Aurora
Quisiera ser un avestruz para poder esconder mi rostro en el suelo en este momento. No puedo creer que él esté aquí precisamente en mi escuela y que sea desde este momento mi profesor. Los de allá arriba se han de estar divirtiendo con mi vida. Creí a ver dejado en el olvido ese bochornoso evento, pero no él tenía que presentarse semanas después y nada menos que como mi profesor.
Me encuentro sentada en mi lugar y por cómo me mira sé que me ha reconocido y sé que es lo que pretende con mirarme, quiere hacerme saber que él tiene el control, quiere hacerme sentir incomoda, pero se ha equivocado conmigo. Esto es claramente una batalla de miradas. Él me mira, yo lo miro, ninguno de los hemos apartado la vista.
— ¡vaya aurora! sí que te quieres comer al profesor—volteo para estar segura de quien lo dijo y si Mailen, ella y yo no nos llevamos muy bien, desde el inicio de nuestra carrera me lo ha dejado muy claro. Nosotras no nos mezclamos somos como el agua y el aceite.
No es la típica chica que trata mal a todo mundo, ella por así decirlo es un poco selectiva con las personas que ella considera sus amigas, a esas si las trata bien y a las otras,(que es donde yo entro) pues no también como uno deseara. Decido ignorarla es lo mejor para mi paz interior.
—Está claro que ustedes nunca se llevaran bien— no sé cómo Dakota se puede llevar bien con ella y yo en cambio tengo roses con ella muy seguido.
—La verdad ni yo sé, pero no me voy a estar lamentando solo porque a una persona no le simpatizo. Teniendo a una amiga como tú me vasta y me sobra. — rodeo su hombro con mis brazos.
—Hay que cursi se puso la castañita—la dejo de abrazar y le pongo mala cara.
—Matas mi momento cursi—nos quedamos un momento en silencio y al darnos cuenta de nuestra ridiculez comenzamos a reír
—te has dado cuenta que mírame y no me toques se la ha pasado observándote—me rio del ocurrente apodo que le ha puesto.
— ¿ahora ya no es pastelito comestible? —me acomodo para estar frente a ella.
—uno puede cambiar de opinión, además se ve muy serio y esos tipos conmigo no van. — y en eso tiene toda la razón a ella siempre le han llamado la atención chicos divertidos y con un gran sentido del humor.
—si me he dado cuenta, pero si cree que con mirarme va hacer que me sienta incomoda está demasiado lejos de suceder eso. Soy una persona que no se deja intimidar por nadie, tengo experiencia en ese campo. Te recuerdo que el señor jeffer fue el mismo lucifer cuando trabaje con él, al cual lo incluí en mi lista del mal. Y creo que el profesor Adams se está ganado un lugar en esa lista tan especial. —creo ver preocupación en el rostro de Dakota y su mirada esta clavada a mis espaldas.
Quiero voltear pero en parte no, porque creo tener el pronóstico de quien esta atrás de mí, así que tomo la decisión que mejor me parece y es la de no voltear atrás. Cuando ya no siento su presencia atrás de mi me decido a acomodarme en mi lugar. ¡Por fin! La clase se ha terminado. Nunca había sentido esa clase tan pesada.
— ¿ya terminaste de guardar tus cosas? — pregunto a Dakota.
—Si—se levanta de su lugar— ¿y tú?
—Solo me falta esto— le muestro mis carpetas que aún se encuentran en mi lugar, las tomo y las guardo en mi bolso—pero será mejor que vayamos adelantándonos que quiero conseguir un buen asiento en la cafetería.
Me cuelgo mi bolso en el hombro y caminamos hacia la salida ya estando en esta escucho mi nombre siendo pronunciado reconozco esa voz y sé que no es unas de mis favoritas.
Este día no podía ir de mal en peor, parece que soy el blanco perfecto de la mala suerte el día de hoy.