Dulces Mentiras

Capítulo 19 [Cómo un cuento de hadas]

Callie

Hubo problemas y no podré encontrarme contigo en el vestíbulo. Pero el plan todavía sigue activo (y con mejoras).

 

Te veo en nuestro hogar.

 

PD: Usa algo casual.

 

 

 

Al parecer, Grant tenía un plan estratégicamente organizado para la noche, y debido a eso, Callie recibió un mensaje en su celular.

 

No sabía que tipo de mejoras podría haber, ni mucho menos cuál de todas las situaciones podía afectarle más.

 

El hecho de que el se esforzará por tenerle una linda sorpresa.

 

El que se sintiera decepcionada por no viajar de regreso junto a él.

 

Ó que Grant mencionara su penthouse como 'nuestro hogar'.

 

 

#

 

 

La hora de salida llegó rápidamente, y posterior a eso, no había señales de Grant por ninguna parte. Pero el auto en el que ambos viajaban, la estaba esperando como de costumbre.

 

Era la primera vez que viajaba sin él, por lo que el tramo se sintió solitario. 

Cuando llegó al penthouse, fue recibida por los maullidos alegres de los perros, por lo que Callie se agachó para acariciar sus tiernas y peludas cabezas revoloteadoras.

 

Pronto se dió cuenta de que Grant no estaba allí.

 

No pudo evitar preguntarse dónde se encontraba, y aunque él mensaje era más que suficiente para disminuir su preocupación y decepción, siempre iba a tener esas abrasadoras sensaciones.

 

Sabía que no iba a poder evitar ese sentimiento de soledad una vez que se adentrara más a la casa, por lo que en una rápida coordinación, decidió ponerles los correspondientes collares a Kira y Conny y sacarlos a pasear.

 

Dió vueltas por el edificio durante algunos minutos, mirando por encima de su hombre si algún auto familiarizado con Grant se acercaba al edificio.

 

Frustada de no ver un indicio de él, optó por enviarle un mensaje sencillo y amistoso.

 

Y segundos después, una llamada con el nombre y la fotografía de Grant apareció en la pantalla.

 

—¿Dónde te encuentras?. —preguntó Grant, en tono bajo y ronco, que Callie encontró sexy e indiscutiblemente sensual.

 

—Saqué a dar unas vueltas con Kira y Conny. Están entretenidas frente al edificio, ¿Tú?.

 

—Me dirijo hacia tí, ahora. 

 

—Eso suena bien. —comentó Callie, dando a demostrar su inminente entusiasmo.

 

Aunque no estaban frente a frente, no era imposible para Callie denotar que Grant sonreía tras la línea.

 

Suponía que el vivir juntos estaba dando sus frutos.

 

Ella carraspeó, formando una sonrisa burlona en sus labios. 

—Ahora bien, no estoy lista para tus planes, ¿Dónde vamos?.

 

—Solo ponte ropa cómoda, lo sabrás a su tiempo.

 

Callie resopló, un acto nada elegante para una dama.

 

—Define comodidad.

 

—Jeans, blusa y talvez algún abrigo ó chaqueta. Por qué es probable que esta noche sea fría. —hizo una pausa, como si estuviera recordando algún detalle—. Por cierto, abstente de usar esos palos con los que caminas.

 

—¿Palos?. —Callie empezó a reírse, sacudiendo las cadenas de Kira y Conny. No esperaba que Grant usara términos especiales para sus adorables tacones—. ¿Algún problema con ellos? Por qué déjame informarte que a la mayoría de los hombres les suele encantar una mujer con palos. Son un medio activo para la seducción.

 

—No es que no me gusten. Es sexy verte con tacones, pero en este momento estoy pensando en tu comodidad. Y esos palos no entran en ese rango. Vuelve a los tacones mañana.

 

—Que considerado de tu parte. —bromeó Callie. Tratando de alejar la palabra 'sexy' de su cabeza.

 

Grant se rió tras la línea. —¿Por quién me has tomado todo esté tiempo?... Casi estoy en casa, te veo en 10 minutos. 

 

Callie se sorprendió al escuchar lo cerca que estaba de llegar, por lo que con más entusiasmo guío a las perritas dentro del edificio para cambiarse y estar lista para cuando Grant llegara.

 

Decidió tomarle un poco la palabra a Grant y tomar la ropa más cómoda de su armario, algo que le tomo pocos minutos. Tras mirar con diversión a los que Grant denominaba 'palos', se aplicó un llamativo labial rojo, que con el suéter le daba un toque sensual.

 

Si no podía usar tacones, usaría prendas que la harían sentir sexy y atractiva bajo todas las miradas.

 

En especial, la de Grant.

 

Escuchando voces en la sala, Callie tomó un pequeño bolso y se dirigió hacia él. Sorprendida de verlo con un ramo de hermosas paniculatas y con ropas casuales.

 

Alguien había hecho su trabajo de manera anticipada.

 

Él se acercó con una sonrisa, depositando un beso en su frente para posteriormente dejar las flores en uno de los jarrones cercanos.

 

Saliendo de su ensoñación, Callie terminó de arreglar las flores, dejando que Grant le diera la espalda para saludar a Kira y Conny.

 

Ciertamente no estaba prestando atención a los flores, y pobre de ellas por qué eran hermosas y sus favoritas.

 

Pero la vista ante ella la tenía con el labio inferior entre sus dientes, murmurando incoherencias.

 

Grant llevaba unos pantalones que abrazaban firmemente su trasero, junto a una camiseta que marcaba en cada movimiento todos los músculos de la espalda y brazos.

Y si no fuera poco con su aspecto, la característica colonia que predominaba sobre la sala.

 

Si no estaba lo suficientemente comestible, podía llegar a desmayarse por la fragancia que desprendía.




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