~ Capitulo 29 / Ashly ~

Entré a la universidad mientras acomodaba mi cabello en una coleta. No me apetecía llevarlo suelto hoy, necesitaba un cambio. Además, era una manera de evitar que me miraran tanto, aunque sabía que mi rostro siempre era un blanco fácil de observaciones.

—Bonita—me llamó una voz conocida. Volteé lentamente, quitando la liga de mi cabello de mis labios para atarlo con más calma.

—Hola, cachorro—lo saludé sin ganas, como siempre. Ethan se acercó a mí, y como si fuera un hábito, intentó besarme en los labios. Sin embargo, aparté mi rostro justo a tiempo, y su beso terminó estampándose contra mi mejilla.

—Nada de eso, Ethan. Ya te dije. Recházame, no estoy interesada—me quejé, molesta por su insistencia. Mis palabras salieron con más firmeza de lo que hubiera querido, pero el no entender me estaba agotando.

—¿Qué? ¿A nuestra Luna no le gustan los machos?—preguntó uno de los chicos que venía con Ethan. Me encogí de hombros sin siquiera mirarlos, mientras terminaba de acomodar mi cabello. Ethan, por su parte, le gruñó al chico con evidente molestia.

—No me gusta su macho—respondí con total neutralidad, mi tono plano y sin expresividad. Mantenía la calma mientras pensaba en todo lo que había sucedido en los últimos días. Si de verdad me conocieran, sabrían que ya me había cansado de este juego.

—Touché—bromeó otro en tono de burla.

Justo en ese instante, escuché la voz de Rusther desde algún pasillo. Una sensación cálida invadió mi pecho al escucharla, y no pude evitar sonreír.

—¡Aquí!—grité, levantando la mano. Mi tono había cambiado, ya no estaba molesta. Rusther me calmaba de una manera que ni siquiera yo entendía del todo.

—Hola, princesa—saludó Rusther con una sonrisa que me hizo olvidar el mundo por un segundo. Ethan, al ver a Rusther, lo miró con un rastro de molestia en su rostro. Ya no me sorprendía.

—¿Por qué la llamas así?—preguntó Ethan con evidente irritación. Suspire pesadamente. La paciencia me faltaba, y en ese instante, Rusther se colocó a mi espalda, proporcionando una sensación de protección que me relajó un poco. Miré a Ethan, rogándole a la diosa sangre que me diera más paciencia para no hacerle un espectáculo en ese momento.

Una tensión densa se sintió entre Rusther detrás de mí y los dos chicos frente a mí. Parecían dispuestos a armar una pelea, pero no pensaba quedarme ahí a ver cómo se desenvolvía todo. No me importaba lo que dijeran, no iba a permitir que mi calma se viera opacada por ellos.

"Y ahora eres Bella Swan, la chica que tiene enamorados a un lobo y un vampiro de esa saga Crepúsculo..." se burló mi conciencia, alzando la voz de manera sarcástica.

"Pues fíjate que sí aplicaría si Rusther fuera un vampiro" respondí, como si nada. Mi conciencia bufó ante mi respuesta.

"A veces me haces creer que estoy loca. Mejor cierra el orto y déjame prestar atención a lo que está pasando aquí" me quejé mentalmente, deseando poder ignorar esa voz por un momento.

De repente, escuché una voz temblorosa que me llamó.

—Oye, Ash—la voz de Fanny era suave, y la vi acercarse, casi sonrojada hasta las orejas, mientras jugaba nerviosa con sus dedos. No pude evitar sonreír de inmediato, y mi energía se volvió un poco más ligera. Fanny era como una bocanada de aire fresco en este caos.

—Hola, Fanny—la saludé, con una sonrisa sincera. Sin pensarlo mucho, tomé la mano de Rusther, tirando suavemente de él para que me acompañara mientras pasábamos al lado de Ethan y el otro chico.

—Fanny, Rusther. Rusther, Fanny—los presenté, señalando a cada uno con un gesto casual. Mientras lo hacía, volví a mirar a Ethan, un poco incómoda.

—Ethan, Fanny, Rusther. Fanny, Rusther, Ethan. Y los otros no sé cómo se llaman...—dije rápidamente, algo apenada por no conocerlos. Rusther soltó una pequeña risa al escucharme. Era la primera vez que lo veía reír de manera tan natural. Su risa era cálida, como su presencia, y por un momento, olvidé todo lo demás.

—Eres buena para matar los momentos incómodos—me susurró Fanny al oído, acercándose un poco más a mí.

—¿Funcionó?—le pregunté en voz baja, sonriendo de manera cómplice. Ella asintió feliz, como si el simple hecho de haber escapado de esa situación fuera un alivio.

—Me llamo Peter y él es Korin—se presentó el otro chico. Asentí y les sonreí, como una forma de darles la bienvenida a la conversación, aunque mi mente estaba más en otro lugar.

—Ahora que se conocen todos, yo me voy. Hablen entre ustedes de... lo que sea—dije apresuradamente. La expresión de terror inmediata en el rostro de Fanny me hizo reír en silencio. Me despedí de todos rápidamente. —Nos vemos—avisé, besando la mejilla de Rusther de manera ligera, sin esperar nada a cambio. Sus ojos lilas brillaron por un momento, como si algo especial hubiera ocurrido.

—Vamos, Fanny—agregué rápidamente, sin mirar atrás. No pensaba dejarla ahí, me había metido en esa situación con ella, y no la iba a dejar sola. La tomé del brazo y la jalé suavemente mientras comenzábamos a caminar rápido para alejarnos de toda esa tensión.

Literalmente corrimos lejos de los cuatro, porque no quería estar más cerca de ese ambiente cargado de tensión. Ethan aún me perseguía con la mirada, y lo sabía. Pero Fanny y yo necesitábamos un respiro. Ella me seguía, aunque su respiración era más entrecortada debido a la carrera.

—Por un momento pensé que me abandonarías ahí—murmuró Fanny entre jadeos cuando finalmente nos detuvimos varios pasillos más allá. Reí y negué con la cabeza.

—Claro que no, no sería capaz de dejarte con tres locos y un Riffirshon—alegué divertida, guiñándole un ojo. Fanny rió, asintiendo mientras seguimos caminando.

—Más el Riffirshon del control—alegó, haciendo una mueca de escalofrío al recordar a uno de los chicos que había estado allí. Ambas estallamos en carcajadas por la broma.

—Será mejor que vayamos a clases. La maestra nos va a llamar la atención—comenté cuando sonó el timbre que anunciaba el inicio de la clase. Fanny asintió, y juntas tomamos rumbo al salón, sabiendo que tendríamos la primera clase juntas. La calma volvía, pero sabía que aún quedaba mucho por enfrentar.