Dulce Venganza

|3| El Diablo

—¿Crees que sería tan estúpida como para no darme cuenta? —Olivia Landru gritaba sus palabras en el pecho desnudo del que debía ser Devin Foster.

—Tú y yo no somos nada, Olivia. Que tú no hayas entendido eso no es mi problema. Fui muy claro cuando dije que no éramos exclusivos.

Amber observo como Vivi resoplo, limpiándose las lágrimas con furia. —Sabes todo lo que he hecho para estar contigo ¿Tienes una maldita idea, Devin?

Para sorpresa de Amber, Devin ni siquiera mostró un ápice de culpa, en todo el tiempo que Olivia le llevaba gritando insultos mantenía su expresión aburrida, como si todo ese escándalo no fuera nada importante en su vida.

Alerta: Imbécil en la mira.

Amber odiaba a los tipos arrogantes, y Devin le había mostrado en pocos minutos a Amber que no era digno de tenerle un poco de compasión.

Si el mundo no conocía a Devin Foster, sería buena samaritana y les enseñaría la verdadera cara de un patán de primera.

Infiel.

Arrogante.

Sin aparente sentido de apatía por las dos mujeres dispuestas a pelear por él.

¿Un alma sin sentimientos?

Amber no tenía ni idea de porque ese hombre había pasado tan desapercibido con semejante carácter.

Por lo que alzo su teléfono y se dispuso a grabar toda la pelea.

—Esa zorra es la causante de todo esto ¿No es así? —Vivi dirigió su atención a la mujer que se escondía tras de Devin, cubierta nada más por una endeble sabana—. Esta se las verá conmigo.

La pelinegra pego un grito desgarrador pensando que la modelo le caería encima a golpes. Pero para su suerte, Devin tomo del brazo a Vivi y detuvo cualquier movimiento hacia la chica.

—¡Esta loca! —chillo la chica, sosteniendo con fuerza la sabana que la cubría.

—¿Loca? —Vivi se intentó zafarse del agarre de Devin, fallando considerablemente en su intento—. ¡Suéltame, imbécil! Déjame enseñarle quien soy en realidad.

—Basta, Olivia. —musito Devin en un todo frío y fastidioso, logrando que Vivi lo volteara a ver.

—¿Basta, Olivia? ¿Es en serio? Me pides que me detenga cuando todo mi estatus puede caer tras esto. —ella se rio de forma sarcástica, emitiendo sus palabras con ira retenida—. Imaginémonos los titulares Foster si se enteran de esto, porque te aseguro que, si yo caigo, tú también lo harás.

—Nadie tiene porque saberlo. —aseguro Devin, mirando sobre su hombro a su amante que miraba la escena con escepticismo—. Esto quedará entre nosotros tres. —él acercó su rostro hasta casi rozar su nariz con la de Olivia—. Pero si eso se llega a correr algún rumor, ten por seguro que las únicas hundidas serán ustedes.

Amber quiso reírse de las declaraciones de Devin, pero antes de poder escapar algún sonido se puso una mano en la boca.

Vaya tipo.

—Y­o no diré na­-nada. —tartamudeo la chica tras sentir la mirada fría del hombre con el que había compartido muchas sensaciones segundas atrás.

—Vete. —le indico Devin, sin quitar su agarre de Olivia.

—Está bien, solo iré a cambiarme y…

—Vete ahora. —volvió a repetir Devin.

—Pero…

—¿Quieres que lo vuelva a repetir? No me gusta repetir las órdenes que doy. Te vas ahora o suelto a Olivia. —sentencio, haciendo que la chica tropezara con las sabanas por la velocidad que quería llegar a la puerta y huir.

—Eres el peor de los imbéciles. —Olivia masajeo su brazo, tras ver a la chica salir despavorida del lugar.

La chica ni siquiera noto la presencia de Amber hasta que estaba en el ascensor, lo que hizo que la chica jadeara de asombro, antes de que las puertas se cerraran y Amber volviera a centrar su atención en la pareja de la habitación.

Olivia levantó su mano para estampar una cachetada en el perfecto rostro de Devin, quien fue más rápido que ella y la tomo del brazo bruscamente, impidiendo que ella llegara a tocar siquiera una parte de su rostro.

—¿Qué crees que haces? —mascullo Devin en un tono molesto—. Jamás intentes pegarme. No reacciono bien a eso, Landru. —dijo, soltando el brazo de Vivi.

—Sabes que esto no se va a quedar así ¿Verdad? —Olivia lanzo sus palabras de manera desafiante, no estaba dispuesta a ceder ante las miradas frías que Devin le daba, ni mucho menos a sus amenazas.

—Esto será como yo quiera. —Devin se dio la espalda a Olivia, caminando hacia el bar de la habitación para tomarse un vaso de Vodka.

Amber vio desaparecer a Devin de su pequeño espacio de visión en el espejo, por lo que procedió a bajar la mano y desactivar el video.

Tenía más pruebas de las que necesitaba.

Ahora solo debía dar la vuelta y escapar sin ser vista.

Ser un fantasma que desentrañaba todos sus secretos.

Empezó a caminar hacia atrás con lentitud, escuchando la dispuesta que Olivia y Devin mantenían.

El sonido de un teléfono alerto a todos.

—¿Qué es eso? —Olivia detuvo sus palabras de golpe, intentando descifrar de donde provenía el sonido.

Amber maldijo en voz baja, al mismo tiempo que corría al ascensor.

«Maldito tono de llamada» maldijo Amber cortando la llamada con dedos temblorosos.

Dentro del ascensor, y tras empezar a sentir como las puertas se cerraban, quiso echar valientemente una última mirada.

Su aliento se entrecortó tras impactar con los fríos y calculadores ojos de Devin, que la miraban sin parpadear mientras quería avanzar hasta el ascensor.

Pero ya era muy tarde.

Porque lo último que Devin observo fue una maliciosa sonrisa por parte de una castaña que nunca en su vida había visto.

Una total desconocida.

«¿Quién era ella?» se preguntó, pasándose una mano por su desaliñado cabello. «¿Qué tanto de la conversación escucho?»

Era obvio que, si corrió, fue porque había escuchado más de lo que debía. Debía encontrar a esa castaña, y por todos los medios posibles, evitar que divulgara lo que había escuchado.




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