Dulce tentación

Capitulo 2

Soy trasladada a una amplia oficina con paredes de cristal oscuro, el tipo de seguridad me advierte que permanezca en silencio esperando a su jefe y como no soy nada obediente cuando estoy borracha comienzo a pegar gritos de auxilio

—Sáquenme de aquí, infelices! —golpeo la puerta con todas mis fuerzas —. Si no me dejan ir, mis amigas llamarán a la policía —amenazo buscando una silla para romper el cristal, pero los muebles se me hacen pesados y termino agarrando una estatuilla del bronce 

—Suelta eso —entra el vikingo con cara de pocos amigos viniendo hacia mí para arrebatarme lo que traigo en la mano —. Las paredes son insonorizadas y el cristal es antibalas, así que deja de perder el tiempo porque nadie vendrá a ayudarte —comenta matando todas mis esperanzas por escapar

—Soy pobre, mi familia no tiene dinero, dependemos de una pequeña tienda de antigüedades y dudo que los ahorros de mis padres alcancen para pagar mi rescate —cotorreo en un intento desesperado por defenderme.

—Que estupideces dices? —contesta el vikingo mirándome como si estuviese loca —. ¿Quien te dijo que quiero tu dinero?

—Ah no, entonces? —pestañeo confundida

Da unos pasos hacia su escritorio, se saca su americana, seguido de su reloj, continua con su camisa y mis nervios se disparan al observar su amplia espalda siendo expuesta ante mis ojos

Queda sin camisa y me es imposible no babea viendo su torso bien trabajado desde la zona baja del abdomen hasta sus pectorales, toma asiento en su silla y luego me observa con una seriedad que intimida.

—Quiero que te desnudez —ordena y mi cuerpo se calienta con esas simples palabras

—Q-que? —me hago la sorda. No sé ni qué cara poner

—No te hagas la santurrona. Me provocaste, ahora tienes que asumir las consecuencias.

—Eso tiene una explicación —replico buscando justificar mis actos, pero su cuerpo me distrae a cada momento —. Mis amigas y yo..

—No quiero explicaciones, ya deja de hacerme perder el tiempo, desnúdate o te desnudo —se me seca la garganta 

Estoy ebria y también caliente, no sé que tiene, pero me prende, bueno si sé. Está condenadamente bueno.

Obedezco evitando verme desesperada, recuerdo que en una ocasión Nathaly me enseñó una forma sensual de quitarme la ropa para seducir a Mauricio 

¡Mauricio! 

Por qué no me siento mal al recordarlo

Ah sí, ya sé. 

De seguro debe estar teniendo una noche divertida con alguna de las mujeres que su madre le mete por los ojos

Paso de él y me concentro en el hombre que tengo en frente de mí. Me mira con intensidad en tanto me bajo el vestido ceñido, por suerte hoy escogí ropa interior de encaje con transparencias, algo que por lo visto le gusta, ya que se humedece los labios y su mirada se oscurece.

—Ven aquí —vuelve a dar su orden, yo obedezco. Llegó a su encuentro y me sienta en sus piernas, el bulto en su pantalón me da una enorme idea del armamento que se carga —. Bésame como lo hiciste allá afuera —esta vez su orden suena como una súplica que no tardó en responder

Uno mi boca a la suya en tanto siento sus manos subir por mis muslos hasta llegar a mis caderas y apretarlas con fuerzas

Nos besamos con una ansiedad que quema, me siento en las nubes, esta es la primera vez que recibo un beso de tan alta magnitud, yo también me aventuró a explorar su cuerpo queriendo conoces cada rincón, él gruñe de manera erótica, yo jadeo, me muevo sobre su pantalón buscando más contacto y cuando ya no lo resiste más se aparta para busca algo en la gaveta de su escritorio que no consigue 

—Jodida Sarah —maldice entre dientes 

—Que ocurre? —pregunto confundida 

—Alguien oculto mis condones

—Alguien? —se me vienen ideas a la cabeza 

—Olvídalo —vuelve a devorar mi boca y me nublo hasta olvidarme de mi nombre.

****

Me duele terriblemente la cabeza, juro que jamás en la vida volveré a probar una gota de alcohol. Los párpados me pesan por lo que achico mi vista tratando de acostumbrarme a la caridad del día

—Buenos días, campeona —Nathaly sale de mi baño envuelta en toalla.

—¿Quien eres? ¿Donde estoy? ¿Quien soy? —dramatizo y recibo un almohadazo de Vicki quien descansa a mi lado

—Cállate escandalosa —protesta y se vuelve a dormir 

—¿A que hora regresamos? no recuerdo nada —me pongo sería haciendo amago de levantarme, pero un dolor intenso en mi zona íntima me detiene —. ¡Auch!

—¿Que te ocurre? —indaga Nathaly desde su lugar 

—Me duele todo el cuerpo. ¿Que demonios hicimos anoche? —cuestiono intentando recordar, pero la jaqueca insoportable me lo dificulta 

Un vikingo sexy se me viene a la cabeza 

—Oh my god —agrando mis ojos viendo a Nathaly con estupor

—Recordaste algo? —me pregunta Amalia levantándose del sofá 

Apenas y noto que estaba en mi habitación

—Yo, yo, yo.. —sacudo mi cabello asimilando la situación

—Tu, tu, tu ¿qué? —indaga Nathaly expectante 

—Me folle a un vikingo —hablo bajito para que mis padres no escuchen 

—Esa es mi campeona! —festeja Nathaly con exagerada emoción 

—Quiero los detalles —Vicki se levanta exigiendo saber más 

—Yo me voy a bañar —Amelia se adentra en el baño para evitar escuchar el tema 

—Yo quiero saber las medidas de su polla —Nathaly me mira orgullosa

—No recuerdo con exactitud, pero me duele hasta el trasero 

Ambas comparten miradas de picardía 

—Eres una maldita suertuda —replica Nathaly en protesta —. Yo anoche ligue con un viejo millonario que olía rancio. Intente soportar su mal aliento por amor a mi cuenta bancaria, pero me fue imposible

—Yo estuve soportado las quejas de Amalia toda la noche —resopla Vicki —. Tú te fuiste a cumplir el reto, vimos que te acercaste a un semental en el segundo piso y luego desapareciste 

—Una hora después volviste con una sonrisa de oreja a oreja —añade Nathaly 

Me vuelvo un tomate teniendo breves lagunas mentales de lo mucho que disfrute en las manos del vikingo, pero me lo reservo.

Mi teléfono suena lo reviso y descubro que es Mauricio, mis amigas me regañan y evitan que le conteste, sin embargo, cuando se marchan me comunico con él y vuelvo a caer en sus mentiras 

(***)
Un mes después

Le extiendo el catálogo de billetes antiguos a mi cliente para que lo revise, mientras le doy una charla sobre los otros objetos de colección que poseemos. 

Papá se encuentra en otra provincia con mamá en búsqueda de antigüedades, el día ha estado pesado por el mal clima y mi mala indigestión.

Despido a mi cliente luego de convencerlo de comprar algunas cosas y corro al baño queriendo vaciar mi estómago por sexta vez. 

Llevo dos días sintiéndome mal, he tomado algunos medicamentos sin prescripción, pero ninguno ha funcionado, si continúo así tendré que ver a un médico para que me recete algo más fuerte.

Al caer la noche cierro el negocio deseando llegar a casa, me siento enferma y cansada y lo único que necesito para sentirme mejor es la comodidad de mi cama 

—Devi —Mauricio aparece como un fantasma en medio de la oscuridad cuando camino hacia mi casa

—Cielos, me has asustado —digo sobresaltada con las manos en el pecho.

—Lo siento amor, quería darte una sorpresa —se acerca y truena un beso en mis labios —. ¿Como estuvo tu día?

—Fatal —soy sincera 

—¿Cuéntame que te pasó? —indaga acomodando mi cabello cobrizo detrás de mi oreja 

—Tengo mala indigestión, mi estómago no resiste ni un pedazo de pan, posiblemente adquirí algún virus —suspiro débil sobre su pecho 

—Vamos al médico, necesitas que te examinen —propone preocupado

—No tengo dinero, mi seguro venció. Mejor espero a que mis padres regresen.

—De ninguna manera. Vamos, tengo una amiga médico que estará encantada de ayudarnos —le lanzó una mirada suspicaz

—Que amiga? 

—No la conoces 

—Exacto, no te conozco ninguna amiga.

—Es.. —se queda pensativo por unos segundos —. Alguien que conocí en la universidad. Vamos antes de que te sientas peor —me arrastra hacia su auto sin darme opción a replicar 

Llegamos a una clínica privada y me atiende la "amiga" de Mauricio. Una mulata de origen latino que tiene un cuerpo de infarto

Me fastidia la manera en que la tipa le bate sus pestañas falsas a mi novio y el que Mauricio le responda con una sonrisa estúpida me cabrea aún más, estoy al borde de un colapso.

—Los exámenes ya están en laboratorio, en unos minutos nos traerán los resultados —informa una enfermera 

Espero, espero y espero mientras los dos amiguitos hablan con complicidad

Quince largos minutos después llega el jodido resultado

—Por fin —digo hastiada, deseando largarme 

—Bien, señorita Agazzi, veamos estos resultados —la mulata revisa los exámenes detenidamente y su cara de estupor solo me hace cuestionarme si ha descubierto alguna enfermedad terminal

—Y....? —pregunto exasperada —. ¿Que tengo?

—Bueno.. —mira con lástima a mi novio, luego se centra en mí —. Felicidades, estás embarazada.

—¿Que?! —me levantó horrorizada, impactada, perturbada, conmocionada.

—Como escuchaste, tus malestares son por un embarazo —siento que mi mundo se viene abajo

—Imposible —los ojos de Mauricio están fuera de órbita, veo que también le cuesta asimilar la noticia.

—Creo que se equivocaron de exámenes, si, eso debe ser, se equivocaron —me niego aceptar ese resultado. Yo no puedo estar embarazada 

—Podemos repetirlos para confirmar el resultado —propone la mujer para calmarme 

—No —reniego —. Me voy de este lugar —salgo del consultorio como alma que lleva el diablo, ignorando el llamado de Mauricio

Tomo un taxi dirigiéndome hacia mi casa y en el camino pienso en la posibilidad de que realmente esté embarazada.

Mauricio siempre se ha cuidado cuando hemos tenido relaciones sexuales y yo...

Ay no. 

Vikingo sexy + borrachera + sexo sin protección = Bebe 

No, no, no, no..

El aire me falta, todo me da vueltas. El taxi me deja en mi casa y me encierro en mi habitación sintiendome fatal. Nunca me pasó por la cabeza ser madre tan joven, mucho menos ser madre soltera y decepcionar a mis padres quien se han esforzado en darme una vida digna.

Mi teléfono suena y suena, pero no lo tomo, no quiero saber nada de nadie, solo quiero que la tierra me trague y así no ver la cara de decepción de mis padres por esta noticia. Las náuseas continúan y mi remordimiento de conciencia también. 

Lloro en el baño sintiendo lástima de mi misma, lloro como si alguien se hubiese muerto, y la verdad si se murio mi dignidad, mi orgullo, mis ganas de vivir, aunque el suicidio nunca ha sido una opción para mí.

Busco la calma cayendo en negación, quizás esos exámenes si fueron erróneos y yo me estoy ahogando en un vaso de agua.

Si, eso es. 

Me voy a descansar con el objetivo de repetir los exámenes en la mañana y así confirmar que todo esto fue parte de un error



#452 en Otros
#156 en Humor
#1215 en Novela romántica
#437 en Chick lit

En el texto hay: romance drama comedia, humor bebe embarazo

Editado: 04.07.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.