Dulces melodías

Capítulo 1

Blake.

 

Trabajo en una librería que queda en el centro de la ciudad de Londres. No es un trabajo que me deje agotado realmente, siempre tuve pasión por los libros, y cuando conseguí este a mis 17 años, la verdad es que me puse feliz. Sabía que no iba a lidiar con algo que no me gustase como muchos adolescentes que a esa edad quieren conseguir las cosas por sí mismos, y consiguen trabajos que solo causan que se estresen cada vez más.

Al contrario, yo nunca me quejé. Llevo ya 3 años trabajando acá y es muy cómodo. Conozco a cada uno de los empleados y se puede decir que formé un lazo de amistad con dos de ellos: Skyler y Philip.

Ellos se gustan secretamente. Eso lo sé porque me lo confesaron. Todavía no sé qué esperan para seguir mi consejo, les aseguro que si lo siguieran, ya estarían besándose por todos lados.

Son unos idiotas, dicen tener miedo de cagar la amistad que llevan y que todo se vuelva incómodo luego. Yo sólo los alenté a que se animen a intentarlo, que hablen, y así sabrán qué pasará. Pero no me hacen caso. Parece absurdo que me pidan para aconsejarlos, y que ninguno me preste atención a lo que les recomiendo.

Se coquetean mutuamente y aun así Skyler tiene miedo de que Philip no la quiera como más que a una amiga, y viceversa.

Todos ven las llamas de amor a sus alrededores, sólo ellos no las notan. En serio que quiero agarrarlos del cabello y decirles: "A ver pedazos de estúpidos, ambos se aman. Ahora bésense y dejen el drama de lado". Y entonces los empujaría a que se coman la boca.

—Bien, ¿qué tipo de libros te gusta leer? —le pregunto a una adolescente que aparenta unos 16 años.  

—Quiero algún libro que tenga alguna historia de amor, pero ya sabes, de esos que no haya mucho drama de los que tienen millones de vueltas. Esos realmente hacen que enloquezca y quiera ahorcar a cada personaje —hace un gesto con las manos imitando como si ahorcara a alguien. Yo rio.

—A mí también me vuelven loco ese tipo de drama vueltero. Te acompañaría a ahorcar a los personajes y también a quién escribe el libro —camino hacia un estante donde se encuentra uno de mis libros favoritos de romance y tomo una copia—.  Adam Leins con este libro no te decepcionará.

La chica le da la vuelta para leer de qué se trata. Cuando termina sonríe.

—Bueno, espero que sea de mi agrado.

—¿Te gusta el chocolate?

—Uhm, ¿sí? —responde confundida.

—Si esa historia no es de tu agrado, entonces puedes venir a echarme toda la queja de lo que te haya desagradado y yo seré todo oídos. También te daré un chocolate de recompensa.

—Trato hecho —sonríe—. Si termino atrapada, seré yo quien te traiga un chocolate y podríamos hacer un repaso de lo que más nos haya gustado.

—Genial. Ven por acá. Son 15 libras.

Saca el dinero y me lo entrega.

Coloco un señalador dentro del libro y meto éste dentro de la bolsa.

—Aquí tienes. Que lo disfrutes —le doy una sonrisa mientras le entrego la compra.

—Muchas gracias... —mira la tarjeta en mi camisa que dice mi nombre—, Blake. Te veré pronto para discutir sobre el libro.

—Te esperaré.

—Nunca me cansaré de decirte que me encanta el trato que tienes con los clientes —dice Skyler—, eres muy encantador. Parece que te sale natural.

—Es porque así es. Me sale de esa forma, no lo sé. Me gusta ser agradable, preguntar qué es lo que suele gustarles o qué les gustaría leer, y ayudarlos.

—Eres genial, y por eso eres mi mejor amigo —me da una linda sonrisa y sus ojos azules se le iluminan. Le sonrío de vuelta.

—¿Qué me dices tú? ¿Cómo va esa historia que me dijiste hace un mes que empezaste?

—Muy bien, encuentro bastante inspiración y me va gustando cómo va quedando. Parte de la inspiración la encuentro en cierta persona —muerde su labio inferior. Ruedo los ojos.

—Sabes que te amo, pero ya me está cansando que des vueltas, Sky. Dile, yo creo que ya es hora.

—¿De qué es hora? —pregunta Philip deteniéndose frente a nosotros.

—Es hora de organizar un encuentro como lo hacíamos antes —responde Skyler rápidamente—, hace mucho no nos juntamos en casa de alguno a hacer maratón de alguna serie y a comer chatarra.

—Eso es cierto. ¿Cuándo nos juntaremos y en casa de quién?

—No tengo problema de que sea en la mía, ¿la próxima semana les queda bien? —Skyler nos mira.

—¿Viernes? —pregunto.

—Perfecto.

—De acuerdo. Como yo soy tan buena para prestar mi casa y ustedes tan lindos amigos, se van a encargar de la comida.

—Yo llevo las golosinas. Ya sabes que quien es bueno para la cocina es Blake.

—¿Por qué tengo que ser siempre yo quien cocina?

—Porque tú eres el mejor cocinero del mundo —Sky aprieta mis mejillas como suele hacerlo.



#44370 en Novela romántica
#11993 en Joven Adulto

En el texto hay: romance, lgbt, amor

Editado: 06.07.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.