Dulce Poeta

Capítulo: 38

Acababa de limpiar toda la casa

Acababa de limpiar toda la casa. Recibiría visitas y pues debía verse bien todo, observaba si se me había quedado algo sin limpiar o acomodar, cuando un pequeño punto se movió, me quedé observando, luego otro lo siguió, y otro. Hormigas, mi casa tenía hormigas. Las seguí. Debía dar con la razón del porqué se metieron aquí. Revisé el pasillo y no había nada, los pequeños puntos seguían su camino hasta a mi habitación, debajo de la cama. Ahí las perdí de vista. Con todas mis fuerzas moví la cama y cuando vi la causante de la invasión no pude evitar sentir nostalgia. Eran caramelos, los caramelos favoritos del poeta, esos asquerosos caramelos. Parecían haberse mojado, pues estaban hechos una asquerosa pasta pegajosa, los tome con guantes pero ya era tarde, mi piso estaba manchado, han de ser tóxicos como para arruinar así un piso. Limpié con siete productos distintos pero la mancha café siguió ahí y seguiría ahí presente aunque ignorase su presencia. Era triste ver como todo lo que hubo alguna vez con el dueño de esos caramelos se reduce a una horrible y molesta marca en el piso, una mancha que no me permitirá olvidar.

─Entonces tú y el rubio mesero ¿salen?─Preguntó Emi.

─Podría decirse así...─ mis mejillas ardían.

─Bueno, mientras tú seas feliz...─ mi amiga me sonreía.

─Nosotras te apoyamos...─dijo Rosy─ Si tía Deya...─volvió a decir con voz de bebé moviendo la manito de mi sobrinita. Es tan exótica, su tez es morena y sus ojos azules como los míos pero su cabello es colorado como su madre. Leo es preciosa.

Nos habíamos juntado en mi casa pues debíamos organizarnos para el bautismo. Yo estaba súper alterada pues me gusta la organización y planificación en eventos así y la escasez de tiempo me alteraba. Sólo quedaba un mes. Por su parte Rosy estaba relajadísima e impecable, ni parece que hace meses dio a luz. El que está destrozado es mi hermano, sus ojeras son...épicas. Es muy obsesivo en el cuidado de la pequeña Leo.

─Bueno, basta de asuntos personales, a trabajar. ─ les ordené, ya llevábamos horas conversando y no avanzábamos en nada.

─ Bueno, Tania obsequia todas cosas dulces incluido el pastel, ya vimos cuál y el sabor...─informó Rosy─ Andy y Hache ponen las bebidas y el fotógrafo, sillas mesas y demás va por nuestra parte, mamá pone los suvenires...

─ ¿Y yo que pongo?─ dijo Emi.

─No lo sé, falta organizar la decoración, la música, y las cosas saladas...

─Y el lugar...─Agregué.

Ambas se miraron nerviosas. Mierda algo estaba mal.

─Eso...ya está, cuñada. Será en la casa del padrino. ─ debía ser una puta broma.

─Ah, bien.─ fingí que no me importaba─ Con mi galán ponemos la comida salada, él ya encargó un pernil y varios pollos rellenos, necesitamos saber la cantidad de personas...─ ambas se me quedaron mirando sorprendidas.

─ ¿Adhemar se ofreció? ─ dijo Emi y no entendía su pregunta.

─Claro, hace días le conté del bautismo de Leo y me dijo que él quería colaborar...

─Pero eso es mucho dinero y él...─ya entendía por dónde venía la cosa.

─Él es millonario. ─susurré─ bueno sus padres lo son...no se alteren.

─Oh por dios...─Emi estaba estupefacta.

─ ¿Y por qué trabaja en ese lugar de mierda?─ Rosy seguía resentida con Patricia. Ésta ni siquiera vino a conocer a su nieta.

─Por qué no quiere ser un niño rico mantenido, le gusta gastar su propio dinero, aunque sus estudios están pagos ya, se enteró hace poco y la plata que él enviaba a la escuela se la depositaban en una cuenta, sus padres no confiaban en que él pudiese solo pero los sorprendió. Así que puso su dinero a mi entera disposición y la de Leo.─ respire hondo por tan larga explicación.

─Mierda...ese tipo está loco por ti. Te sacaste la grande eh...─ se burló Emi.

─De todas maneras no pienso usar nada en mí, solo será de Leo.

─Me alegra que tengas a alguien que te valore realmente...─Rosy apretó mi mano sonriendo.

Me sentía feliz con Adhemar, pasar tiempo con él es súper agradable, en el tema de confianza vamos súper rápido, él tiene llaves de casa y yo de su casa. Por si surge una emergencia. Pero en el contacto físico vamos lento...

Sí, me besó. Y es realmente bueno en eso. No es magia lo que me hace sentir, es fuego, me queman sus labios y alteran mi organismo, sus besos son tan apasionados que la otra noche tuve que frenarlo porque me había excitado a tal punto de que mi virginidad me importaba una mierda. No me sentí yo por un instante. Hay química pero no magia. Sin embargo aún me estresa que sea tan desordenado y genere tanto caos por dónde camina. Es un huracán.

Sin embargo había ocasiones en las que inevitablemente pensaba en Villanueva. Había una parte de mí que lo añoraba, a pesar de todo. Eran segundos, pero me torturaba que ocurriese y ahora tener que organizar el bautismo de mi sobrina en su casa...es mucho.

─Bueno ya que tenemos el dinero de Adhe, queremos empanadas...─ ambas me ponían carita de perro mojado. Pobre Adhe...

Por suerte la puerta de casa se abrió dejando entrar a mi rubio galán sonriente con su casco y su campera de cuero marrón, hasta parece de publicidad.

─Hola princesa...─ dijo y de inmediato me paré corriendo hacia él saltándole encima, llevaba días sin verle. Lo besé.

─Hola galán, te extrañé...─ volví a abrazarlo.─ Ven, las chicas están aquí...─ lo iba a guiar a la cocina pero ambas estaban boquiabiertas mirándonos.

─Que descarada eres...nos dijiste que sólo salían ¿y toda esa escenita qué?




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