Dulces Mentiras

Capítulo 16 [Los Blackstone]

Black

Al encontrarse de nuevo en la habitación. Sola, avergonzada, y un semi estado de decepción. Callie se sumergió a analizar la ropa nueva que Grant había adquirido para ella.

 

Mientras se debatia en cuál de los vestidos de etiqueta y estampado floral era el adecuado para usar, se llevó una mano a sus labios, señal de que sus pensamientos empezaban a desviarse hacia lo acontecido minutos atrás.

 

Grant iba a besarla. Besarla sin estar en público.

 

Grant había dicho que gustaba de ella.

 

Debería estar gritando como una pequeña colegiala enamorada. Pero caso contrario, analizaba de manera cautelosa, cuál sería su siguiente movimiento. 

 

Sinceramente, estaba buscando el coraje para volver a ver a Grant a la cara. Por qué después de ese roce, no encontraba su valentía para salir y tomar el desayuno junto a él.

 

Se mordió el labio inferior, dándose por vencida con sus torpes y acorbadadas decisiones.

 

Aspiró una larga bocanada de aire, y con ello, ordeno lo que en su distracción había movido de manera desordenada, y con ello salió de la habitación.

 

Se dirigió primero a la sala de estar, donde el agradable olor a comida hizo que su estómago emitiera un fuerte gruñido.

Grant estaba sacando recipientes con el desayuno, pero al sentir su presencia giró hacia ella, teniendo su atención inmediata.

 

Grant carraspeo. —El desayuno está listo.

 

Con un poco de timidez, Callie acortó la distancia para acomodarse en unos de los taburetes de la isla, con Grant frente a ella.

—Se ve exquisito. —musitó, viendo los sandwiches junto a dos vasos enormes de cafés, que al ver más de cerca la viñeta, confirmó que era de la cafetería a la que asistía todos los días—. ¿Fuiste hasta la cafetería cerca de la empresa?.

 

Grant sacudió su cabeza, negando sus afirmaciones. —Es un tramo bastante largo, pero no hay nada que no se pueda solucionar con unas cuantas llamadas. 

 

—¡Oh!... Entonces si no fuiste hasta allá... ¿Cómo...?

 

Grant le brindo una sonrisa suave. —Llamé y les pregunté que es lo que sueles tomar, y cuando me dieron la información, fui la cafetería de la esquina... Casualmente, ambas sucursales están aliadas.

 

Esa declaración le resultaba entrañable, aunque algunos lo llamarían obsesivo. Pero a Callie le resultaba tierno que un hombre como Grant, con pocos tiempos libres y muchas obligaciones, tomara más tiempo del necesario para hacer llamadas y investigar sobre sus gustos habituales.

 

Ningún prometido falso se tomaría tantas molestias.

 

—Es muy lindo y amable de tu parte. —exclamó, sonriendo en demasía—. Fue muy considerado. Gracias.

 

—Ahora estamos viviendo juntos, por lo que no será extraño que descubramos los gustos ó las cosas que puedan incomodar al otro... —Grant tomó un sorbo de café—. Con rapidez.

 

No cabía duda de que estaban escalando a pasos agigantados.

 

El desayuno podía ser una segunda oportunidad de marcar su estadía, y lo que sería su primer fin de semana viviendo juntos como un pareja que estaría a punto de contraer nupcias. Pero a comparación de cualquier encuentro en el pasado, el silencio predominó más de lo que hubieran deseado. 

 

Quizá y solo quizá...

 

La falta de ese beso predominó más que la incomodidad de hacer sido interrumpidos.

 

 

#

 

 

El timbre de la casa sonó el domingo por la noche, tomando a Callie y Grant por sorpresa.

 

Bueno... No esperaban que Joey llegara mucho antes de la hora estipulada.

 

—Voy a abrir. —informó Grant, dándole una mirada de apoyo.

 

Ciertamente, la cena no estaba lista, y quizá Joey se había emocionado un poco más de lo que una hermana predecía.

 

Callie caminó detrás de Grant, quién sin observar la cámara u otro medio, abrió la puerta con efusividad.

 

Recibiría a su cuñada.

 

Pero en vez de eso, las figuras femeninas del otro lado de la puerta, lograron que tanto Grant como Callie mostrarán sus rostros más expresivos.

 

—¿Madre? ¿Carrie? ¿Que hacen aquí?. —Grant no tardó en bombear preguntas, extrañado por la presencia de ellas en su casa.

 

—He estado muy bien, me alegra que lo preguntas, Graham. —la progenitora de Grant fijó la mirada en Callie, quién se elevaba de puntillas para verlas con más claridad—. ¡Oh, mira! ¡Es ella!.

 

La mujer que probablemente debía tomar como su suegra, pasó al lado de Grant dejando un beso en la mejilla y sin darle mayores explicaciones y se situó frente a Callie con una sonrisa.

 

—Soy Della Blackstone, la madre de este hombrecito. —terminó la frase con una risita—. Pero creo que conoces esa parte.

 

No la conocía.

 

De hecho, no tenía ni idea de quienes formaban parte de la familia Blackstone.

 

Quizá en el el pasado tuvo algunos nombres al azar, pero debido a su alta concentración en el trabajo, jamás les puso la doble atención que merecían.

 

—Un placer conocerla, señora Blackstone. —Ella formó una gran sonrisa—. Callie Evans. 

 

—Se quién eres, Callie. —Della miró ligeramente sobre su hombro a Grant—. Una de las partes más difíciles para una madre es enterarse que su hijo está comprometido por internet, que en vez de recibir una llamada suya con la noticia.

 

—Eso es verdad, todo internet sabe de ustedes. —añadió la tercera mujer en la sala—. Por cierto, soy Carrie. —señaló a Grant—. Su prima.

 

—Esperamos no interrumpir nada. —musitó Della.




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