Dulce Sorpresa

CAPÍTULO 5

■■¿■¿■■

Me ha llamado el presidente del consejo estudiantil.

¿Será que ya encontró mi cuaderno? Si es así, sería una buena noticia. Aunque, con esta llamada, debo explicarles a mis amigas la situación que hay entre los dos. Es la primera vez que me llama un chico. Más bien, no es cualquiera hombre…

¡Es Aiden Winston!

Sí. Yo también quiero chillar de la emoción.

¿O será de la sorpresa de escuchar una voz masculina melodiosa?

—¿Es por mi cuaderno?

Oh. No. Quería confirmar si este es tu verdadero número de celular —comenta entre una risa grácil—. Al parecer, fuiste sincera.

Mis amigas se ponen a ambos lados de mí y tratan de acercar su oreja al celular para poder escuchar mejor.

—¿Por qué te mentiría?

Por miedo —responde, dejándome sorprendida—. Sentí que te ponías nerviosa en las dos caídas que tuvimos.

Oh, cielos.

¡Tiene toda la razón! ¡Es normal que lo haga! No solo eso sentí. Es difícil poner en simple palabras la avalancha de emociones que tengo por ese chico popular.

Vergüenza. Miedo. Admiración. Atracción.

No puedo definirlo en una simple palabra.

—Bueno. Es normal sentirme nerviosa por ti.

Bonnie y Stella voltean a mirarme sorprendidas.

¿Acaso dije algo raro?

¿Sientes muchos nervios estando conmigo? —pregunta con ese tono de voz atrayente—. ¿Es algo bueno o malo? Lo tomaría lo segundo porque deseo conversar más tiempo contigo.

Oh, Dios mío.

—¿Acaso es una broma? —pregunta en susurro Stella, mientras que Bonnie le cubre la boca para que no hablara más.

¿Por qué quiere hablar más tiempo conmigo?

¿Es para preguntarme sobre mi cuaderno?

—Puedes llamarme cuando quieras —indico con sinceridad. Mis amigas se sorprenden más—. Quiero decir. Si queremos entablar una amistad y hablar sobre lo que busco, podemos hacerlo.

Entonces, te llamaré todas las noches.

¿Qué cosa?

—Espera… Eso…

Mañana iré a tu aula en el receso —comenta el presidente sin quitar ese tono amistoso—. Por último, tienes un hermoso cabello para que sea arrancado de la manera que deseabas. Nos vemos mañana, Serena.

Cuelga la llamada, dejándome petrificada por lo que acaba de pasar.

¿Qué mismo sucedió? ¿Solo llamó para decirme eso? ¡No comprendo en nada!

—Nos debes una explicación, Serena —dice Bonnie a mi lado derecho—. ¿Qué tienes con el presidente del consejo estudiantil? ¿Por qué te llamó y dijo esas cosas?

—Más bien, ¿por qué le estabas coqueteando? —prosigue Stella a mi lado izquierdo—. ¡Es la primera vez que haces eso con un chico! ¿Se te confesó?

—¿Desde cuándo tu material de apoyo se convirtió en un admirador?

Muchas preguntas que también quiero saber.

—En primer lugar, yo no le he coqueteado —indico de mala gana—. ¿Por qué lo haría? Solo quería ser amistosa con él y no piense nada mal de mí.

—¡¡Le coqueaste!!

—¡¡También te coqueteó!!

¿Eso piensan?

—¿En qué momento nos coqueteamos? —cuestiono ceñuda—. Porque solo estaba tratando de tener una conversación normal con él.

Ambas me observan con sus frentes arrugadas.

—Dijiste que él te ponía nerviosa.

—Que podía llamarte y él optó en hacerlo todos los días.

Oh, cielos. Eso sí sonó como coqueteo, pero en ese momento, no lo vi así.

—No es eso….

—¡¡Le gustas!! —exclaman ambas con entusiasmo.

Me levanto de un salto y empiezo a reírme por la idea descabellada que tienen al respecto a esto. ¿Gustarle? ¿Al chico popular? ¿A la persona que tiene mejor promedio en toda la preparatoria?

No paro de reírme por lo ridículo que suena eso.

—Dejen de bromear.

—¡No estamos bromeando!

—Es ridículo la barbaridad que están diciendo —comento entre risas—. ¿Por qué le gustaría a ese chico? ¿Lo olvidan? Hasta tengo un apodo en el aula por mi cuerpo redondo.

—No le veo el problema a ello —dice Stella con una ceja arqueada—. Además, ese apodo no es de importancia. Solo te dicen personas que tienen caca en la cabeza.

—Eso mismo —prosigue Bonnie—. Pensé que te ibas a acercar a él para material de apoyo y saber si es gay o no, pero escuchando esto, dudo que le gusten los hombres.

Están confundiendo todo.

—No es lo que piensan.

—¿Sabes por qué llamó? —pregunta Stella—. Es para escuchar tu voz. Los enamorados hacen eso. O así leí en uno de los libros de romance que mi hermana sabe comprar para suspirar.



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En el texto hay: juvenil, romance y humor, chicacurvy

Editado: 21.11.2025

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