Dylan
Podría decir que llevaba mucho tiempo en esta isla que el pasar de los días se hizo realmente rápido pero no, ya es mi tercer día y creo que cada vez las cosas pasan más lento, sin embargo hoy he decido ir a la búsqueda de espectros, he investigado por mi cuenta y justo hoy hay luna menguante dicen que los fantasmas suelen salir a buscar sus pendientes de manera que es el mejor escenario, a pesar de que me dijeron que seria aburrido quiero saberlo por mí mismo.
Los hermanos Eum son quienes hacen la búsqueda pero jamás van juntos, creo que es parte de la diversión de la isla o lo que quieran hacer ellos, tengo la idea de que pasaran muchas cosas esta noche, no porque la única persona que he hablado me acompañara sino que, salir de noche en esta isla hace que mis expectativas se eleven muy alto, soy una persona que cree demasiado en la magia que mantiene el sur.
-Dylan.- Grito mi tío
-¿Qué?- Respondí de la misma manera
-Sí, sales, deja todo cerrado yo me voy a dormir.
-Ya, abuela.
-Abuela tu mamá
Al ver la hora maldecí, no faltaban tres horas para que nos juntáramos al comienzo del bosque sino que menos de veinte minutos.
***
Mientras corría hasta el lugar que me encontraría con Kenai, rece porque aun estuviera allí, ya que después de todo no quería ir solo y con el creo que todo sería más divertido.
-Kanai.-Grite mientras me acerba a donde todos deberían de estar.- Ken...
-Cállate.- Susurro en grito.- Ya vienen
-¿Quiénes?- Susurre yo esta vez
-Los fuegos fatuos
Mientras que miraba hacia donde el mantenía la vista vi lo que él me trataba de decir, pequeños globos emergieron de la tierra a pesar de que estaban muy lejos logre distinguir que era pequeños fuegos que iluminaban el bosque en diferentes partes. Lo encontré hermoso como raro, era la viva muestra de que existían. Sentí la necesidad de ir detrás de ellos, pero Kenai no me dejo y negó, nos encontrábamos en el suelo mirándolos, como si bailaran sin cuerpo y cantaran sin voz, me estaban dejando sin respiración.
-Toma mi mano.-Sugirió y yo simplemente obedecí.
Caminamos entre ellos, no podía tocarlos, lo entendía muy bien pero si podía admirarlos además de seguirlos a donde ellos quisieran. El bosque cada vez se volvía más receloso de mí, de manera que no podía seguir por donde Kenai lo hacía, pero su mano fría me decía que no debería de soltarme que me podría de esperar algo bueno.
-Oye, ¿A dónde vamos?
-Al mejor lugar de esta isla, y al mismo tiempo un atajo para ir con los demás.
-Y ¿Debe ser en donde todo me golpea?- Le comente mientras que tres ramas me golpearon el cuerpo.
-No te quejes tanto y disfruta, este bosque no te conoce además de que luego de un tiempo no sabrás a donde ir ya que disfrutaras tanto de estas aquí que no querrás irte jamás.- Rio
-Bueno no creo que sucedan tantas cosas ya que solo estaré por lo que queda de mes.
-No creas todo lo que planeas, siempre algo hace que cambien.
-Poético.
-A mí me ha pasado mucho, deseo con ansias algo, lo planeo de una manera casi perfecta pero sucede algo y no puedo hacer que pase así, por lo que hay algo y crea una versión mejorada en donde todo puede ser mucho mejor o mucho peor.
-Universo caprichoso
-Me leíste la mente, pero también es quien te da lo que necesitas para llegar a lo que deseas.
-No entiendo, Kenai.
-El destino no te dará una mágica receta de cómo conseguir lo que quieres sino que te ira dando herramientas para que tu vayas creándolo.
-Hermoso pensar, pero el universo es sordo muchas veces.
-¿Y tú que has pedido?- Índigo ante mi respuesta
-¿Yo?, nada, solo que ver a aquellas personas que a pesar de que lo pasan horrible nunca obtienen lo que desean, me deja pensando.
- Y si en su pasado, ¿tuvieron todo lo que querían?, mantuvieron entre sus manos más de lo que podían ver y a pesar de todo fueron destruyendo todo a su paso.- Pregunto.
-Lo mire por un segundo.- Creo en ello y realmente lo pienso cuando veo las desdichas de otros, no obstante, ¿Cuan malvada y codiciosa debe de ser una persona para que todo esté en su contra?
-Eso es mala suerte.-Trago duro.- Mi madre antes de morir me decía que una persona que vive por mucho, fue una mala persona, cuando muere no descansa solo sigue pagando, todo lo que hizo, no obstante cuando aun así no pagas lo suficiente firmas un acuerdo.-Tiro más de mi mano.- en este acuerdo almas se comprometen a mantener una vida juntas.
-¿Cómo pareja?
-Negó- En este acuerdo se elige, quien será tu familia, tus enemigos, hasta de quien te enamoraras, aunque creo que todas las acciones son distintas. Por lo que de esta manera lograras llenar la cuota que creaste al pecar.
-Que raro, siento que esas palabras las conozco.
-Mi madre era una sabia.
-No digo lo contrario.
-¿Pero?
-El sentimiento que transmites lo reconozco, en otra voz.-Lo mire.- Es que cuando me lo propongo, hablo más de la cuenta con gente extraña, talvez la conocí pero no la recuerdo.
-Tal vez fue así.
-¿Y cuánto tiempo debemos de esperar para llegar?- Le pregunte ya que habia perdido la cuenta de cuantas ramas habían llegado a mi cuerpo.
-No seas impaciente, falta muy poco, para llegar solo debes de esperar un poco.
No creo realmente que hubiera pasado demasiado tiempo desde que hablamos, pero lo sentí, un sentimiento de que estamos en paz, era simple, las ramas comenzaron a disipar, el camino que nunca encontré desde que nos adentramos en el bosque, se abrió paso entre el musgo y el pasto; ¿Qué podría de decir? Realmente era hermoso, se asemejaba a las ruinas de la Amazonia, todo lo que algún día debió de ser hermoso ahora se encuentra cubierto con una gruesa capa de naturaleza, una rara mezcla entre musgo, hiedras y flores; quienes a su vez creaban una armonía.