Dulce Sorpresa

CAPÍTULO 17

■■¿■¿■■

Se ha presentado delante de él con un tono lleno de orgullo.

Hasta ha sonado elegante su presentación, mientras que Jules está en silencio y con la mirada sobre él. Ya no sé qué más decir ante esto. El ambiente no es nada bueno. Parece una rivalidad innata que tienen ambos. Siento que me sofocaré si me quedo más tiempo aquí. ¿Por qué apareció justo en este momento?

—¿Qué hace el presidente del consejo estudiantil aquí? —pregunta Jules con una expresión llena de seriedad—. Por lo que veo, solo son compañeros. ¿O me equivoco?

Oh, Dios.

—¿Te interesa eso?

—No —responde Jules con una media sonrisa—. Escuché muchos rumores sobre el presidente del consejo estudiantil y con la exanimadora. ¿Es verdad que tu exnovia es la chica de la presentación, Aiden Winston?

¿A qué se refiere con eso? ¿Por qué está molestando con este tema?

—Al parecer, te interesa mucho mi vida amorosa.

—No es así. Solo que me pareció interesante estar escuchando rumores desde el momento que pisé esta preparatoria y cada una de ellas, estaba vinculado el presidente.

Hace referencia a los rumores que su sexualidad y sus exnovias.

La mirada de Jules se ancla en mi rostro, pero Aiden hace un bloqueo con su cuerpo.

—¿Quieres tener una reunión conmigo para decirte si los rumores son ciertos o no?

Jules ríe.

—No me interesan los rumores, pero sí me interesa volver a conversar con la chica que está detrás de ti, Winston.

Oh, Dios. ¡¡Ya no aguanto esta tensión!!

—Estás muy obsesionado con el karma.

—¿Eso te interesa?

—Sí cuando la chica que está a mi lado se ha involucrado en tu egoísmo —responde el presidente—. Ella ya te lo dijo. Dudo que no lo recuerdes. O solo que tengas la mente en otra parte.

Oh, cielos.

¡¡Quiero correr!!

—Muy bien. Solo quería estar un poco más de tiempo con Serena —declara Jules, acercándose a mí, mientras me entrega el lápiz—. En serio lamento mucho lo que pasó entre nosotros. Haré lo que dijiste. Por eso, no pongas esa expresión en el rostro.

¿Qué expresión tengo?

—Jules…

—Te luce bien ese traje de pollo —confiesa entre una risa. Extiende una de sus manos hasta querer tocarme, pero Aiden hace otra vez un bloqueo con su cuerpo. Ambos se miran. Tienen el mismo porte—. Solo ten cuidado con los hombres posesivos. Son algo tóxicos.

Con esas palabras se aleja de ahí, dejándome confundida por la situación. ¿Qué fue esta clase de encuentro? ¿En serio tuve una conversación de este calibre con él? Echo un vistazo al lápiz de mi mano, recordando los sentimientos añejos que tuve por él.

Mi primer amor fue un fiasco.

Mi primer rechazo en el amor.

—Serena.

No pensé que lo guardó el lápiz que le presté. Recuerdo que ese día, me sentí feliz al ver que sonrió al aceptar mi ayuda. Tan solo con eso, mi corazón latió apresurado.

—Serena.

El toque de algo frío en mi rostro, trae mi atención.

Agrando los ojos al ver el rostro del presidente tan cerca de mí y retrocedo casi tropezándome con mis propios pies, pero su agarre en mi cintura hace que me estabilice.

—Lo siento. Estaba pensando.

Esto es ridículo.

¡El presidente está sujetando la cintura de una chica disfrazada de pollo!

—Al parecer ese tipo te sigue gustando.

¿Qué?

—¡No!

—¿Segura?

—¿Por qué me gustaría alguien que rompió mi corazón? —pregunto nerviosa. Su mirada recae al lápiz de mi mano—. Esto solo es un recuerdo —Lo guardo en el traje de pollo—. Más bien, muchas gracias por hacerlo alejarse de mí. Me sentí aliviada.

Él permanece en silencio por unos largos segundos.

—Serena.

—¿Sí?

—Necesito hacer unas cosas —indica sonriendo extraño—. Vine corriendo cuando te vi. Aún necesito terminar mi responsabilidad como presidente del consejo.

Eso lo sé.

—Claro. Puedes…

—No te reúnas con otros hombres, Serena.

¿Qué acaba de decir?

—¿Reunirme con otros hombres? Jules solo pareció y….

—Ese tan Jules Harries, no es nada tuyo para que le estés llamando con demasiada confianza —comenta con esa sonrisa que no le llega a los ojos. Tiene una expresión bien fría—. No me gusta tener este sentimiento en el pecho cuando se respecta a hombres.

¡No entiendo lo que dice!

—No comprendo lo que estás diciendo….

—Serena —Llama de nuevo mi nombre, pero esta vez, ha sujetado una de mis manos y no para de acariciar mis dedos—. Espérame en el patio central. Iré a buscarte cuando termine todo.



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En el texto hay: juvenil, romance y humor, chicacurvy

Editado: 29.11.2025

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