Dulce Venganza

|9| Es diabólicamente atractivo

—¿Estás segura de que era el mismísimo Devin Foster? —inquirió Denny, su socio tras la línea. 

Amber sostuvo más su teléfono contra su oído. —¿Acaso no me crees? Te estoy diciendo la verdad, Denny. 

—Es que me suena increíble, por qué según tengo entendido un hombre como él no se aparecería en una peluquería solo con la intención de perseguirte. Me suena ilógico. 

—Pues sí, es real. —Amber mastico de forma ruidosa mientras pensaba en todos los posibles escenarios—. Era él el que me estaba siguiendo y... 

—¿Me puedes hacer un favor? 

—¿Cuál? 

—Deja de hablar con la boca llena. —Denny sonaba bastante enfocado en los ruidos que Amber hacía que en la conversación—. Siento que estoy allí y puedo ver el desastre que formas. 

Amber mordió su sándwich, haciendo caso omiso a las palabras de su amigo. Hablando de la misma forma en que lo hizo antes, con la boca llena de comida. —Concéntrate, ese no es el puntoooo. —bromeó solo para pincharlo. Extendió su mano para alcanzar su vaso con agua y le dio algunos sorbos para dejar de lado su apetitosa merienda—. Listo, señor delicado. Puede proseguir en paz. 

—Gracias, Amber. —comentó Denny con su tono sarcástico—. Me decías que él te seguía ¿Y qué más? ¿Sucedió otra cosa? 

—Me sorprendió mucho eso, Denny. —confesó Amber, emitiendo un gemido frustrante. 

—Eso pasa cuando pinchas a un hombre de ego aparentemente fuerte. Somos demasiados inmaduros, que cuando nos dañan ese ego que en realidad es débil, vamos tras esa persona con la intensión de vengarnos. 

—Me estás diciendo que el poderoso señor Foster está ardido. —Amber empezó a reírse, logrando que muchas de las personas a su alrededor la mirarán con extrañeza—. Nah, es difícil de imaginar. 

—Pues créelo, a veces si somos más descifrables de lo que crees. 

—Pues digamos que te creo —Amber hizo una pausa para abrir la puerta de su edificio, haciendo malabares con los artículos personales que llevaba en bolsas y el teléfono pegado a su oreja—. ¿Acaso no pueden ayudar a una mujer en apuros? —Amber le lanzó una mirada de reproche al casero del edificio, que se encogió de hombros— imbécil. —cogió toda su fuerza y empujó la puerta con su pie, haciendo que está hiciera un estruendo al golpear con la pared. 

—¡Oye, Johnson! —el casero camino furioso hasta donde Amber se encontraba. 

—Eso es para que la próxima vez sea un caballero y ayude a una mujer en apuros. —Amber lo fulminó con la mirada—. La próxima vez no será la puerta la que reciba un golpe si vuelve a llamarme Johnson. Feliz tarde. 

Denny se encontraba riendo de las palabras de su amiga, sin sorprenderse de las advertencias que Amber cantaba por doquier.

A pesar de las maldiciones del hombre a sus espaldas, Amber siguió caminando hasta las escaleras, para empezar a subir hasta su piso. 

—Deberías cargar tus audífonos contigo, es más fácil. 

—Los olvidó siempre ¿Qué esperas de mí? El caos es mi mayor cualidad. 

—Por eso estamos teniendo esta conversación. Según mis fuentes, este hombre tiene demasiados contactos para meterte tras las rejas, y si no lo ha hecho es por qué tiene otros planes en marcha. 

—¿Qué puede obtener de mí? No tengo nada interesante que ofrecerle, además no me doblego ante nadie. Prefiero ir a prisión que ser la cautiva de un hombre como él. 

—Todo es mejor que la cárcel. 

—Pues no lo creo. 

—Deberías hacerlo. —Denny suspiro, tratando de encontrar una solución al enorme problema—. Es obvio que va tras de tí, y si mis sospechas no fallan... 

—Sigue. —insto Amber con la voz entrecortada por subir tantas gradas. 

—Creerá que tú eres una pieza para entrar llegar a AlInfiniti. 

—No creo que lo sepa. 

—Pero no es estúpido, tarde o temprano va a unir las piezas. He ocultado muy bien las ubicaciones tras cada publicación, ellos no pueden rastrear nada o intentar hackear mediante códigos para eliminarla. Por qué ya lo intentaron, recibí una advertencia y cambié todo. 

—Ya lo sé, Denny. Necesito distraerlo por el momento. —Amber suspiro tras darse cuenta que ya estaba en su piso, por lo que rebuscando entre su bolsa cogió la llave y abrió de forma despreocupada. 

—Se que lo harás, tus tácticas son muy efectivas. 

Amber emitió una risa bastante juguetona. —Es bueno que confíes en mis tácticas. 

—Solo mantente alerta de ese tipo, Amber. No quiero que te pase nada malo. Lo digo en serio. 

—Tendré cuidado, gracias por preocuparte. Pero está de más, nadie podrá conmigo. —Amber no se molestó en encender las luces mientras estaba colocando las bolsas en la cocina

Tras un intercambio casual de palabras, ambos se despidieron y colgaron. 

Amber tararea mientras sacaba todo de las bolsas y lo colocaba en su respectivo lugar. En camino a la su pequeña sala, Amber se detiene tras escuchar un conjunto de pasos, que sin duda alguna suenan diferentes a los tacones de Callie y los ligeros pasos de Joey con sus zapatillas. 

Tras escuchar como ese volvía a alejarse, suspiro despreocupada y se apresuró a encender la luz. 

Mala idea. 

La figura que ahora era visible en la luz provocó que Amber soltará un gritó de terror. 

Su amigo había tenía un punto al decir que debía mantenerse alerta. 

Con lo que no contaba era con que Devin iba a meterse en su apartamento, ni mucho menos a esperarla cómodamente en su silla... a oscuras. 

Era como una escena sacada de película, donde el amante entraba a hurtadillas para no ser descubierto, y bueno... Ahí si existía el final feliz. 

En cambio, en la situación de Amber, de lo que único que tenía ganas era de arremeterse contra Devin y borrar la sonrisa de su perfecto rostro. 

—¿QUE DIABLOS HACE USTED EN MI APARTAMENTO? —gritó Amber, recomponiéndose del tremendo susto. Aunque sentía su pulsa crepitar en su oído. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.