Dulcemente Locas

Capítulo 4

TAMARA

(Esa noche)

 

Debía planear, siempre debo hacerlo... probablemente nos encontremos en la fiesta a Max y a su amigo pero eso no se lo he dicho a Miranda, es tan impulsiva esa japuta que sería capaz de arrancarme la cabeza por no habérselo dicho o incluso podría cambiar los planes y obligarme a ir a una discoteca, lo cual no será lo mismo porque esta fiesta marcara el inicio del verano.

— ¿Cómo me veo?— levanté mis vista del celular en donde estaba en Instagram stalkeando a Max.

Wau, sencillamente siempre me mata ver a mi amiga así.

Llevaba un deley blanco en V de mangas cortas y casi transparente que permitía ver su traje de baño de dos piezas del mismo color con manchitas rojas, de su cuello colgaba un atrapa sueños color rojo y sus orejas estaban adornadas solo con un par de aretes pequeñitos que van con su cabello castaño suelto y revoltoso.

— Pues si no fuera totalmente hetero, me volvería lesbiana por ti, cariño— sonrió satisfecha por mi respuesta.

— Vamos a divertirnos esta noche preciosura.

Me levante del sillón acomodándome mis shorts, debo admitir que mis piernas largas son una gran atracción para llamar a los hombres, mi top crop color azul cielo mostraba la mayoría de mi abdomen y era algo que me gustaba, si tengo buen cuerpo ¿Por qué no exhibirlo?

Fui a la nevera por mi sixpac de cerveza que nos alcanzaría para todo el camino de ida, al llegar será gratis, eso era lo mejor.

Nos subimos al auto, Miranda como piloto y encendió la radio, poniéndola en un volumen considerablemente bajo.

Bajé mi ventana y destape dos de mis cervezas, le di una y me volvió a lanzar esa sonrisa coqueta mostrándome su dentadura, perra tenía que ser.

— ¡Súbele a esa mierda que no somos ancianas!— grité a todo pulmón— ¡¡Tenemos 21!!

Subió todo el volumen que pudo y "How we party" de R3HAB retumbó por lo parlantes, era el remix de música electro perfecta para la ocasión, comencé a bailar como loca en mi asiento y de vez en cuando sacaba mi cuerpo por la ventana para que la briza fría de la noche azotara mi piel.

Sé que Miranda estaría haciendo lo mismo si fuera yo lo que manejara, es tan excitante escuchar música a todo volumen en un auto y los demás se enteren que estas enrumbado, que me podría correr dos mil veces en mi asiento.

Ya casi llegábamos y los nervios me estaban devorando, si Miranda se encuentra con Max y su amigo (especialmente el último), se armará una muy grande.

— Tara, ya conoces la regla, si no vas a llegar a casa me avisas, del resto, disfruta la velada—guiñó el ojo y se estaciono en el parqueadero atiborrado de autos. Bajó del auto, le dio el último trago a su cerveza y tiró la lata al suelo—. Nos vemos luego preciosura.

También hice lo mismo que ella, comenzaba el juego y que pasara lo que tuviera que pasar.

Bailando a la vez que movía mis caderas llegue a un grupo de personas de los cuales no conocía a ninguno, pero me acoplé rápidamente, saltaba ahora al ritmo de "Wizard" de Martin Garrix & Jay Hardway que sonaba fuertemente; antes de llevar esta vida, no sabía absolutamente nada sobre Dj's pero poco a poco e ir de fiesta en fiesta conocí de todo.

Los cuerpos se rosaban unos con otros y el sudor ya empezaba a deslizarse por mi rostro, la chica llamada Jane una de las del grupo, que ahora bailaba conmigo, metió su mano a la falda y saco un sobre plástico transparente, sé que es eso.

— ¡Que se prenda esta fiesta!— grité.

— Tómalo si te gusta el diablo— sonrió. Condujo la pepita de la felicidad a su boca y yo gustosa me acerqué para darle un beso y quitarle ese pedazo de felicidad con mi lengua, sin pensarlo la llevé a mi boca y tragué pasándola con saliva. Seguí bailando como si mi vida dependiera de ello.

La pepita mágica ya se estaba haciendo notar, una corriente me recorrió todo el cuerpo y mis bellos se pusieron de punta, los efectos como estos hay que aprovecharlos. Gire mi cabeza hacia Jane, lancé una carcajada como loca. ¡Por Gaia que muñeca más linda!

Salté por el nuevo remix que comenzaba, mi tronco se movía por si solo y mis caderas se movían al ritmo que marcaba el Dj... ta ta ta ta....que lindo monito de ojos azules.

— ¿Estás bien?— ¡Que fiesta más buena!

Miré al sospechoso de esa voz, era un lindo monito de ojos azules, varios tapices de mándala rodeaban su cuerpo.




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