Capítulo 13

Layla se sorprendió y recuperó la sobriedad en un instante preguntando que hacia ese hombre ahí,como había llegado hasta ella si no le había dado información alguna sobre su paradero.

¿El castaño acaso la estaba siguiendo?

—Tú me llamaste ¿no lo recuerdas?—la joven negó pero un flashback pasó por su mente.

Layla se dió cuenta que en lugar de llamar a Matías había marcado el último número que llamó su celular,recordó cuando Jackson marcó a su propio teléfono para tener el de ella,no se había dado cuenta debido al dolor de cabeza y gran mareo de haber llamado a la persona equivocada,era una total tonteria el equivocarse de aquella forma.

Layla ahora se sentía culpable por molestar a un extraño,bueno,casi extraño.

—Gracias,ya no es necesario que estés aquí—le sonríe de mala forma tomando su celular para,ahora sí,marcar a su primo.

Lo qué más quería Layla era mantener la distancia con la familia de su esposo y más aún con el hombre en su habitación de hospital,ese hombre tenía una sonrisa que a la chica le causaba escalofríos.

—Layla, ¿qué sucedió? no me digas que nuevamente te lastimaron—pregunta Matías alarmado.

—Hola,no,en realidad estoy en el hospital por mis heridas de la vez pasada—sonríe mirando sus manos.

—Te dije muchacha,al final terminaste en el hospital de cualquier forma—sabiendo que su prima lo necesitaba comenzó a ponerse el calzado.

—Lo sé,me hubiera ahorrado todo el dolor viniendo cuando me dijiste—susurra.

—Exactamente—toma sus llaves.—¿En qué hospital estás?—pregunta y la joven le da la dirección.—Estaré ahí en un rato,antes pasaré por la casa de Emilia—recuerda a su novia y llora falsamente.

—Enviale mis saludos—el chico ríe.

Layla no se llevaba muy bien con la novia de Matías,la mujer tenía una serie de comportamientos bastante extraños con ella y prefería mantener distancia,su primo entendía la situación de Layla y no la obligaría jamás a convivir con alguien que no la haga sentirse cómoda,por esa y mil razones más deseaba poder sacarla de ese estúpido matrimonio.

—Nos vemos al rato—se despiden y la chica cuelga el celular para dejarlo sobre la mesita a un lado de la cama.

—Lamento mucho haberte molestado—habla sentándose cómodamente—Ya puedes volver, Matías cuidará de mí.

—No me voy a ir—Layla fruncio el ceño.—No puedo dejarte aquí sola.

—Estaré bien—se levanta con lentitud de la camilla,las ganas de evacuar habían llegado.

—Ten cuidado, ¿a dónde vas?—pregunta Jackson parándose con rapidez para sostener a la chica,pero ella se niega.

—Necesito usar el baño,puedo hacerlo sola—Lleva consigo el gotero con algo de dificultad.

Jackson observa a la joven mujer caminar sosteniéndose de la pared con su mano libre,no apoyaba la mano con mucha fuerza debido a su herida perfectamente vendada,entró al baño y cerró la puerta con seguro.

Grave error.

Cerca de quince minutos después el castaño,extrañado de que la chica no muestre señales de salir de aquél lugar,golpea la puerta con suavidad,no quería asustarla si se encontraba haciendo sus necesidades pero al no recibir respuesta alguna golpea con más fuerza ya que el asustado estaba resultando ser él.

No hay respuesta después de golpear varias veces,por lo tanto toma impulso con todo su cuerpo dando de lleno a la puerta que no hizo un solo amague de abrir,suspiró e intentó una vez más rompiendo la puerta,con éxito esta vez,pero ganándose una herida en la mano gracias a las astillas que se clavaron sin piedad en su piel.

—Espero esto vaya a la cuenta de Henry y no a la mía—pensó—Tiana me mataría—tembló.

Entró al baño observando la bonita figura en el suelo,alarmado llamó a seguridad y a las enfermeras que corrieron en su ayuda sin pensarlo dos veces,una vez más levantaron con cuidado a Layla del suelo llevándola hasta la camilla viendo que no tuviera algún golpe grave en su cuerpo ni que sus heridas se hayan abierto,al ver que la joven se había hecho solamente un morado más para la colección, suspiraron,pusieron ungüento en él y explicaron al chico la causa del desmayo que había surgido gracias al gran esfuerzo al que ella misma se había sometido tras caminar por si sola tantos metros hasta el baño sin que sus heridas estén bien cerradas.Jackson agradece despidiéndose de los médicos que con una sonrisa salieron de la habitación cerrando la puerta.

Layla despertó a los pocos minutos confundida,con dolor de cabeza y sus heridas comenzaron a doler nuevamente,de manera leve pero dolía. Maldijo por lo bajo al pensar que tenía que haber aceptado la ayuda de acompañarla hasta la puerta del baño que se había ofrecido Jackson,ahora por culpa de su terquedad nuevamente sentía sus heridas punzar.

Sus ojos fueron a Jackson.

—¿Que sucedió?—pregunta.

—Te desmayaste—contesta el chico sentado en la silla.—y tu puerta se atascó—señaló la puerta rota y la chica abrió sus ojos sorprendida.

—¿Qué? pero ¿Como se atascó?—pregunta.

—Sepa papá Dios—se levanta de la silla para sentarse sobre la cama a un lado de la mujer que se alejó un par de centímetros.—Invitame a cenar cuando salgas de aquí—la joven lo pensó un momento.

—¿Por qué debería?—él hizo puchero.

—Alerte al guardia y llamé a las enfermeras—sonríe.—También me hice esto—enseña su mano vendada pero la joven no cree que su herida sea real.

La rubia lo piensa,Layla debía conseguir la respuesta a lo que había detrás de ese contrato que con confianza había firmado,pero tenía miedo de preguntarle a su abuelo directamente y no recibir la respuesta que tanto buscaba.Entonces por su cabeza cruzó la idea de que Jackson sabia más que ella y preguntarle mientras cenaban era una magnífica idea.

—Está bién,en cuanto salga de aquí te invitaré una comida—sonríe pensando que poco a poco iba a conseguir su preciada respuesta.

Por otro lado Henry entra a la habitación algo agitado,sin golpear ni nada,entra como si fuera su casa observando como ambas personas charlaban de lo más tranquilas,su ceño se fruncio en cuanto los ojos de Jackson se encontraron con los suyos, y su sangre la sintió hervir cuando el hombre a propósito le sonreía a su esposa como si fueran los más íntimos amigos,si los viera alguna persona ajena a aquel contrato estaría su preciada reputación en juego.