BEN
—¿Te imaginas lo bien que emplearía esa flexibilidad en la cama?
Golpeo a Travis con el programa que nos dieron al inicio del recital, ya había terminado la presentación previa a la de Irina y necesitaba que guardara silencio para su entrada triunfal.
Irina caminó hacia el centro del escenario, vistiendo su bonito vestuario rosado que guardé en mi casa para que su padre no lo viera, ella se preparó para iniciar una vez que la música comenzó, se encargó de darle vida a la variación de Esmeralda con sus pies y su pandero. He permanecido aquí sentado un buen rato mirando diferentes actuaciones pero ninguna ha sido como la de mi chica, no conocía mucho sobre la danza clásica pero sabía que sus movimientos eran tan preciosos que lograrían conquistar los más grandes escenarios, ese era su destino, estaba escrito para ella.
—¡Eres la mejor!
Recibí a Irina con los brazos abiertos una vez que todo terminó, elevándola del piso por unos segundos, abrazándola fuertemente.
—Ben, creo que te olvidaste de esto.
Luke me entregó un ramo de rosas rojas que segundos después terminó en sus manos, se lo di recordándole lo que una vez me dijo en el hospital meses atrás, que era así como le gustaría ser recibida cada que terminara una presentación.
—Este sólo es el principio de una exitosa carrera Irina. —Dice Luke con una sonrisa—. Recuerda lo que te digo.
—¡Eso fue genial! Cerraste con broche de oro. ¡Bravo!
Travis la abraza y convoca que ese abrazo se convierta en algo grupal. Luke y Alex no tardaron en halagar lo que había hecho y sabía que escucharlos hablar sobre su presentación era más que satisfactorio para Irina.
—Nunca había asistido a un recital de ballet. —Comentaba Alex—. Tienen mucho talento.
—No sólo tienen talento, Irina tienes que decirme cómo se llama la chica que se presentó con el traje negro.
—¿La que representó al Cisne negro? No tengo idea Travis, deberías preguntárselo.
—Deberíamos salir de aquí, o por lo menos movernos. —Propone Luke—. Nos estamos convirtiendo en estorbo social.
Tomé la mano de Irina y nos movimos antes de que el vestíbulo se llenara de mucha más gente, los chicos no dejaban de hablar del recital y de todo lo que presenciaron, desde las coreografías que Alex consideraba asombrosas y dolorosas al mismo tiempo, hasta las bailarinas que Travis consideraba hermosas. Finalmente ellos se adelantaron para buscar el automóvil de Luke, yo caminé con ella de la mano hasta la salida, en dónde recibió otras cuantas felicitaciones por parte de sus compañeras.
—¿En verdad lo hice bien?
—¿Por qué lo dudas?
—Una vez me dijeron que no tenía talento… —Musita con mesura—. Así que…
—La persona que te dijo eso no conecta su cerebro con la boca. Ven, vayamos con los chicos.
Fuimos hacia el auto de Luke, subimos en la parte trasera con Alex, Irina acomodó sus flores sobre su regazo preguntando una vez más por la opinión de mis amigos. Finalmente terminamos en una pizzería para celebrar que el recital había salido bien, mientras esperábamos por nuestra pizza con orillas de queso como Travis la pidió, mi chica se fue al sanitario para quitarse todo el maquillaje y deshacer su peinado.
—¿Entonces mañana si nos iremos a Malibú?
—Sí, Anna está muy emocionada. —Le respondo a Alex—. Supongo que no hará bien distraernos un poco.
—Me parece una buena idea.
—¿Qué es una buena idea? —Irina se sienta a un lado de mí, su cabello castaño ondulado caída sobre su hombro derecho, y todo el exuberante maquillaje ya se había ido.
—Lo de ir a Malibú mañana, ¿irás, cierto? —Le recuerdo.
—Claro.