CAPÍTULO 25

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Lo ha dicho sin reparo alguno.

Antes que siguieran discutiendo más, el presidente se aleja conmigo con nuestras manos entrelazadas. Todos del alrededor han quedado con una sorpresa enorme por la declaración directa. No solo eso, el beso que depositó, fue el desenlace de la realidad.

Lo dijo.

Lo declaró ante todos.

Soy la novia de Aiden Winston.

—Soy tu novia —musito a medida que caminamos. Él ríe—. Lo siento, pero es increíble.

—¿Lo es?

—Demasiado.

No para de reírse hasta que nos detenemos en un rincón del pasillo. Su mirada recae en mí, mientras dibuja una sonrisa risueña en sus labios.

—Al menos, ya no te estarán molestando esas fanes.

En efecto, ya no molestarán.

—Ya no. ¿Está bien que hayan disuelto ese club?

—Sí. Desde antes, siempre traían problemas —responde, acariciando mi mano de manera grácil—. Ahora estarás tranquila sin ninguna de estas novedades.

Ya no tendré a fanes locas detrás de mí para soltar maldiciones u otra cosa por el estilo.

—¿Gracias?

—Ese gracias sonó a pregunta —contesta sonriendo—. Eres mi novia. Por lo tanto, no dudes en decirme que necesitas ayuda.

De cierta manera, es lindo.

Quiero decir, este sentimiento nuevo que tengo en el corazón va en aumento, creciendo cada día más por él. ¿Así se siente enamorarse y ser correspondida?

Esta es la primera vez que alguien se enamora de mí.

De mí.

—Tengo suerte que mi novio sea el presidente del consejo estudiantil —confieso entre una sonrisa—. Muchas gracias, Aiden.

Mi declaración viene acompañada con un tenue beso en la mejilla que deja a mi corazón latiendo como loco en mi pecho.

—Me gusta que me llames por mi nombre, Serena.

¡Pronto me convertiré en una gelatina!

—Hay que abstenerse a besarse en público, ¿entendido?

—¿Por qué? Es normal que una pareja de enamorados demuestre amor ante todos —indica sonriendo—. No me interesa que me vean contigo a mi lado. ¿Por qué debe de interesarme?

Eso lo sé de más.

A él, nunca le ha importado los rumores.

—Aiden.

—¿Sí, Serena?

—Quiero decirte que, si terminamos más adelante, no deseo una discordia entre los dos —confieso con preocupación—. Quiero que al menos, nos saludemos, igual que unos viejos amigos.

Sí. Eso deseo. No quiero ser como sus exnovias.

—Recién empezamos a salir y ya piensas en separarnos —comenta con esa sonrisa extraña que a veces tiene—. Será mejor no hablar de este tema más adelante, pero te contestaré a lo que has dicho. —Hace una pausa y me observa con una expresión indeleble—. Nunca he tenido amistad con las personas que he roto.

Lo ha dicho bien claro.

¿No piensa llevarse bien conmigo?

—No sabía eso.

—Ahora que lo sabes, es mejor que no digas nada —repite—. ¿Entendido, Serena?

Significa que, si terminamos, nunca más hablaremos.

Ni si nos encontramos en la calle. Ni nada por el estilo. Es muy triste saberlo. No pensé que podía sentir varias emociones en un solo día. No digo nada y seguimos caminando con las manos sujetadas.

No deseo que lo nuestro termine así de fácil.

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He afirmado a la misma pregunta que no pararon en hacérmela medio que pisé el salón: ¿Estás saliendo con Aiden Winston? Algo que me he cansado de contestar, pero con eso dejaron de hacerlo. Al menos mi clase, dejó de hacerlo. Por otra parte, la conversación que tuve con mi dichoso novio, me ha dejado algo triste; sin embargo, terminó bien.

—Deja de pensar con profundidad, Serena —dijo Aiden, abrazándome—. Solo enfócate en el presente, ¿entendido? —Sujetó mi rostro y plantó un beso en los labios, sorprendiéndome—. Sí. También debes de acostumbrarte a estas demostraciones de afecto.

Nos hemos besado varias veces, pero sigo sin acostumbrarme a su cercanía directa cariñosa. Por otro lado, ¿en serio está bien que tenga una relación con el presidente?

Es una pregunta que me ha surgido de repente.

—Eres muy afortunada, Serena —pronuncia Stella a mi lado—. Tienes un novio muy guapo.

—Algo así.

—¿Qué ocurre?

—Solo estoy procesando esta nueva situación en mi vida —comento, haciéndola reír—. Es difícil aceptar. Estamos hablando del presidente, Stella.

—Un chico que no importó demostrar su afecto en público —recuerda la escena de horas antes—. Ahora tendrás a alguien atractivo a tu lado.

Sí. Eso mismo.

—Es complicado, Stella.