Dulce venganza

Capítulo 27

Eran cerca de las siete con treinta la de mañana cuando Henry llegó a su casa,sin darse cuenta se había quedado dormido y al ver la hora salió casi corriendo rumbo a la mansión.

Solo quería llegar y darse una buena ducha con agua caliente,entró a la casa con algo de pereza,le llamó la atención una de las chicas del servicio que al verlo agachó la cabeza y casi corrió a la cocina,ignorando a la mujer subió la escaleras pero al llegar a la planta de arriba se encontró con su esposa saliendo de otra habitación,algo extrañado asomó la cabeza con curiosidad. Tal parecía que durante la noche su joven mujer había mudado todas sus cosas a una de las tantas habitaciones de invitados. No prestó demasiada atención y continuó con su camino hasta su cuarto,abrió su guardarropa sacando algo cómodo para acostarse y tomar una merecida siesta.

Layla se sentó en la misma silla que la noche anterior en la cocina,dejó ir un suspiro y bebió de ese vaso con agua que la llamaba con ansiedad,había despertado con mucha sed,el día de ayer la había dejado sin fuerzas,lloró hasta quedarse dormida,suplicando que todo cambiara y deseando que todo su día fuese una pesadilla.

Pero al despertar solo pudo dejar ir un suspiro pesado mientras que su mente trataba de concentrarse en solo una cosa.

Vengarse de los Harper y de su propia familia,si es que a esa gente se le podía llamar así.

—Señora Layla—llamó la joven que minutos antes se había encontrado a Henry.

—¿Hm?—la rubia mira en dirección de la voz suave que había llamado a su nombre.

—¿Puedo tener dos días libres esta semana? Mi padre está muy enfermo y me gustaría cuidar de él—Layla asiente.

—Claro,no hay problema—la muchacha sonríe dando las gracias.

A la joven esposa le pareció extraño el comportamiento de la chica de servicio y algo extrañada se quedó observando el piso por un par de segundos,pensando que la joven parecía algo asustada al solicitar el permiso y si su esposo tenía algo que ver con dicho miedo.

No le parecía extraño si lo pensaba por ese lado,su esposo hasta ahora le había demostrado ser un completo ser sacado del infierno,él y todos los malditos seres que estaban a su lado.

Pasaron el día sin mucho que hacer,Henry durmió hasta entrada la noche mientras que Layla hacia algo de ejercicio para luego comer medio pastel de chocolate con frutillas. A la hora de la cena fue algo incómodo,sin decir una palabra, uno en cada esquina de la enorme mesa de comedor,solo se podía oír el suave masticar y los cubiertos contra el plato.

Layla fue la primera en levantarse de la mesa y junto a su plato dirigirse a la cocina,no podía comer con él en la misma habitación,no aguantaba su presencia en esas cuatro paredes. Henry simplemente observó en dirección de su esposa,su pensamiento era en blanco y su cuerpo actuaba por si solo,masticando y tragando por su propia cuenta.

Así fueron pasando los días,ignorandose el uno al otro,la graduación de Layla sería pronto y volvió a clases decidida a hablar con su profesor sobre un nuevo proyecto que tenía en mente,necesitaba cambiar su proyecto a último momento.

—Estoy segura de que será algo por lo que millones de personas venderían hasta su alma por obtener—la confianza de Layla en el proyecto era única.

—No creo que sea buena idea—habla el hombre sin mirar a la rubia.—estás a un mes de tu graduación,no podemos tomar estas precipitaciones—Layla negó,ella estaba segura de que lo lograría pero necesitaba su aprobación.

—Esto será fácil y barato,será lo que muchas personas importantes buscan,solo necesito que lo apruebe—a la mujer le brillan los ojos pero su profesor aún creé que no es una idea posible. —Profesor,sé lo que hago—el hombre miraba a su alumna a través de los cristales de sus gafas.—me haré responsable de todo—aseguró Layla frente al mayor pero él volvió a negar.

—No seguiré discutiendo esto,no es no—Layla asintió con la cabeza cruzando sus brazos.

—Bien,puedo hackear fácilmente su computador y hacer los trámites yo misma—la rubia observó sus uñas esperando la respuesta de su profesor.

El hombre pensó que tal vez el hecho de que su alumna fuera bastante inteligente con los ordenadores era algo que la mayoría de veces le resultaba un tanto tedioso. Sus ojos rodaron y dejó ir un suspiro antes de volver a abrir la boca para regañar a la joven.

—Es un buen proyecto y estoy segura de que ganarán millones si lo llega a aprobar una empresa real,viviendas económicas y familiares suena mejor que edificios caros y donde solo cabe una persona con su perro—el profesor frunce el ceño.

—Estoy bien en mi edificio con mi perro—la rubia iba a abrir la boca nuevamente pero su profesor comenzó a regañarla,otra vez.

En tanto esas dos personas discutían en un sí y un no alguién más se unió a Layla en aquella batalla interminable con su profesor,el hombre había escuchado la conversación de ambos y se encontraba muy interesado en el proyecto de la rubia.

Henry estaba sentado en la silla giratoria de su oficina,observando el paisaje hermoso de el mar a lo lejos,algo perdido en sus pensamiento. Desde aquella noche en casa de los abuelos de su esposa no podía dejar de pensar en la castaña de aquel retrato familiar,le resultaba tan pero tan conocida al igual que desconocida,sus sentimientos se mezclaban produciendo un par de miles de cosas en su interior,cosas que no le eran agradables.

Dejó ir un suspiro mirando la hora en su celular,un par de llamadas pérdidas lo hizo volver a su mundo real. Saltó de la silla tomando su saco gris colgado del perchero a un lado de su escritorio,saludo con la cabeza a varios de sus empleados y salió por la puerta principal del edificio,subió a su auto y condujo con algo de prisa hasta el restaurante donde habían quedado de verse,estaba seguro de que la mujer no le hablaría y haría puchero durante un largo rato.

—Maldita sea—dijo por lo bajo estacionando el automóvil en el parking del restaurante donde acostumbraban a almorzar.




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