Todo se volvió diferente al día siguiente.
El viaje al trabajo fue diferente.
Ellos se miraban de forma diferente.
Inclusive la forma en que se tomaban la mano para entrar al edificio era diferente.
No había nada que no notara lo melosos que se habían vuelto, aunque no eran grandes rasgos, debido a que Grant jamás hacia un movimiento sin tratar a Callie como un enamorado.
Mientas se despedían con un beso demasiado caótico y de carácter privado, Antonio y Juliet los observaban a una distancia considerable, notando aquellas acciones de manera más notable entre el resto.
Callie se encamino a ellos con una gran sonrisa. Con el café y lo que ellos reconocieron como una bolsa de sándwiches, ella se sentó para repartirlos y ponerlos al día.
Juliet levantó una ceja en dirección a Callie. —¿Es lo que creo que es?.
—Es bastante sorprendente lo que les contare.
—Tenemos café y pan, no esperamos nada mas ¿O sí?.
Callie sacudió su cabeza, antes de resumirles los hechos del día anterior, mientras Antonio tomaba panecillos a hurtadillas.
—Fue extraño no verte venir a trabajar, tu eres un activo preciado para Blackstone industries. Aunque me parece bien que hayas tomado un día de las vacaciones que nunca tomas.
—Solo debes comer la mitad. —regaño Callie a Antonio, debido a las dietas por su enfermedad—. Yo tomare la otra mitad. Tu esposa nos matara si se entera que excedimos tu nivel de sangre con mucha azúcar.
—No sé va a enterar.
—¡Ja! Las mujeres tenemos un sexto sentido, es difícil no saber cuándo las cosas están sucediendo. —comento Juliet burlándose de Antonio.
—Me sorprende que no esté cruzando esas puertas para cerciorarse que estés siguiendo al pie de la letra las especificaciones del doctor.
—Creo que no se equivocan. Pero este viejo no es el centro de atención aquí. Dime Callie ¿Necesitaremos refuerzos?.
No dudaba que la pregunta fuera seria, pero de todos modos no pudo evitar reír.
—Cada día me sorprendo de las cosas que Grant hace por mí.
—Eso me suena a amor. —tarareo Juliet, feliz por Callie.
—Creo que te estas enamorando del jefe.
—¡Oh no! No es así. Simplemente estamos dejando fluir nuestra atracción, ya tal vez al final solo sea mero deseo carnal por el otro.
—No te siento tan convincente. Las cosas no deben ser así, para ninguno de los dos.
—No empezare a hacerme ilusiones. Mi comienzo con Grant no fue para nada bueno, y cuando las cosas empiezan así no terminan bien, es como una casa de naipes, mentira tras mentira almacenada, que al fin y al cabo terminara en el momento en el que piensas que nada podrá destruirlo. —Callie hizo un ademan como si ese asunto no le importara en absoluto, aunque su interior mente y corazón contara una historia diferente—. Además, en ese ámbito nada suele funcionarme.
—¿Te refieres a las relaciones?. —inquirió Juliet.
—Callie. —Antonio reclamo la atención de ella de manera inmediata—. Que hayas fallado que ese niñato estúpido, no quiere decir que será un efecto en cadena. Esa no es mala suerte, eso fue una perdida por parte de un imbécil que no tuvo ni tendrá idea de lo valiosa que eres.
—Esas palabras salieron del corazón. —Juliet deposito un beso en la mejilla de Antonio—. Pero tiene toda la razón, existe alguien afuera esperándote... o puede que ya lo tengas a tu lado. Y si es Grant deja que lo tenga que pasar suceda.
—No lo sé. —Callie suspiro profundamente, dejando a un lado su vaso de café—. Es muy difícil abrirte a alguien cuando ya lo hiciste y te decepcionaron. ¿Y si después de hacerle una confesión me deje o nuestra actuación se desmorona? Será muy difícil seguir adelante.
—Se positiva. No sabrás que pueda pasar si no lo intentas. Además, por tus conversaciones y la forma en que te trata, es un buen hombre.
—Hay muchas desventajas, ¿Y si e riesgo no vale la pena?.
—No lo sabrás hasta que decidas intentarlo.
Nadie siguió a presionarla con el tema, dejando que su decisión fuera libre de presiones y críticas por parte de sus aliados cercanos. Sabía que si de repente se ahogaba con sus propias acciones, podría volver y pedir algún consejo, de todos modos conocía el camino.
Se despidió de ellos y se encamino hasta su piso de trabajo, donde se vio interceptaba por algunos trabajadores con preguntas del proyecto, o halagos sobre lo esplendida que se veía la noche anterior.
Pero el que corono a todos fue el bonito arreglo acomodado en su escritorio, con una tarjeta brillante. Todo de un color rojo cereza, inclusive las paniculatas.
Callypso:
Anoche no hubo mujer que deslumbrara más que tú. Con ese vestido rojo que revolvió las entrañas de todos los hombres de la fiesta, definitivamente el rojo es tu color, porque combinado con tu belleza no hay hombre en la faz de la tierra que no vaya a caer a tus pies.
Callie estaba segura de que Fred era el que enviaba las flores, ó en todo caso los chocolates de las veces anteriores.
Encontraba extraño que Antonio no le dijera nada del arreglo, aunque después de meditarlo llegó a la conclusión de que debió haberlo olvidado.
Realmente no habían muchas personas en la gala que la conociera tan bien.
¿Por qué Fred estaba haciendo todo esto?.
Posiblemente se quería desquitar el concurso de meadas del día anterior, haciéndole saber en silencio que él también tenía historia.