Dulces Mentiras

Capítulo 25 [Un poco de locura]

CallieLa vista de la costa era más impresionante desde una de las habitaciones estrella, la cual estaba destinada para Callie y Grant. El interior de la habitación era como el sueño frustrado de una campesina que se disponía a encaminarse dentro de la gran ciudad, como lo fue ella en algún momento, por lo que no podía evitar pensar en que podía refugiarse durante lo que faltaba de su estadía con Grant, y no se quejaría en lo absoluto.

 

Pero eran invitados, y de un modo u otro debían dar a conocer su presencia. Porque probablemente Ginny vendría a atacarlos con su tono odioso y a sacarlos por sí misma.

 

—¿Qué se supone que deba usar?. —masculló Callie.

 

Grant miraba aleatoriamente los mapas del resort, sin tener idea de que decirle a Callie. —En el lado oeste hay un campo de golf, supongo que esa fue idea de gilipollas jugar golf un día antes de su boda.

 

—Supongo que sigue siendo un idiota con cabeza hueca. —murmuró Callie sin interés alguno. Terminando luego de varios después minutos con duda, el vestuario de ambos.

 

—¿Qué es esto, Callie? ¿Por qué diablos es este atuendo tan ridículo?. —le gritó Grant a Callie desde el baño, donde posteriormente Callie lo había depositado.

 

—Son atuendos a juego. —respondió Callie—. Si es un campo de golf, probablemente jugaremos también. Además me gusta la idea de que usemos atuendos a juego.

 

La falda de Callie poseía era de un tono nude hasta la mitad del muslo, junto a una camisa de color verde fluorescente, sin mangas y que mostraba gran parte de sus pechos.

 

Era como si tuviera un gran MIRAME estampado en su camisa.

 

Aunque Grant se obsesiono con el amplio escote, rápidamente se vio disminuido con los pensamientos de que otros hombres también verían lo mismo que él.

 

Según Grant, lo que solo era para sus ojos, labios… y demás partes que no se atrevía a pensar.

 

Por qué de ser así, no saldrían de la habitación.

 

Grant carraspeó para aliviar disimular un poco las miradas atrevidas que le estaba dando a ella. —Ahora sé por qué estoy vestido de verde… combinamos muy bien. —agregó él.

 

Callie se rio entre dientes. —Eso es correcto, siento que nos miramos adorables. Era esto o vestir de blanco, pero el itinerario decía que nada de prendas blancas a excepción de los novios. —termino con un encogimiento de hombros.

 

Grant se acercó a ella para tomarla por las caderas y pegarla a su cuerpo. —O te imaginaste lo sexy a llamativa que te verías y pensaste que de algún modo le harías pasar un mal rato a Ginny.

 

Ella le dio un beso rápido. —Puede que sea un poco de las dos. —beso—. Ahora debemos irnos, o llegaremos tarde.

 

Se movieron por el terreno en el pequeño carrito, bromeando y riendo hasta que se fueron acercando a la zona oeste.

 

Inmediatamente, Callie sintió que algo iba mal.

 

¿Por qué nadie llevaba ropa para golf?.

 

El grupo más grande estaba bajo un techo improvisado, conversando de manera animada y jovial, nada que ver con lo que Ginny había dado a entender horas atrás.

 

Lo que no explicaba era porque todos estaban vestidos de blanco.

 

Al bajar y antes de que las miradas aterrizaran ene ellos, Callie se escondió detrás de Grant, tratando de ocultar el revelador y llamativo atuendo que llevaba puesto.

 

Aunque nada de eso iba a servir.

 

—¿¡Qué es eso!?. —exclamó Ginny, caminando hacia ellos con una sonrisa burlona—. ¿Qué es lo que traen puesto? Es raro ver una función a estos horas.

 

La mayoría de personas empezaron a reírse por el comentario, y tras eso el sequito de amigas plásticas de Ginny uniéndosele detrás, como un supuesto refuerzo al drama.

 

Callie suspiró, dándose cuenta de que esconderse detrás de Grant no iba detener a Ginny de sus típicos comentarios, por lo que se situó al lado de su acompañante y se aferró a su brazo.

 

—Se supone que en el itinerario que enviaste a mi correo, mencionaba un traje de golf, y suponiendo que nos señalaste el oeste, que en los mapas señala un campo de golf, supuse que todo estaría unido.

 

—Sí, aunque normalmente nos vestimos con clase. —atacó, analizando sus atuendos—. No con ropa sacada de un basurero… o lo que sea eso que traigan. —Ginny negó con su cabeza—. ¡Oh, tontita! ¿Acaso no revisaste la nueva actualización? osea… nuevo lugar, nuevo itinerario. Los juegos de pareja serán de mesa, pero ¿realmente ibas a usar eso para el golf? Realmente no has aprendido nada sobre este estilo de vida… de adinerados.

 

Ginny movió un poco su cuerpo para revelar a una de sus aliadas más fuertes, Shiloh, quien no tardó en darle una sonrisa burlona a Callie y fijar la mirada en Grant.

 

Con más atención que el resto.

 

—Acaso Ginny, ¿esa no es la amiga granjera que tenías?.

 

—Por desgracia. —susurró Ginny en un tono bastante audible—. ¿Cómo le hace para aguantarla? Es repugnante.

 

Grant tomó la mano de Callie, apretándola con fuerza para que ella supiese que no estaba sola en esto.

 

Callie calló en cuenta que, Ginny orquestaba las cosas con demasiada minuciosidad y antelación. Estaba segura que si revisaba si correo, no encontraría un segundo correo de Ginny, con el nuevo itinerario sobre la boda.

 

Y ese había sido su plan para humillarla y recordarle el lugar donde según Ginny, Callie pertenecía.

 

—Di las palabras y los iremos de aquí. 

 

Callie se volvió para ver a Grant. —Y dejarle que gané, ¡Jamás!.

 

—Que terca eres, mujer. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.