BEN
Era hora de enfrentar las consecuencias de mis actos, no fue sencillo convencer a los chicos de venir al sótano de mi casa para poder discutir nuestra situación como banda. Necesitábamos hablarlo nosotros antes de ir a Blackout, Dylan sería mucho más difícil de convencer que ellos, lo sabía. Quizás esta vez él tomaría la decisión de dejarnos fuera del club para siempre, y todo había sido por mi culpa.
—Lo lamento, en serio.
—Tus alucinaciones nos hicieron perder la única oportunidad que teníamos. —Travis me hace saber que está más que molesto—. Mandaste todo directo y sin escala a la mierda.
—Por favor, haré cualquier cosa para que Dylan nos dé una última oportunidad.
Travis me retó a hacerlo. Esa misma noche fuimos a Blackout, ellos querían ver si podía cumplir con mi promesa, hacer cualquier cosa para que Dylan nos dé una última oportunidad.
Sin embargo desde que pusimos un solo pie en el club, el ambiente se sintió completamente diferente, nadie se acercó a saludarnos, ni siquiera las chicas que siempre venían a preguntar sobre nuestras nuevas canciones, me miraban de arriba abajo, preguntándose si mi cinismo era tan grande que aún podía presentarme aquí como si nada hubiese pasado. Todos consideraban que me había convertido en aquella clase de diva que abandonaba el escenario cada que quería sin pensar en que los demás pagaron para ver a TLT actuar.
Dylan por su parte nos recibió en la pequeña oficina que tenía en el segundo nivel de su club, tampoco fue muy amable al principio.
—Katherine no está aquí, ¿quieres verificar? De hecho, no está en ninguna parte.
—Dylan por favor, necesito hablar contigo.
Dylan se acomodó en su silla y bebió de su margarita, la mayoría del tiempo se había comportado tan bien con nosotros que verlo tan molesto conmigo me hacía sentir realmente mal.
—¿Te imaginas que esto hubiera pasado durante el concurso? —Pregunta Dylan con la voz glacial—. ¿En verdad te darías el lujo de tirar mi dinero a la basura otra vez?
—No, simplemente… no pude controlarme.
—Ben, he visto tocar a The Last Train durante los últimos tres años, y sé que has tenido dificultades afrontando la muerte de Katherine. Lo entendí cuando decidí llevarlos a Dallas, pero ha pasado poco más de un año, comprendí tu actitud en aquel entonces y los dejé regresar pero ahora… ¡estás enfermando!
—Lo sé…
—Dylan, sabes que necesitamos el dinero. —Interviene Travis—. ¿Hay algo que podamos hacer para permanecer aquí?
Él lo medita un poco. Yo recargo mis brazos en la silla en la que estaba sentado Luke y miré a Alex, quien lucía preocupado por la próxima respuesta de Dylan.
—Las personas allá afuera piensan que Ben no es tan responsable como para llevar el liderazgo de la banda. —Dylan increpa—. Tú público vio cómo echaste a perder todo el trabajo que han estado construyendo, perdiste en segundos lo que en tres años cultivaste.
Estuvimos alrededor de cuarenta y cinco minutos discutiendo una solución en la oficina de Dylan. Ni siquiera era capaz de mirar a mis amigos, Travis seguía sin disimular su enfado, Luke buscaba alternativas y Alex simplemente se dedicaba a escuchar junto a mi qué ideas surgían.
—Bueno, creo que he tomado una decisión. Recuperen el público que tanto los quería y puede que considere tenerlos en mi lista de candidatos para el concurso de este año.
—¡Gracias! —Agradecía Luke—. En serio Dylan, ¡eres el mejor!
—Quizás deje de serlo cuando les diga que no habrá paga.
—¡Pero nosotros no tuvimos la culpa! —Objeta Travis.
—Además intenté salvar nuestra presentación. —Musita Alex—. Es completamente injusto.
Travis me miraba rogando por mi intervención, me temblaban las manos y me encontraba tan nervioso como el primer día que vinimos a probar suerte.