Dulce venganza

Capítulo 17

Llevaba cerca de una semana en el hospital,Matías la visitaba todos los días después de terminar con su turno,le traía regalos y hablaban por las tardes antes de que su esposo llegara.

Su primo tocó la puerta entrando a la habitación como ya se había hecho costumbre y le sonrió de oreja a oreja a la joven rubia que ansiosa se sentó en la cama,dejando de lado el libro que atentamente leía segundos antes.

—Dime que traes información—fué lo primero que soltó la joven emocionada.

—Hola,me encuentro perfectamente ¿y tu?—preguntó sarcástico el mayor.

Layla frunce el entrecejo al notar que la sonrisa del mayor no era debido a información sobre el contrato.

—No es mucho lo que tengo—la cara de la hermosa joven se ilumina—Hay un nuevo acuerdo,no sé en que los beneficia o perjudica a ustedes pero no parece ser nada bueno si lo agregaron después de casarlos—dice sentándose a su lado,la joven hace una mueca.

—Tendré que indagar más a fondo,no quería llegar a esto pero no me queda opción—ambos se miraron.

Lo que Layla menos quería era seguirse involucrando con la familia de su esposo,aunque no sabía si Jackson se podía considerar parte de la familia Harper pero de todas formas no tenía opción,no podía seguir tardando tanto.

Cuando Matías se fue dejándola sola en aquella habitación marcó el número sin pensar demasiado,sin darse tiempo a cambiar de opinión.

—Y está sorpresita—escuchó la burlona voz de Jackson al otro lado del aparato en su mano y suspiró profundo aguantando las ganas de colgar en su cara.

—Necesito hablar contigo—dijo Layla mirando por la ventana el mismo paisaje que hace casi siete días venía observando.

—De acuerdo—el joven sabía lo que la mujer quería saber.—Nos vemos por la tarde,iré a verte al hospital—dejando ir un "Hum" como respuesta al chico Layla colgó la llamada.

Layla volteó y su corazón casi sale corriendo de su interior cuando ante sus ojos se posó la enorme figura de Henry,el hombre la miraba como de costumbre,sus ojos impregnados en rabia y esas sombras que solo Layla podía ver saliendo por detrás de su espalda. La mujer sonrió y Henry se sentó en el sillón frente a ella,sin apartar la mirada de su esposa ni un solo segundo.

Henry notó el nerviosismo en la bella chica y sonrió de lado,una sonrisa que a Layla le causó escalofríos.

—Jackson está comprometido,creo que deberías abandonar tu plan de conquista,no vas a conseguir lo que quieres—Layla algo confundida trató de excusarse pero,como era costumbre entre ellos,su esposo la interrumpió.—No pienso escuchar tus tontas excusas.

—Nunca me escuchas—dijo la joven—ya sea cuando trato de explicar una situación o hablando casualmente—la joven estaba harta de su interrupción.

—No alces la voz—habló Henry con calma,una calma que desespera a su esposa.

—No estoy alzando la voz—susurra entre dientes.—Solo déjame explicarte.

—No estoy interesado,me importa tu explicación tanto como tú,nada—mostró sus perfectos dientes mientras se paraba de su lugar acercándose a ella.—Por cierto,tu estadía en el hospital se extendió—la joven lo mira a esos ojos azules que la hacían temblar,en su pecho se instaló un mal presentimiento.

Algo malo estaba pasando y su esposo no soltó ninguna explicación más que palabras que la dejaron aún más confundida y asustada.

—Lo sabías ¿no? Sino te hubieras quejado cuando supiste sobre ello—los ojos oscuros temblaron mirando sus manos.

Se escuchó la puerta ser cerrada,el silencio en aquella habitación era interrumpido por la respiración rápida de la mujer en la cama,tenía miedo de lo que pasaba por la cabeza de su esposo,el no saber que era lo que estaba sucediendo la estaba matando por dentro con lentitud,su mente imaginaba mil y un escenarios pero ninguno le parecía muy coherente y lo descartaba.

Marcó el número de Matías con rapidez,asustada al máximo.

—¿Hola? ¿qué sucede?—preguntan del otro lado.

No podía soltar las palabras,un nudo se había formado en su garganta y estaba tan nerviosa que todo parecía darle vueltas.

—¿Layla?—preguntó la voz de Matías nuevamente.—¿necesitas que vaya?

Matías sentía que algo estaba pasando,Layla no llamaría por una tonta razón y menos lo dejaría escuchando ese silencio que dejaba sus pelos de punta.

Tomó las llaves de su auto.

—Ya estoy yendo.

Layla negó al segundo.

—Es-estoy bien,solo quería escuchar tu voz—susurra,Matías extrañado observa su celular por un segundo volviendo a colocarlo en su oreja.

—Te estas comportando muy extraño,hace dos horas estuve contigo—dijo volviendo a colocar las llaves en su lugar.

—No es nada,estar aquí ya me comenzó a afectar—la joven observa el cielo gris por la ventana.—lloverá pronto,no olvides salir con paraguas—Matías sonríe.

—Sí,señora—se despide y Layla cuelga la llamada.

No había podido soltar sus miedos a Matías,cuando su mente tomó el control nuevamente la hizo reaccionar,su esposo simplemente estaba jugando con ella,mañana volverían a casa y jugarían sus respectivos papeles de esposos.

Sí,así debía de ser.

—¿Te encuentras bien?—una voz la hizo dar un pequeño salto.—Lo siento, ¿te asusté?—Layla sonrió viendo los ojos azul brillante frente a ella.

—Estoy bien,solo algo distraída—La bonita mujer se sentó en la silla a su lado.

—Lamento no haber podido venir antes,estuve ocupada con cosas de la empresa y tuve un viaje de negocios con mis padres—Layla negó con la cabeza.

—Te entiendo—la azabache sonrió entregando un paquete a la rubia.

—¿Para mí?—pregunta,la joven de ojos bonitos asiente.

Un hermoso pijama de panda fue lo que sacó de la caja,la rubia abrazó el pijama calentito en su pecho y le agradeció a la joven que miraba a su alrededor con grandes ojos.

—¿De verdad te lastimaste de esa tonta forma?—la pregunta de la joven tomó por sorpresa a Layla que se volvió a verla con sorpresa.




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