Dulce Tentación

~ Capitulo 11 / Ashly~

Llegaba a clases arrastrando los pies por el suelo, sin ganas, mientras intentaba sacar de una vez la deplorable condición de mi tía de mi cabeza.

-Ash- me sonrió Karol al llegar a mí. La miré algo decaída, y ella me miró preocupada. -¿Estás bien? ¿Por qué estás así?- preguntó, tomándome de los hombros para examinarme. Le sonreí débilmente, sin muchas ganas.

Los recuerdos me atacaron y no supe cómo defenderme.

-Confesé triste y sin ganas.

Ella suspiró pesadamente y me abrazó con fuerza, como si necesitara asegurarse de que estaba bien. Devolví el abrazo, pero de manera ligera, pues no tenía ganas de nada.

-Princesa- me habló esa voz, y un escalofrío recorrió mi espalda. Karol miró con desdén a Rusther, que estaba detrás de mí. Me pareció curioso, ya que siempre le había encantado él, pero ahora lo miraba como si fuera la peor aberración del universo.

-Buenos días, Reffirshon...- saludé, girándome para verlo. Él sonrió un poco y me extendió una caja de lentes de color negro que tenía en las manos.

-¿Son...?- mi pregunta quedó en el aire mientras una sonrisa de felicidad y emoción se formaba en mi rostro. Tomé la caja sin dudarlo y la abrí ansiosa. Los lentes estaban intactos. Mis ojos se cristalizaron por la emoción que invadió mi pecho, y miré a Rusther.

-Gracias- le sonreí de manera honesta. Sin poder evitarlo, me lancé a él, abrazándolo con fuerza, agradecida.

-Muchas gracias, en serio- continué con ternura. Su cuerpo era frío, pero no me molestaba en lo absoluto. Se tensó un poco, pero luego me devolvió el abrazo con cierta duda, pero con una linda sonrisa en los labios.

-No fue nada, princesa- dijo en voz baja, acariciando mi espalda con cariño. Me separé de él, aún sonriendo.

-Me alegra que te haya hecho feliz ese simple detalle...- añadió. Apreté el estuche con los lentes y lo miré, sonriendo sin poder evitarlo.

-Son muy importantes para mí, no sabes cuánto...- dije, sin borrar mi sonrisa. Honestamente, no creía que fuera posible borrarla. -En serio, gracias- repetí.

-¡Rusther!- lo llamó uno de sus hermanos. Los miré, ladeando el cuerpo un poco para verlos. Estaban a unos metros detrás de nosotros, sonriendo. Él dio la vuelta para verlos.

-Tengo que irme- me miró con una expresión extraña que me causó diversión y ternura. -¿Nos vemos luego?- preguntó curioso. Asentí, agradecida, sin dudarlo.

-Claro, estaré eternamente agradecida contigo- le dije, asintiendo con la cabeza.

-No digas esas cosas, que se lo toman en serio- se quejó Karol, cruzando los brazos detrás de mí. Me asusté un poco y la miré con expresión horrorizada.

-¿Quién eres tú y dónde está mi amiga?- me quejé, alejándome de ella y acercándome un poco más a Rusther. Ella hizo una mueca de ofendida.

-¿Qué te pasa, babosa?- se quejó, mirándome mal. -Como sea, te dejo con él, "princesa"- ironizó con hastío. Reí un poco mientras se alejaba de nosotros.

-Nos vemos luego, Rusther- le dije, mirándolo. Me acerqué a él y le besé la mejilla antes de correr tras Karol.

-¡Espérame, Karol! Vamos, no te enojes- me quejé, alcanzándola. -¿Qué te pasa?- le pregunté extrañada. Ella se detuvo y me miró.

-Aléjate de ellos, Ash- dijo en tono serio, con expresión preocupada. Me asusté cuando sus ojos empezaron a cristalizarse.

-No entiendo, ¿por qué actúas así si siempre quieres que te hagan quintillizos?- me quejé, mirándola preocupada.

-No puedo decírtelo, pero es por tu bien- dijo, controlando su voz, que comenzaba a quebrarse por las lágrimas. Negué con la cabeza, firme.

-No puedo alejarme de él, o de ellos... No entiendo a qué te refieres, pero no puedo ser así...- dije, mirándola seria, mientras guardaba el estuche de lentes en un bolsillo de mi bolso.

-Por favor, Ash, aléjate de ellos- rogó, tomándome por los hombros con algo de fuerza. Me sacudí para salir de su agarre, alejándome unos pasos de ella, algo molesta.

-Dime por qué. Dame una razón válida de por qué hacerlo, y si la considero lo suficientemente fuerte y válida, lo haré- dije, sin borrar mi expresión seria. Ella negó.

-¿Ellos o yo?- soltó, mirándome con impotencia. La miré incrédula.

-Esto debe ser una mala broma, muy mala broma- me quejé, frotándome el rostro cansada con las manos. -No los escogeré a ellos, porque apenas y dejo de evitarlos, y tampoco te escogeré a ti, porque no voy a dejar de hablarle a alguien solo porque tú lo dices- expliqué, incrédula ante su actitud. Arqueé una ceja, mirándola. -¿Estás celosa? ¿Eso es? No te preocupes, no estoy interesada en ellos de ninguna manera- dije, buscando una respuesta a su actitud irracional.

-No estoy celosa, Ashly- se quejó. Bufé, sin creerle.

-No me hagas escoger, porque no voy a hacerlo. Si me quieres seguir hablando, hazlo. Adelante, no dejaré de hablarle ni a uno ni a otro...- negué, harta. -Me voy, espero que no pienses esas cosas absurdas luego, porque sin importar qué tan importante seas para mí, no me harás decidir entre nada, por nada ni por nadie- le di la espalda y la escuché gruñir un poco. Me detuve, la miré de reojo y vi que estaba gruñéndoles a los Riffirshon, que estaban sonriendo en el mismo lugar.

Rusther estaba serio, mirándome fijo. Roderick los miraba con burla, Karol. Rasher miraba serio a Karol mientras negaba, aburrido, y Randi solo sonreía de manera ladina con suficiencia. Les di la espalda y caminé hacia adentro, sin entender nada sobre esa rivalidad que de la nada se había creado entre ella y ellos.

Entré a clases normalmente, mientras trataba de ignorar el hecho de que mi amiga quería matarse con los que habían sido sus crushes durante toda su existencia, hace solo unas horas.




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