BEN
Mi turno en The Hall’s Corner había terminado. Apenas terminé de entregar mi último pedido, me deshice del chaleco rojo que formaba parte del uniforme, estaba listo para salir de ahí. Fue una mañana complicada, me costó levantarme. Anoche llegué más tarde de lo normal a casa porque Sam se había metido en problemas. Con Luke, tuvimos que interceder en una pelea callejera para sacar a mi hermano de ahí antes de que llegara la policía para llevarse a todos esos hombres a la comisaría, un inconveniente que se haría peor si mi madre se hubiese enterado.
Moría de sueño, sin embargo, no quería perder la oportunidad de ver a Irina, había estado planeando algo para ella. Por primera vez llevaría mi guitarra al hospital para poder tocar una canción, la elegí meticulosamente de una larga lista que elaboré aquella noche que no podía dormir. Esperaba que lo disfrutara, aún no la conocía por completo para saber si realmente mi música lograra deleitarla, no obstante, hacia mi mejor esfuerzo por impresionarla.
Me encontraba guardando la guitarra cuando recibí una llamada de Luke.
—Estoy libre hoy, ¿estás en Hall’s?
—No, estoy en mi casa pero pienso salir. Voy al hospital, que te parece si nos vemos ahmm ¿después de las siete?
—Nadie está disponible, Travis y Alex trabajan hasta las seis y no me parece entretenido quedarme aquí. Así que, te acompañaré al hospital, así conozco a la chica a la que le das tú tiempo, alias, la futura novia de Ben Miller.
—Bien, más te vale llegar rápido.
Esperar a Luke me hacía perder la paciencia. ¿Por qué le contesté? Se va a tardar como siempre, lo conozco, es muy impuntual cuando no se trata de la banda. Tenía que hacer algo para que la espera no fuera tan tediosa así que saqué mi guitarra de su estuche y después le di un tour a mi sala ofreciéndole un concierto a los muebles, toqué un par de canciones y después salí a fumarme un cigarrillo.
Llegó lo más rápido que el tránsito se lo permitió. Supe entonces que condujo lo más rápido que pudo porque la visita al hospital involucraba algo que él deseaba: conocer a Irina.
—Hay ciertas reglas que tenemos que seguir.
—Ben, suenas tan como Anna. —Luke me hace saber, estacionando su auto.
—Lo sé, es ella quien me advirtió del reglamento. Pero es básico para convivir con Irina ¿de acuerdo?
—Sí, sí, suéltalo.
—No menciones su enfermedad, te imploro que no hables de su físico ¡por favor! Está muy delgadita por sus desórdenes alimenticios pero… No lo hagas tan obvio. Y sobre todo, no quiero que se te ocurra compararla con Kat.
—No pensaba hacerlo Ben, pero está bien, prometo no hacer todo eso.
[…]
Llegamos al final del corredor en dónde se encontraba la habitación 503, giré la perilla y entré intentando que el estuche de la guitarra no se golpeara contra la puerta. Luke entró detrás de mí, la habitación se encontraba completamente en silencio y la cama estaba vacía. El reproductor que tenía sobre aquel mueble había desaparecido junto con los CD’s de Tchaikovsky y la fotografía de Irina bailando ballet… Ya no había más medicinas en la cómoda de madera, todo se hallaba perfectamente en su lugar como cualquier otra habitación vacía de este piso.
—¡No es posible!
—¿Estás seguro que esta es la habitación?
—¡He estado viniendo diario a verla, Luke! ¿Cómo crees que me voy a equivocar de habitación? ¿En dónde está ella? ¿Sus cosas?
Salí de ahí en busca de Anna, quería una explicación acerca de lo que estaba sucediendo. Cuando necesitaba respuestas cualquier cosa que tuviera que ver con ellas desaparecía, en este momento, Anna era quien las tenía y no sabía en dónde se había metido. El corredor se encontraba vacío, el silencio dominaba los pasillos y no lograba localizar a una enfermera que hubiera estado cerca de ella. ¿En dónde está mi hermana? ¿Monica?
—Tranquilo. —Luke toca mi hombro—. A lo mejor está en su terapia grupal.
Recién vi salir a Mónica de la habitación 507, la intercepté antes de que se escapara. Ella debía saber en dónde se encontraba Anna, esperaba que así fuera.
—No tengo idea Ben, no la he visto desde el mediodía. Debe estar en el cuarto piso.
—¿Sabes qué pasó con Irina?
—Se fue esta mañana. El doctor dijo que podía continuar su tratamiento en casa y que no era necesario mantenerla aquí.
—¿No sabes a dónde se la llevaron? ¿Se fue a Nueva York?
Mónica no conocía la respuesta y de alguna manera me sentía desesperado por saber en dónde está Irina. La ansiedad creció aún más cuando decidió irse, Monica tiene cosas que atender mucho más importantes que mi affair de hospital. Si Irina se fue esta mañana… ¿Por qué no le dijo nada a Monica? ¿Y nuestra amistad? ¿Por qué no dejó su número de celular? Pudo haber preguntado por el mío por lo menos para despedirse…