GUSTOS PECULIARES
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Escucho a lo lejos la música de la fiesta del día de brujas y me recuesto sobre una de las gradas del coliseo. Falta poco para que me nombren como presidente del consejo estudiantil en la preparatoria. Algo que detesto por las responsabilidades que debo de hacer ante todos los estudiantes. El único respiro que tengo, es al momento de jugar básquet con mi equipo que me eligió como capitán por mis destrezas.
No pensé que pronto estaría desempeñando un papel que nunca quise.
Tener buenas notas, es fácil. No hay necesidad de estar todo el día con las materias para aprenderlas. Me basta con escuchar en clases y practicar con los deberes en casa. Ni porque tendré el título de presidente del consejo estudiantil, mi odioso padre deja de molestarme. Para él, es normal que sea el mejor de toda una preparatoria. Hasta he participado en varios concursos, ganando medallas.
—¿Lo sabías? Dicen que Aiden Winston será el próximo presidente del consejo estudiantil —habla una de las estudiantes desde debajo de las gradas del coliseo. Hay varias luces alumbrando por el alrededor—. Esta vez, tendremos a un chico guapo y popular. ¿No te emociona, Serena?
—¿Debería?
Fijo mis ojos en la persona llamada Serena, observando su perfil. Es una chica de mí misma edad y lleva un traje negro. Su cabellera la tiene amarrada bien alta, mostrando su cuello que lo adorna un collar.
La otra chica, lleva un vestido rosa pastel con brillantina.
—¿No te inspira?
—No lo conozco tan bien para inspirarme, Stella —comenta la chica de coleta, sacando una funda de caramelos para devorarlo poco a poco—. He escuchado sobre él, pero no es para tanto.
—¿No lo es? ¡Fue novio de varias chicas populares?
—Sí. Por eso mismo —responde con la mirada hacia un lugar en específico. No para de comer sus caramelos con ganas—. Con tal que desempeñe bien su papel, no hay nada de interesante.
Nada interesante.
No evito sonreír y fijarme más en su perfil carismático. En realidad, he salido con esas chicas solo porque tenía curiosidad. Nunca he llegado a interesarme a tal punto de enamorarme.
Porque todo me parece aburrido.
Demasiado aburrido.
—¿Qué tipo de chica te gusta, Winston? ¿Las de cabello largo? ¿Ondulado? ¿Delgadas? ¿Qué se vistan bien? Puede que sí, tus exnovias lo fueron.
Cuando preguntaron eso, recién me fijé en las apariencias de mis exnovias. Sonrío más grande. ¿Mis preferencias en mujeres? Nunca me lo he preguntado porque me parecía aburrido ese tema. Si me fijo en las chicas de mi alrededor y mis gustos, daría un resultado muy interesante.
Chicas delgadas y elegantes. Cabellos extravagantes y con perfumes fuertes que molestan en mi nariz.
—Deberías fijarte en los chicos, Serena —recomienda su amiga en un respiro—. No importa. Dejemos ese tema a un lado y enfoquémonos en tu comic de romance juvenil. ¿Está finalizado?
¿Dibuja?
Ella traga su caramelo y se levanta de la grada, mientras carraspea. Ambas no tienen idea de que las estoy viendo.
—El final, es que el prota corre despavorido hasta detenerla —comenta, movimiendo los brazos con emoción—. Llora para que no termine con ella y terminan con un hermoso beso de verano.
Quiero reírme por lo cursi que es, pero su amiga chilla.
—¡Eso es hermoso! —exclama en un salto. Se acerca a ella para darle palmadas en su hombro—. Un hombre que llora suma muchos puntos. ¡Muy bien! ¿Quién soltaría a su chico si está en ese estado? Yo lo abrazaría, ¿no harías lo mismo?
La chica llamada Serena queda pensativa y sonríe.
—Lo besaría.
—¡Sí! ¡Buen punto!
¿Besar a un chico por estar llorando?
Es algo gracioso y sacado de una novela de adolescente, pero es muy favorable si quieren retener a alguien en la palma de su mano. ¿Sería manipulación si alguien hace eso?
No pensé que las mujeres les gustara eso.
Entre risas se alejan de ahí, dejándome con la mirada detrás de la espalda de la chica de coleta. No evito sonreír por su ocurrencia rosa. Achico mis ojos y recuerdo una de las preguntas que he escuchado a mis compañeros.
—Es normal emocionarse con las chicas. Sobre todo, si son de cuerpo perfectos. ¿No estás de acuerdo, Winston? ¿No sentiste eso con tus exnovias cuándo la miraras o estabas cerca de ellas?
Sé a lo que se refieren.
Sin embargo, la respuesta que era obvia, para mí era diferente.
¿Emocionarme? ¿Por qué debería de estarlo? Sigo mirando a la chica de coleta hasta que una imagen viene mi cabeza. Ella de pie enfrente de mí, mientras acaricia una de mis mejillas. Eso hace que me levante de un salto y permanezca confundido.
¿Qué fue eso?
▬¿■¿▬
Termino de jugar y estoy mojando mi rostro con una botella de agua.
Han venido muchas personas para ver el partido de básquet. Sobre todo, mujeres. Mi exnovia ha dado el último baile de animación, recibiendo comentarios de despedidas, mientras mis ojos no paran de mirar a las gradas a tres chicas que han estado viniendo a ver jugar en las últimas semanas.