Dulce Poeta

Capítulo: 22

Cuatro días han pasado ya desde que me dijeron que me tendrían que abrir los sesos de nuevo     

Cuatro días han pasado ya desde que me dijeron que me tendrían que abrir los sesos de nuevo. Y bueno, me llegó la hora, el momento de encontrarme con el creador... ¡diablos! debí estudiar artes dramáticas no esa estúpida arquitectura. Mentira, mentira ¡no eres estúpida, eres hermosa! Mi bella y sexy arquitectura...

Si bien es una carrera estresante para gente sin paciencia como yo, jamás me arrepentí de haberla escogido. Desde niño me gustaba el dibujo, y hacer estructuras con legos, era muy bueno debo admitir. Aunque todas las artes me gustan, pero también sé que por más fascinantes que sean no son bien pagas, cosa que es una total injusticia. Por eso cuando veo gente que persigue sus sueños pintando en la calle, o tocando un instrumento o vendiendo artesanías siempre compro algo o les doy bastante plata, para alentarlos, para premiar su tiempo invertido y su valentía de querer vivir de su arte. Esas personas son fantásticas son magia...Deya opina que las personas que se dedican al arte en cualquier forma de expresión son seres mágicos, que con su magia transmiten cosas e influyen en las personas. Sinceramente su forma de ver las cosas me tiene cautivado, y es verdad, todas las personas a las cuales Dios les dio el don de ser buenos en la música o en pintura, escritura, escultura, teatro o lo que sea deben de ser agradecidos, Dios les dio magia, les dio el don de transmitir.

Mi musa es arte, mi musa es magia en su más pura expresión.

Deya está en plenos parciales por lo que no ha estado muy pegada a mí pero anoche se quedó a dormir, quería tranquilidad según me dijo pero sé que lo hizo por qué está asustada por la operación. Por mi parte yo estoy de lo más tranquilo, sé que estoy en buenas manos y si Dios me acompañó hasta aquí y me dio la posibilidad de vivir, y sin ningún daño, si me dio la chance de ser un milagro médico, no va a abandonarme ahora. Dios me está cuidando y eso es suficiente garantía para mí.

Están todos aquí, es como que fuese mi fiesta de cumpleaños, vino Thiago con Rosy, mi madre, León del Liberty, Andy, mi hermosa y preciosa Deyamira, el doctor, la recepcionista, otras doctoras y enfermeras. Todos menos mi madrina, no sé el por qué no regresó aquí, vino desde muy lejos a verme y me vio unos diez minutos para nunca regresar. 

Vaya madrina.

No he vuelto a saber de Hans ni de la malvada Mel. Gracias al cielo desaparecieron.

─Chicos, chicos, ya dejen de comer sobre el enfermo por favor...─ una enfermera reprendía a León y Andy que comían papas fritas sobre mí.

─Que me vayan a abrir los sesos no significa que esté enfermo.─ dije y todos me miraron sin saber si reírse o darme el pésame.

Deya odia mi humor negro, lo descubrí hace dos días cuando encontré un líquido rojo que me eche en la cabeza para luego simular que convulsionaba. Mi nena casi se desmaya y deshidrata tanto llorar. Ya, tranquilas ¡no me golpeen! Ya sé lo tonto e infantil que fui, verla llorar a causa de mi idiotez fue suficiente castigo. Pero es que estaba aburrido, ya voy casi un mes encerrado en la habitación 21, me aburro, y si bien todo mejora en compañía de Deya y mis amigos todo se está volviendo muy monótono, ya quiero irme. Me volveré loco si tengo que seguir mucho más tiempo aquí. 

─Siempre tan graciosito...─ mi nena agarró mi cachete izquierdo y comenzó a apretarlo. Lo hizo bien duro, como con bronca, ja.

─ Pero tu graciosito.

─Ya empezamos con la novela...─ se quejó Andy.

─Shh, cállate, es material para mi libro...─ dijo atento Thiaguin.

Ya en ese punto mi bella se volvió bordo de la vergüenza, no sé cuándo se le pasará, pero debo admitir que amo que se ponga rojita al decirle algo. Ya no hay de estas.

─ Soy la madre más afortunada al tener a Deya de nuera.─wow, mi madre sí que va rápido.

Gracias al cielo el doctor la llamó a hablar y mis amigos no siguieron con sus cosas de poner roja a mi nena. No le he vuelto a pedir que sea mi novia. Lo he pensado mil veces pero no lo hice, ella entró en pánico cuando eso pasó y no quiero presionarla. No de nuevo. Y tampoco quiero que me vuelva a rechazar, el anterior rechazo me dolió un poquitín.

El otro día me dijo "te amo" yo creí que era acto de mi imaginación pero cuando se puso nerviosa y luego dijo una tontera como un "yo te coso " supe que no era mi cabeza jugándome una mala pasada, era real, ella me lo dijo. Aunque se arrepintió al instante. Pero lo dijo, y luego lo disfrazó de un te coso, que por mi está bien, porqué ambos sabemos que es un te amo disfrazado.

─Bueno, los dejo para que lo saluden y le transmitan buenas energías...─ dijo el doc. y sé que trató de disfrazar que nos deja para que se despidan de mí...por si acaso. Todo muy protocolar.




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