Dulce venganza

Capítulo 30

—¿Hola?—su voz con suavidad preguntó a la persona que había llamado.—¿quién habla?

—¿Layla? soy Lorenzo,su profesor me dió su número—la rubia fruncio el ceño,hablaría con su tutor luego.

—Ya le dije que no iré con usted,no insista—la chica era seria,no tenía tiempo que perder en una empresa que no la favorecía.

Colgó antes de que Lorenzo pudiera abrir la boca para deprecar una vez más,Layla se paró y tomó las llaves del Mercedes que esperaba por ella a sus servicios,tendría que hablar con

ese hombre antes de que lo arruine todo.

Al llegar a la Universidad su profesor la recibió con una sonrisa.

—Señor Lorens,no puede estar dando mi número así como así—habla con suavidad y firmeza la joven mujer.

—Oh,lo siento—baja la mirada apenado.—Es solo que en verdad me gustaría que hicieras negocios con Lorenzo,lo conozco desde hace mucho tiempo y puedo confirmar que con él tendrias la vida resuelta niña—Layla negó.

—No quiero que revele mi nombre ni nada sobre mí a nadie más hasta después del proyecto ¿estamos?—el hombre asintió.—gracias—susurra.

—Aún no entiendo del todo tus razones para cambiar todo a último momento,pero ten cuidado,estas jugando con tu futuro.

La mujer sabía muy bien en donde se había metido,las cosas a partir de ahora no serían nada fácil pero su objetivo se iba a cumplir aunque eso significara perder todo lo demás,los Harper y su propia familia se pondría de rodillas frente a ella suplicando por su perdón,en especial el idiota de su esposo.

Deseaba que llegara ese momento,soñaba con ver a Henry arrastrarse detrás de ella,quería ser la última en reír con total satisfacción.

Para cumplir su objetivo no podía vender su preciado proyecto a nadie,ni este ni los que seguían detrás,sin ellos no podía hacerlo. Layla tenía todo perfectamente planeado,crear su propia empresa era lo primero en su lista.

—Lo veo muy interesado en mís proyectos—habla la joven observando al mayor. —si me ayuda con información sobre Heaven lab,esta dentro—los ojos del hombre brillaron con alegría.—traiga ante mí el contacto del responsable de la empresa,ya sea del director o presidente,también una carta de recomendación.

—¿Segura que no quieres participar con Lorenzo?—la rubia negó una vez más.

—Ya deje de insistir,por favor.

El hombre levantó las manos en son de paz,la rubia dejó ir un suspiro y volvió su vista a su profesor.

—¿Quiere tomar un café? Conozco un muy lindo restaurante cerca de aquí,yo invito—al oír la última frase el hombre saltó de su silla con alegría,casí corriendo a la puerta.

—¿A qué esperas? Vamos—la joven lo siguió hasta pararse a su lado y caminar charlando.

Henry llegó a la empresa de su abuelo saludando a sus empleados,la bonita secretaria le regaló una sonrisa siguiendo sus pasos dentro de la oficina que esperaba por él.

—Tiene una reunión con WW Americans a las ocho treinta,después de eso tiene una reunión con la señora Robert y antes del almuerzo su abuelo pidió verlo—Henry se sentó mirando el paisaje mientras escuchaba la voz de la joven,dejó ir un suspiro mirando la hora.

—Siete y cuarenta y siete.

Rezaba para que la nueva información de su amigo le fuera útil para cerrar la boca de su familia un buen rato,necesitaba que dejaran de hablar de que nada salía bien,Lorenzo era esa esperanza que le quedaba para poder ganarse aún más la confianza de todos y llegar a reclamar la fortuna que le corresponde.

Se dió la vuelta mirando a su secretaria.

—Tienes un niño ¿cierto?.

La joven algo extrañada asintió.

—¿Cuales eran tus síntomas en el embarazo?—habían pasado varios días,su esposa ya debería de estar en cinta,pero lo poco que la veía no podía saber si estaba o no.

Y siendo sinceros Henry tenía de todo menos paciencia.

—Bueno yo en las primeras semanas pasé con muchas náuseas y algunos mareos—El hombre asiente atento a las palabras de la mujer,tratando de hacer memoria de si su esposa tenía dichos síntomas.

Pero sólo podía recordar lo mucho que su esposa tragaba como puerco todo el día,esa chica no dejaba de comer en ningún momento,cada que se la encontraba estaba masticando algo,si no era alguna fruta era de esos licuados de colores dudos y que estaba seguro de que su sabor no era el mejor.

—¿Por qué la curiosidad,señor?—Henry volvió a ver a su secretaria y negó.

—Simple curiosidad.

La mujer se fue después de dejarle una nota con varias indicaciones de sus citas para el día a su jefe,Henry escuchó un par de minutos después como golpeaban a su puerta pidiendo permiso para acceder a su lugar de trabajo.

—Adelante.

Un rostro familiar apareció frente a él que lo hizo sonreír de oreja a oreja,expectante a que soltara todas las buenas noticias que estaba seguro su amigo le traía.

—¿Como estás?—pregunta con voz suave el hombre de lindos ojos.

—Tiempo sin verte. ¿donde estuviste escondido?—se levanta de su silla acercándose al hombre para darle un cálido abrazo.

—Viaje de negocios,miles de vueltas de un lado a otro ya casi no duermo—se lamenta Lorenzo mientras toma asiento en uno de los sillones frente al escritorio.—Por cierto,felicidades por tu boda, lamento no haber podido asistir.

Henry lo mira sin gracia.

—No tenías qué,no es nada serio,un matrimonio arreglado por esos ancianos no significa nada—cuenta con confianza a su amigo reclinandose hacia atrás.

—Hombre, lo siento.

Henry le resta importancia y se enfoca en el punto al que se muere de ansias por llegar.

—En fin,vamos a lo importante ¿tienes mi información?—sus ojos brillaron.

—Sabes muy bien que sí,pero hay varias dificultades con ESE proyecto en específico.—y a Henry se le borró la sonrisa.




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