Dulces Mentiras

Capítulo 21 [Intenso]

CallieLa gala era elegante y espectacular, la creme de la creme de la gran ciudad reunida en un pequeño espacio, donde se presentaban uno con otros como si fuera su primera vez. Mientras Grant, con la mano puesta en la espalda desnuda de Callie, hacia las debidas presentaciones, donde de manera silenciosa le presentaba a todos los jugadores que podrían beneficiarla, o ayudarla en un futuro a avanzar en su carrera.

 

Incluso si él no estaba presente en su vida.

 

Sin embargo, Grant no se distrajo con temas profesionales, ya que para él, esta noche era para Callie.

 

Únicamente para ella.

 

Por lo que, en lugar de atraer la atención de los socios, les decía que respondería el día siguiente en su oficina todas sus dudas y demandas. No dejaría caer en su sombra, sin importar lo mucho que la gente quisiera cambiar las conversaciones de Callie a él. 

 

Cambiaria de tema y lo enfocaría en ella.

 

Callie no podía sentirse más importante, con Grant en su cadera, no dejaba de mostrarla como el centro y el foco de sus conversaciones, porque ese era su objetivo. 

 

Eso y una velada tranquila y placentera. De lo cual tenía a Callie en el borde del éxtasis. Sin duda, Grant sabía tocar los puntos para llegar a su corazón.

 

A medida que la noche avanzaba, Grant estaba empezando a perder los estribos y con ello los objetivos que se había planeado durante el día. Por qué se estaba volviendo posesivo y codicioso con la sexy mujer a su lado.

 

Se estaba empezando a cansar de los imbéciles que veían a su chica como el ligue de su noche, de las miradas indecorosas sobre los pechos de ella, con las presunciones detrás de las tarjetas de presentaciones. No dudaba que en la fila hubieran hombres honestos y decentes, pero con Callie, una mujer hermosa e inteligente, no podía evitar sentirse en un concurso de meadas, donde ganaba aquel que tuviera más grueso su bolsillo y el poder que los respaldaba, además del aspecto físico.

 

Y Grant quería ser el único en mostrarle a Callie todas las de las que se estaba perdiendo.

 

De repente, Grant sentía que sus pensamientos se estaban volviendo los de un imbécil posesivo. Pero había compartido lo suficiente, y por lo que faltaba de la fiesta, quería ser egoísta y que ella centrase su atención solo a él.

 

Pero mirando a los próximos hombres mirando en su dirección, y con sus miradas sobre el trasero de su chica. La tomo de la mano y la llevo a la pista de baile, porque si dejaba que sus celos y el enojo ganaran la ronda, la gala se convertiría en cualquier cosa menos sofisticada.

 

Mientas giraban sobre la pista, Grant movió su mano de manera despreocupada sobre la espalda desnuda de Callie, sintiendo lo suave que su piel se sentía sobre las yemas de sus dedos.

 

Sus cuerpos estaban apretados, de manera que podían sentir cada delicado centímetro del otro al compás de la suave melodía. Por lo que toda pareja cercana les daba breves miradas, aireándose con la fuerte química y atracción que desprendían.

 

—Es como un sueño. —murmuro Callie, pensando que Grant no podía escucharla por lo alto de la música. Pero debería saber que a Grant jamás se le escapaba algo que tenia que ver con ella.

 

—Podría hacer esto toda la noche. —le respondió Grant, acercando sus labios al oído de Callie.

 

¿Era normal sentir un escalofrió por todo su cuerpo? Callie pensaba que la reacción que su cuerpo tenia al sentir el aliento de Grant haciéndole cosquillas en la concha de su oído no era algo a tomar a la ligera.

 

—Uhmm... —su voz sonaba reseca, por lo que hizo una pausa para aclararse la garganta—. Yo también. No quiero que esta noche termine. —exclamo con sinceridad—. Todo ha sido increíble.

 

—Debido a tu presencia. Tú hiciste que todo fuera increíble. —hablo Grant, con su voz tranquila, y sin intenciones de dejar pasar sin decirle lo que tenía guardado en su pecho—. Observa a tu alrededor. No hay persona que no te mire, eres la belleza del baile. Es tu momento.

 

—No es verdad. —Callie siguió mirándolo a los ojos, a pesar de que tenía curiosidad de ver si las palabras de Grant eran ciertas.

 

—Lo es. Mira sobre tu hombro... o sobre el mío. Notaras las miradas por sobre sus copas, y realmente no pudo culparlos. Es imposible no pasarte por alto, creo que sería más un pecado no hacerlo.

 

Sorprendida por aquel halago, Callie coloco su cabeza sobre el hombro de Grant, y tan rápido como clavo la vista en los demás invitados, noto algunas miradas indiscretas de parte de la población femenina y guiños de parte algunos hombres.

 

Pero no les presto más de la atención debida, sino que sus pensamientos se indujeron a las últimas palabras de Grant. Era cierto de la gente la miraba, pero nada de eso existiera sin él, es decir, si ella era la belleza del baile, es porque Grant la había hecho asi.

 

Con vestidos, joyas y todo accesorio utilizado para brillar esta noche. Inclusive el apoyo moral que tanto necesitaba.

 

Porque no creía que en pijamas o trajes económicos pudiera conquistar la atención de algún invitado.

 

Pero justo cuando estaba a punto de hacerle saber todas esas cosas a Grant, todo su cuerpo se endureció, como su algo o alguien lo pusiera al borde de manera tan abrupta. y justo cuando se estaba dando la vuelta, una voz familiar inundo el espacio, preguntando si podía interrumpir.

 

Fred Myers.

 

Callie hizo contacto visual con su ex, pero como si intentara que Grant se tranquilizara, entrelazo ambas manos. Realmente no tenía ganas de interactuar con Fred, por lo que sus ganas de mantenerse bailando con su prometido rápidamente se vieron opacadas por la grata presencia.




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