Sin poder retenerlas más, las lagrimas calleron por mis mejillas, con las manos temblorosa tome la manija y la abrí.
No estaba lista para lo que mis ojos vieron a continuación.
Era un estilo de almacen, con montones de cuandernos, cajas de colores, blocks de dibujo, tizas, marcadores, hojas blancas, lapices y más.
Pero lo que más llamo mi atención fue que en la pared frente a la puerta había una foto enmarcada colgada, en ella estabamos todos, mamá, papá, Meg y yo. Todos con sonrisas de pura felicidad y un brillo en nuestros ojos unico. Recordar el origen de esa foto fue la gota que derramo el vaso.
Inmediatamente corrí y me lanze a los brazos de mi madre.
-Gracias, gracias, gracias-repetía una y otra vez mientras las lagrimas que brotaban de mis ojos mojaban la camisa de mamá.
-¡Hey! yo también fui parte de la sorpresa-se quejó papá.
-Gracias a ti también papi-dije abrazandolo a él.
Me separe de él y con sus manos seco las lagrimas que caían por mis mejillas.
-En serio me gusta mucho todo esto pero...-dude un momento antes de seguir hablando-pero no debieron molestarse, seguro les costo mucho dinero y...-fui interrumpida por mi papá.
-Aranza Elizabeth González, siempre te hemos dicho que el dinero nunca ha sido un problema y puedes disponer de el como quieras. Además el dinero el algo material y tu felicidad no tiene precio.
Las lagrimas volvieron a brotar de mis ojos como torrenetes y me abrazé a mi papá.
-Los amo a los dos-mi voz salío entrecortada pero eso no impidío que mis padres me oyeran y mi mamá enseguida se unío al abrazo padre-hija que ahora era un abrazo familiar incompleto.
-También te amamos mi niña-dijo mamá.
Después de un rato, logre calmarme y me separe de mis padres, volví mi vista a lo que se había convertido en mi lugar favorito de la casa.
-No podremos sacarte de aqui cierto-sonó más a una afirmación que a una pregunta.
Sonreí de la manera más inocente que pude.
Papá solto una risa a la que luego se unió mamá y termine uniendome yo.
Pasamos el resto de la tarde sacando cajas y dando los últimos detalles a la casa.
A la hora de la cena nos sentamos en la mesa del comedor y entre risas degustamos el rico menu que mamá preparo especialmente para cerrar este día con broche de oro.
Luego de subir a mi cuarto y ponerme el pijama, mire por la ventana las iluminadas calles de Castle Combe, aun se podía ver algunas personas en las calles regresando a casa después de un largo día de trabajo.
Justo en el momento en que la luna salió de detras de una nube me recorrío un escalofrío, fue un presentemiento repentino que me aviso que nada sería como antes, se acercaban muchos cambios y yo tendría que ser fuerte ante lo que me depara el futuro.
Luego de ese momento de "revelación divina" recorde el increible sotano lleno de libros y material artistico y la tarde tan divertida que pase con mis padres.
Camine a la cama y luego de estar bien arropada cerre mis ojos y un último pensamiento me invadio antes de ser reclamada por la tierra de los sueños.
Tal vez este cambio no sea tan malo después de todo....