Dulce venganza

Capítulo 12

Detuvo el auto nuevamente en silencio,abrió la boca para decir algo,pero el sonido de su celular sonando a todo volúmen en el bolsillo de su saco lo hizo cerrarla sin soltar palabra,mira una vez más en dirección a Layla y deja ir un suspiro sacando su celular.

Al ver la pantalla sus ojos fríos se llenaron de calor,un cálido brillo los iluminó junto a una pequeña sonrisa que se formó en su rostro al leer el nombre que brillaba en la pantalla,y con prisas contesto sin dejar esperar un solo segundo más a la persona que llamaba.

—¿Que sucede?—el tono en su voz hizo que Layla parara una oreja tratando de oír mejor,ella podía estar agonizando pero el chisme le podía más.

Su voz era suave,un tono que jamás había escuchado que su esposo usara con ella,bueno con nadie en realidad,Henry era bastante grosero hasta para dar los buenos días cuando se trataba de Layla o personas no importantes para él que se situaban a su alrededor,el recuerdo de cuando trató como basura al pobre de su asistente golpea en los recuerdos de la chica haciendo que un desagradable sentimiento se alojara en su garganta.

Su madre siempre decía:

"El como trate a sus empleados demuestra la clase de persona que és"

Layla desde que se casó sabe la clase de persona que es Henry,pero con aquella horrible escena lo había confirmado,lo que Layla no sabía con exactitud era si en realidad aquél hombre actuaba de esa forma por puro egocéntrico que era o había algo más detrás,pero al verlo por un par de segundos se quedaba con la primera opción.

—No puedo en este momento—La mujer lo escucha negarse y su pecho siente un tibio calor.

Calor que no dura ni dos segundos cuando Henry vuelve a hablar,se sentía algo tonta al notar los sentimientos que aún no se hundían lejos de ella,Layla deseaba poder arrancarlos y lanzarlos lejos para siempre,pero eso era imposible,aunque si de algo estaba segura la joven mujer era de que poco a poco lograría quitarse la máscara que cubría los ojos de su tonto corazón,haciéndole ver lo maldito que era Henry Harper.

—De acuerdo,estaré ahí en diez minutos,lo prometo—responde con un tono tranquilo a la persona del otro lado de aquella llamada para después colgar.

Por la cabeza de Layla pasó aquella hermosa mujer de la fotografía en la habitación que compartían con su esposo,odiaba sentirse de aquella forma tan horrible,no sólo su cuerpo dolía sino que sus esperanzas poco a poco iban desapareciendo con cada segundo que pasaba al lado de ese hombre,Layla quería terminar con toda esa pesadilla pero sabía muy bien que por ahora no tenía oportunidad alguna de acabar con ese contrato.

—Debo irme—Henry bajó del auto guardando su celular en el bolsillo.

La rubia lo detuvo con su poca fuerza tomando su brazo antes de que Henry pudiera abrir la puerta,el hombre se vuelve a verla confundido.

—¿Me dejarás aquí sola?—habla en un susurro.

—Surgió algo importante—se soltó cuidadosamente de no lastimar aún más la mano que se había posado sobre su brazo.

Layla sintió aquellas palabras como una apuñalada directo al corazón,le dolía pero no había nada que pudiera hacer,había alguién más importante que ella,aunque era obvio,el corazón de Layla deseaba muy en el fondo que su esposo se quedara a hacerle compañia al menos esa noche,hasta que se quedara dormida gracias a los sedantes y no recordara cuando el hombre se haya ido.

Pero eso era demasiado pedir para ella.

El hombre abrió la puerta para que su esposa saliera,la joven mujer lo miraba en silencio desde adentro,Henry había comenzado a actuar bastante sospechoso pero no quiso hablar de más,estaba hasta la coronilla de las discusiones con su marido,prefería callar antes de que Henry se volviera loco como la última vez y no preste atención a sus acciones.

Que el hombre se volviera a enojar con ella como siempre al final terminaba sucediendo y la situación se volviera aún más incómoda que antes.

Con la poca fuerza que tenía salió de el auto,encontrando que su esposo había parado justo frente al hospital.De un tropiezo casi cae al suelo pero el mayor la sostuvo por puro instinto,según él,de la pequeña cintura y la joven mujer se pegó al pecho de su esposo con miedo de golpear el suelo,con las heridas que traía ya le era suficiente.

Sus ojos se encontraron y Layla sintió en la palma de su mano el corazón de Henry latiendo,si se concentraba un poco creía poder llegar a escuchar el golpeteo que éste hacía contra el pecho ajeno,era un latido rápido,como si hubiera corrido una maratón de varios kilómetros por un par de horas,pero a los pocos segundos volvió a latir tranquilo con lentitud,a un ritmo normal.

—¿Te encuentras bien?—pregunta,Layla lo voltea a ver con los ojos grandes.

No se esperaba la pregunta sinceramente.

—S-Si—susurra—mareada—vuelve a susurrar.

—No puedo creer todo el trabajo que me haces pasar—habla antes de cargarla nuevamente al estilo nupcial.

—¿En verdad te tienes que ir?

—Sí,es un asunto que no puede esperar—su voz fría cala los huesos de la joven esposa.

Layla no dice ni pregunta más nada,estaba segura de que la dejaría abandonada con o sin llamada.

Henry la llevó a urgencias dejándola sentada en una de las tantas sillas y se marchó inmediatamente,sin decir palabra alguna la dejó sola por completo con un mareo horrible,fiebre alta y las heridas punzantes.Layla entendió que estaba sola en esto junto a todo lo que se vendría más adelante,no dió mucha importancia a eso y se apoyó con cuidado en la silla,las enfermeras y doctores pasaban de un lado a otro y aunque Layla trataba de que las palabras abandonen su boca éstas se negaban a salir haciendo que se comenzara a frustrar.

Por su lado solo el mismo Henry sabía que huía debido a su inexplicable deseo que había despertado de un momento a otro y lo tenían tan mal que su única salida era huir,se desabrocha los tres primeros botones de su camisa negra con una mano mientras conduce hacia la casa de Lucile. Sabía que una vez más había incumplido su papel de esposo pero ese contrato no le pedía que la tratara con amor o que la cuidara como si fueran un matrimonio real, no estaba obligado a cuidar de ella si salia lastimada por su cuenta,no era problema suyo.




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