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No es cómodo la posición que me encuentro con el presidente del consejo estudiantil, ni la mirada que tiene sobre mi rostro. ¿Es por mi cabello suelto? He recibido comentarios que parezco una cerdita con pelo negro, y otros han dicho han dicho que soy una osa rechoncha. Por lo tanto, no es de extrañar que esté comparándome con algo así.
Quiero huir de esto.
—Cortaré —murmuro, jalando mi cabello, pero su mano me detiene—. No te muevas, arrancaré ese mechón de pelo.
—Pensé que las chicas les importaba mucho su cabellera.
Tiene toda la razón.
La mayoría de las mujeres les gusta cuidarse su cabello, pero no soy como ellas. Mi belleza no se activará al cuidarlo. Por lo tanto, me da igual.
—No importa.
—A mí sí —objeta, mientras sostiene mi mano y empieza a desenredarlo hasta soltar el mechón—. Tienes un bonito pelo que hace combinación con tus ojos.
¿Qué cosa? ¿Acaba de darme un cumplido? ¿A mí?
—Gracias.
—¿Estabas buscando algo? Noté que venías observando en el suelo.
Oh. Sí. Estaba buscando algo.
¡Sí! ¡Mi cuaderno de bocetos!
—Sí. Se me cayó un pequeño cuaderno donde tenía ciertas cosas importantes para un trabajo —comunico, sacudiendo mi ropa. Echo un vistazo a su apariencia pulcra, deleitándome con su aspecto estudiantil. Es atractivo. Me gusta esa vibra estudiosa. Los lentes le asientan bien. Ni que hablar de ese uniforme que define su pronunciado cuerpo de atleta. ¿En serio es gay?—. Espero encontrarlo pronto.
No debo mirarlo mucho.
No es que lo vea por primera vez.
—Si quieres, te ayudo a buscarlo. Ya tengo tiempo y…
—No —interrumpo enseguida. No aguanto de tenerlo tan cerca de mí. Hace que me sienta incómoda al extremo. Es una criatura brillante para que esté al lado de un fango—. No será necesario. Iré con mis amigas. Espero ya no volver a tropezarnos, presidente.
Ni siquiera lo miro y paso a un lado de él, pero sostiene una de mis muñecas.
—Puedo ayudarte. ¿Olvidas lo que puedo hacer con mi cargo?
¿Por qué insiste en ayudarme? Pero tiene razón en ello; sin embargo, no deseo que esto se haga famoso entre los estudiantes. Tan solo imaginarlo, hace que entre en ansiedad.
Pueden leer mi cuaderno de bocetos e ideas.
Aunque no haya puesto el nombre del presidente, es posible que adivinen quién es. Si lo saben, estaré perdida.
—Lo sé, pero prefiero hacer esto a mi manera, presidente.
—Aiden.
—¿Qué?
—Dudo que no sepas mi nombre. Puedes llamarme así —responde con esa sonrisa que hace chillar a sus fanes—. Se siente raro que te llame por tu nombre y tú, no a mí.
¿Es solo eso?
Llamarlo por su nombre, puede que sea un problema si alguien escucha la familiaridad. No quiero meterme en problemas en este tema, pero al observar su expresión sonriente y cálida, hace que sea difícil negarme.
—Lo haré, pero cuando nos encontremos de casualidad —confieso entre un respiro—. No será necesario tu ayuda, Aiden. Aunque si ves un pequeño cuaderno, no lo abras y entrégamelo. Es muy importante para mí.
—¿Qué tan importante?
—Mi vida —contesto firme. Él ríe por mi respuesta y saca su celular—. Esto…
—Dame tu número. Si lo encuentro, te debo contactar —dice sonriendo—. También dime tu aula.
Oh, Dios. No esperaba este desenlace.
Con dudas y vergüenza, anoto mi número en su celular. Mis amigas se van a quedar sorprendidas al saber que Aiden Winston me dio su número. Igual que esas escenas que dibujo.
Una escena de romance adolescente.
Sin embargo, esto es diferente. Completamente. No puedo imaginar que este chico popular se fije en mi persona. En la “chica osa” del salón, la que dibuja en anonimato comic de adolescentes y romance BL.
—Estoy en el aula D. Último año.
—Muy bien —responde, moviendo sus dedos en la pantalla del celular—. Te agendaré y te llamaré si sé algo del objeto que perdiste, ¿bien?
—Sí. Muchas gracias. Me retiro, Aiden.
Es difícil llamarlo por su nombre.
—Espera antes que te retires, quiero saber algo.
—¿Sí?
—¿Te gusta la comida de la cafetería?
¿Qué clase de pregunta es esta? No viene al caso.
—Sí.
—Muy bien. Nos vemos después, Serena.
Con esas palabras tan cortas y sin detalles, se retira de ahí, dejándome confundida. ¿Por qué debí entablar una conversación amistosa con el chico popular? Por otra parte….
Es posible que tenga problema por estar conversando con ese chico.
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