Dulce Poeta

Capítulo 33

Cuatro años antes     

Cuatro años antes.

─Serás siempre mi hueca preferida...aunque hayas roto mi auto. Estas perdonada. ─Tani no dejaba de llorar frente al sillón en casa de Emi, yo había presenciado la peor discusión de la historia de nuestra amistad.

─Tani tranquila, lo que importa es que tu estas bien... ─yo trataba de consolarla en vano.

─ S-si, lo, lo sé...─ decía entre sollozos ─Solo que no quiero volver a sentir que voy a morir...fue horrible. ─ volvió a llorar y ambas la abrazábamos. Ese impacto contra el árbol podría haberla matado, el auto de Emi quedó destrozado en verdad nos dio un gran susto.

─Te queremos, hueca, sólo que nunca más te dejaremos sola al manejar.─ rió entre lágrimas.

─No sé qué sería de mi sin ustedes, de seguro me moriría, o mataría.─ las tres reímos y nos abrazamos.

─Tranquila ya todo pasó...

─No, no pasó...─Seguía llorando desconsolada y nadie estaba preparada para oír lo que ella nos contaría─ Elián...Él y mamá.─ ella cubría su rostro con una almohada.

─ ¿Pelearon?─ la inocente de Emi preguntó aquello, antes de que pueda frenarla, yo sólo cerré los ojos al entender y agradecí por no tener una madre como aquella.

─Se acostaron, los pillé y yo sólo perdí el control, grité, los golpee, tiré cosas y luego hui, por ir llorando choque, lo siento tanto.─ Emi me miró apenada y sólo abrazó a Tani, a ella también se le cayeron unas lágrimas por el corazón roto de mi amiga. El dolor de una es el dolor de todas.

Hoy

─ ¡Doctor Reynalds a emergencias!─ una enfermera gritaba por el pasillo.

Nos encontrábamos en la clínica, mi amiga Tania estaba en estado crítico. No nos han dicho pero reconozco esas caras en los doctores. Las miradas de preocupación. Aquella Tania que tanto miedo le tenía a la muerte hace años, tras aquel choque, no es la que está en esa sala peleando por su vida, más bien los doctores pelean por ella, porque la hueca ya se rindió. Me duele tanto que ella haya tomado esa decisión que para nada es la solución a todo esto...y lo hizo para salvarnos.

─Deyi ¿Crees que lo hizo por miedo?─ Emi me hablaba y lo único que logré escuchar fue la última pregunta. Yo no le dije a nadie lo del celular, pero era hora, pronto llegaría la policía para saber que pasó. Así es el procedimiento.

─No...─saqué el móvil de Tani y se lo di con el mensaje y la foto─ Lo hizo por eso...para que ese hijo de perra nos deje en paz.

─No puede ser...─ la voz de Emi se quebró en llanto llamando la atención de los chicos que se acercaron. ─ Lo hizo por nosotros...mierda, no.─ abracé a mi amiga que temblaba por los nervios, la culpa y el llanto y tomé el móvil para dárselo a Naza.

Vi el rostro de mi poeta endurecerse, me miró con tanta preocupación en sus facciones que me dio escalofrío, estábamos en peligro, pero siendo sincera a mí lo único que me importaba en ese momento era que mi amiga salga con vida de esa maldita sala de emergencia.

─ ¿Su ex es quien lo envío?─la voz dolida de Hache me resultó extraña, era uno de los más afectados con el incidente, estaba casi tan mal como nosotras.

─Si, eso creemos...─ dije despacio para que unas enfermeras no nos escuchen, no quiero poner en alerta a todo el mundo, entiendo la gravedad pero hay que mantener la calma; yo estaba aún calmando a Emi sobando su espalda. Ella es muy inteligente, toma las cosas bien, al instante ella reacciona y deja salir sus sentimientos. No es como yo que si bien soy de llorar mucho, no lo hago al instante, me cuesta procesar los hechos, quedo en shock un tiempo hasta que al fin caigo en la cuenta de lo que ocurre. Y aún no caigo en que mi amiga puede morir en cualquier momento. Lo sé, mi cabeza lo entiende pero mis sentimientos están inmóviles, no puedo llorar, ni gritar ni reaccionar de ninguna forma, sólo puedo consolar a Emi y tener la esperanza de que estaremos bien. Las TED saldrían victoriosas de esto.

─ Ese hijo de perra...─ mascullo Andy furioso, los tres chicos echaban humo. Yo sin embargo ni siquiera podía demostrar furia ni frustración.

─Hola...─ una voz familiar a mi espalda me tomó por sorpresa─ Vinimos en cuanto pudimos...─eran los padres de Tania. Ambos con celular en mano escribiendo a Dios sabe quién. Ella es profesora de filosofía en una universidad y él un importante empresario de carne, están divorciados y se odian. Nunca estuvieron presentes en la vida de su hija.

─ ¿Que le ocurrió a Tania?─ al hablar su egocéntrica madre nos miró fijo y de forma despectiva. Nos odia y la odiamos. Es la peor madre sobre la tierra, le robó el novio a su propia hija...entre otras cosas.

─ Quiso suicidarse...─la voz de Hache nos sorprendió, él estaba calmado y les hablaba bien, eso porque no los conoce.




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