Dulce Tentación

~ Capitulo 12 / Randi ~

Karol nos fulminaba con su mirada, una mirada tan cargada de desprecio y odio que, si pudiera, probablemente nos habría incinerado en ese mismo instante. Yo, sin embargo, no hacía más que sonreírle con sorna, disfrutando de su frustración. Estábamos exactamente en el mismo lugar de siempre, el lugar donde, en su momento, habíamos llamado a Rusther para que viniera a ponernos en orden, aunque claramente no lo habíamos hecho. Ella, como siempre, gruñía molesta mientras nos observaba, como si nuestras simples presencias pudieran realmente afectarla. Podía sentir su incomodidad a través de su cuerpo tenso, sus manos apretadas como si quisiera hacer algo, pero sabíamos que no lo haría. No contra nosotros.

-La bruja le dio algo para que nuestra esencia no la afectara, por eso está cuerda -explicó Rusther, su voz profunda y seria, mientras miraba a Karol sin ningún tipo de temor.

La forma en que hablaba, tan calmada y segura, siempre me impresionaba. Asentí de inmediato, dándole la razón, como siempre lo hacía. Era más fácil así. Me acomodé las lentes de sol sobre el rostro, ajustándolas con cuidado, y lo último que quería en ese momento era llamar la atención sobre mis ojos. El sol estaba alto en el cielo, pero no era eso lo que me preocupaba; lo que me inquietaba era la posibilidad de que uno de los dos lo notara: los ojos siempre habían sido mi talón de Aquiles.

-Te abrazo, hermanito -bromeó Roderick con una sonrisa burlona mientras se acercaba a Rusther, casi como un niño travieso. Rusther le lanzó una mirada fulminante, una de esas miradas que podría congelar a cualquiera, y Roderick levantó las manos en señal de rendición. Sabíamos que había algo en la relación entre esos dos que no se podía tocar. No porque no pudiéramos, sino porque si lo hacíamos, probablemente terminaríamos muertos, o algo peor.

-Dejen de estar molestando con eso -se quejó Rasher, su voz irritada cortó el aire, llenándolo de incomodidad. Parecía estar perdiendo la paciencia, algo que normalmente no mostraba, pero este día todo parecía estar dándole dolores de cabeza. -Y tú, Randi -continuó mirando hacia mí, sus ojos siempre enmascarando una mezcla de frialdad y peligro. Sus palabras eran como cuchillos-. La próxima vez que quieras hacerle algo a alguien, te aseguro que te meto una patada donde no te llegue ni la luz de la luna.

Esa advertencia no fue un simple juego, sabía que lo decía en serio.

Le sonreí de manera inocente, tratando de mantener la calma mientras una ligera risa escapaba de mis labios. No podía resistirme a la tentación de seguir jugando.

-No lo pude evitar -respondí, encogiéndome de hombros como si fuera lo más natural del mundo, y lo dije como si nada importante estuviera sucediendo. Pero su mirada, su furia, lo decía todo.

-No lo pude evitar, mis juguetes -replicó con voz cargada de amenaza, mientras se acercaba hacia mí, sus pasos tan firmes que el suelo vibraba bajo su peso. -Lo vuelves a hacer, y pagarás las consecuencias. No dejaré que la quiebres. Sean sensatos por una vez en su miserable existencia, maldición -gruñó, su rostro deformado por el enojo, los músculos de su mandíbula tensándose, y su pecho subiendo y bajando de la rabia. Pero yo no podía evitarlo. Verlo perder el control era... fascinante.

-Según tú, es mi alma, sabes... -comencé con un tono divertido, una risa juguetona escapando de mis labios, sabiendo exactamente cómo lo iba a hacer reaccionar. Mi voz era ligera, pero mis palabras iban cargadas de burla. Lo había visto reaccionar antes, y lo haría de nuevo. Pero esta vez, el golpe llegó más rápido de lo que esperaba. En un abrir y cerrar de ojos, su puño golpeó con toda la furia contenida contra mi cara, enviándome al suelo con tal fuerza que sentí como si el mundo se desmoronara alrededor mío. Me desplomé varios metros lejos de él, el golpe resonando en mi cabeza, y mi cuerpo cayendo al suelo con un ruido sordo.

Mis lentes de sol se rompieron al impactar contra su puño, y aunque eso no me molestó lo más mínimo, sentí la sangre brotar de mi labio. La sensación del metal en mi boca me hizo sonreír con sorna mientras intentaba recuperar el aliento. Mi cabeza daba vueltas, pero lo que más me llamó la atención fue su mirada: esos ojos verdes, normalmente tan fríos y calculadores, ahora brillaban con un resplandor fluorescente, peligrosamente brillante, como si se estuvieran incendiando desde dentro. Era el color que tomaban cuando la rabia lo consumía, el mismo color que representaba lo peor de él: lo que sucedía cuando se perdía por completo en su furia.

Me quedé allí tirado en el suelo, mirando el cielo mientras la risa se filtraba suavemente entre mis labios. Mi cara ardía por el golpe, pero no me importaba. Miré al cielo por un momento, buscando algo que me distrajera de la ardiente sensación de dolor. Me apoyé con una mano en el suelo, sintiendo la tierra fría contra mis palmas, y no pude evitar sonreír aún más.

-Lo vuelves a siquiera pensar, y te juro por la corona de nuestros padres y el reinado de nuestros abuelos que te mato con mis propias manos -gruñó, su voz ahora llena de veneno, cargada de amenazas que podrían hacer que cualquiera se derrumbara. Pero yo no me derrumbaba. No me asustaba.

Me reí suavemente, casi burlándome de la intensidad de su ira. Dejé que la risa se escapara con libertad, la tensión en el aire disminuyendo un poco, aunque mi cuerpo aún sentía el dolor punzante del golpe.ñ

-Me rindo -dije de manera casi casual, ya sin ganas de continuar con el drama. Ya lo sabía, las cosas siempre se volvían así entre nosotros, pero era parte del juego. Afortunadamente, en ese momento, no había humanos alrededor, ya que todos los estudiantes que normalmente pululaban por los pasillos estaban en sus clases. Los únicos que quedaban eran los sobrenaturales, y eso hacía que todo fuera aún más tranquilo.

Toqué mi labio inferior con los dedos, notando que la sangre aún se deslizaba por mi piel. Miré el líquido rojo en mis manos y lo observé con fascinación, como si fuera una especie de experimento.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.