Dulce venganza

Capítulo 28

—Lamento mucho las molestias—se disculpa la joven rubia con el hombre que se había unido a ella en aquella batalla interminable. —hablaremos más tarde—insistió la alumna a su profesor.

El profesor simplemente giró los ojos,ya bastante acostumbrado a ese comportamiento por parte de Layla.

—No tienes que disculparte por nada,en realidad estoy muy interesado en lo que comentaste a tu profesor—una sonrisa fue regalada a la mujer por aquel hombre desconocido para ella,gracias al alago la rubia se había puesto roja.

El profesor saltó de la silla en la que se encontraba sentado en su escritorio,al oír las palabras de su amigo salir de su boca.

—Genial,Lorenzo,ella es Layla Miller de Harper,es una mujer hecha y derecha—presentó el profesor.

—Layla,él es Lorenzo Williams,es director y co-fundador de empresas WW Americans.—la joven estiró su mano para estrecharla junto con la de ese hombre que no dejaba de sonreír.

—No se ofenda pero no quiero hablar sobre mi proyecto frente a alguien que no conozco—susurra Layla en dirección a su profesor.

—Si haces que este hombre invierta en tu creación,aceptaré que cambies tu proyecto a último momento.

Los ojos negros de la joven brillaron,le sonrió a su profesor y la misma sonrisa fue dirigida a Lorenzo,el hombre esperaba expectante las palabras de la hermosa rubia.

—Bien,le contaré sobre mi proyecto, pero antes firmará un acuerdo de confidencialidad,no puede contarle sobre esto a nadie más ¿entendió?

La seriedad de aquella mirada en la joven rubia hizo que Lorenzo estuviera más que seguro de la decisión que estaba a punto de tomar,la seguridad con la que Layla hablaba lo hicieron perderse por completo en ella,estaba tan inmersa en lo que había creado que el hombre estaba seguro de que podía verla brillar.

—Pero lo que hace atractivo y único a este proyecto es lo sencillo y accesible,estoy segura de que muchos desearan invertir en él.—la sonrisa a la hora de hablar sobre su idea era maravillosa y Lorenzo estaba seguro de que la joven frente a él llegaría muy lejos.

Él necesitaba a esa niña trabajando en su empresa,la necesitaba antes de que alguien más descubriese el talento que Layla recién comenzaba a descubrir,era un diamante en bruto sin explorar.

Henry se encontraba leyendo unos documentos en su oficina cuando una bella mujer tocó a su puerta,al ver a la chica solo dejó ir un suspiro masajeando su cien,cuando ella bajaba a buscarlo no era nada bueno,de eso estaba bastante seguro, cada que ella era enviada por su abuelo Henry tenía en claro que no la pasaría muy bien.

—Buenas tardes—saluda ella abriendo la puerta.

—Buenas tardes,Dayana—devuelve el saludo el hombre sin mucho animo.—Enseguida voy—se adelanta a las palabras que la mujer estaba a punto de dejar ir.

—Lo espera en su oficina—Henry solo afirma con la cabeza volviendo a sus papeles.—no lo haga esperar demasiado.

—Lo sé,lo sé—habla sin mirarla,la mujer sonrie cerrando la puerta para volver a su lugar.

Henry dejó ir un suspiro girando en su silla,odiaba cuando él lo llamaba,si tenía que subir a verlo de seguro no era nada bueno,estaba más que seguro que de esa oficina saldría regañado y con mil instrucciones nuevas que seguir.

Se paró de su silla con miles de pensamientos rondando su mente,abrochando el botón de su saco azul giró sobre sus pies caminando hasta la puerta,desde que nació su destino era este,su vida se llenó de lujos desde la cuna pero Henry admitía que ya estaba harto,existían días en donde quería abandonar todo y simplemente huir.

Pero no podía hacerlo,le faltaba valor.

No tenía idea de cómo vivir una vida fuera de todo eso,el dinero era lo más importante en su vida y era lo que le habían enseñado a amar,sus padres desde pequeño le enseñaron que el dinero era el único que jamás lo iba a traicionar.

Tocó la puerta de la oficina de su abuelo,escuchó el "adelante" y se metió dentro de la habitación. Henry sabía que la cara de su abuelo no iba a ser la más feliz,desde que su abuela había pasado a mejor vida no veía a ese anciano mostrar los dientes,se sentó frente a él en la silla.

—Aquí estoy, ¿qué sucedió?— preguntó Henry mirando los ojos de su abuelo.

—¿Cómo está tu esposa?—el más joven hizo una mueca que no pasó desapercibida por el anciano.

—Bien—contestó sin muchas vueltas,a decir verdad poco la había visto.

—Debes cuidar muy bien de ella si quieres llenar este puesto en mi retiro—Henry supo en ese instante que su abuelo tenía todo controlado para que el siguiente en subir a la cima fuera él.

Pero también tenía muy en claro que su prima no se iba a rendir hasta llegar a su objetivo,en especial su prometido.

Jackson tenía algo entre manos y ese hombre no traería nada bueno para él.

—Sí,señor—su abuelo no dejaba de mirarlo seriamente,algo más tenía para decir.—¿hay algo más que quiere que haga?

El mayor asiente.

—Necesito que hables con Harrison sobre el nuevo proyecto,hay algo que no me convence—el joven asiente y se para de la silla para retirarse.

Pero la voz de su abuelo lo detiene.

—Hay una importante reunión por la tarde,asiste a ella por mí.

Henry sabía lo que eso significaba,si fallaba estaba perdido.

Salió cerrando la puerta,caminando en total silencio hasta su piso,directo a su oficina sin pararse un solo segundo a saludar a sus subordinados o compañeros de trabajo,su mente estaba perdida en sus pensamientos,tal vez deseando una vida tranquila,algo normal.

Una esposa que lo amara de verdad y un hijo nacido del amor de ambos,solo le quedaba aceptar lo que tenía,una esposa que lo odiaba y un niño que será como un robot controlado por su familia.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.