Duraznos ensangrentados

17 Familia Eum

Dylan.

 

-Todos arriba, que hace un frio que me congelo.-Comente mientras me colocaba unos guantes, sé que es normal una temperatura de cinco grados, pero en mi casa era siempre estar entre los veinte y treinta grados, aunque no miento que durante la noche las temperaturas bajan estrepitosamente, pero comprendan vivía prácticamente en un desierto.

 

-¿Cómo es posible que sigas siendo tan sensible al frio?-Se burló Sal, mientras que Kenai le daba con una revista antigua.

 

-Muy fácil tú tienes como cien años siendo vampiro, yo solo llevo tres meses y ni siquiera soy uno completo.

 

-Realmente, hasta el momento nadie sabe que eres, sufriste de Seleka-Dyon, pero al final tú debes ser otra cosa, humano no eras, y tampoco un vampiro por ahora.

 

-Creo que Kristian debería saber, sin embargo no lo he visto y no es algo imprescindible en mi vida, no hay un libro donde diga mi dieta como tu vampiro añejo.

 

-Soy como el vino, bebé Dylan, con más años tengo, más me disfrutan.-Rio 

 

-Creo que deberíamos hacer un libro sobre eso, enfermedades producidas por Ada, desde el por qué, hasta el cómo resolverlas.

 

-Nos llevaría años.

 

-Y tendríamos que viajar a todas las partes que fue Kristian

 

-Justo en ese momento se me encendió la ampolleta.- China, Tailandia, Japón

 

-Brazil, Surinam, Granada.

 

-La isla de las especias.-Susurre 

 

-Exacto.-Contesto en conexión.

 

-Lo que piensen, es un no.-Corto tío Joseph.

 

-Pero...-Me queje 

 

-Son niños, no sé cuál de los dos sería la primera víctima de asesinato.-Comento.- Y Kenai, sé que tienen mayor capacidad para soporta el dolor, sin embargo, Dylan debe terminar su entrenamiento, ya se los dije antes.

 

-Puedo seguir enseñándole yo.- Expuso su punto Kenai, sereno ante el contrataque.

 

-Me lo dice quien no soporta beber vino con leche condensada.

 

-El licor daña el cerebro.

 

-Eso se lo creo a Dylan, no a ti, niñito de bien.

 

Kenai saco maduramente la lengua a Tío Joseph mientras este se estacionaba frente a la renta de botes, normalmente uno se iría por un arriendo con música incluida o alguien que esté hablándote de probablemente leyendas que nunca ocurrieron en las costas o sobre criaturas que salen en la noche desde los pantanos, para que tu pareja se asuste y te abrace, cosas que nunca me ocurrirán ya que tanto Kenai como yo, somos muy asustadizos.

 

-Deberíamos venir de noche para escuchar los cuentos de terror.

 

-Kenai.-Suspire

 

-Sí, mi Dylan.

 

-Te asustas hasta de una musaraña.

 

-Era salvaje 

 

-Sabiniano la rescato, ya que hay vientos polares

 

- ¿Y? 

 

-Podría morir

 

-Hubiera sido mejor.

 

-Es un animal que ni siquiera reside en américa del sur.

 

-¿Y qué hacía aquí?

 

-Lo entenderíamos, si estuviera con nosotros y no se escondiera cada vez que te ve.

 

-Sin embargo olvidas algo, gracias a mi puedes ver películas de terror sin tener pesadillas.

 

-Realmente sigo teniéndolas una semana por película.

 

-Por eso voy todas las noches a cuidar de ti.-Susurro cerca de mi oído y sentí mi cuerpo vibrar, desde que le prometí a mi mamá no dejar mi corazón blando frente a Kenai solo porque nos conocemos de otra vida, él ha hecho todo lo posible por tener momentos así de íntimos, para que mi atontado corazón deje de latir.

 

-y n-no deberías, po-por algo tienes tu cuarto en tu casa.-Coloque mis manos en su cuello para que no viera mi rostro sonrojado.

 

-Me encanta ir a verte y dormir juntos, para luego hacer como que recién vengo llegando solo o con Sal.

 

-Sabes que no debería.

 

-Lo se.-Sonrió en mi cuello.- Pero me fascina verte 

 

-Tonto.

 

-Lo seré, pero si con eso puedo tenerte todos los días a mi lado, seré un tonto por toda nuestra existencia.

 

-No tienes que ser un tonto, por tanto, no obstante puedes ser alguien más en otra parte.

 

-¿Donde?

 

-En mi co

 

-Chicos vamos a la fila.- Grito Sal frente de nosotros.

 

En este justo momento no siento mi cara, mis brazos o piernas, estaba confesando mis sentimientos luego de conocer mejor a Kenai, sentí mi alma descubierta por segundos y todo se fue al caño, uno defectuoso ya que no exploto, se quedó allí con todo, mientras Sal nos separaba al ver que nosotros no lo hacíamos, tengo la sospecha que todo esto fue por tío Joseph, y me siento en la necesidad de comenzar una venganza.

 

-Cada uno a mi lado, así me gusta, calladitos.-Rio entre dientes.

 

-Sal.-Alego Kenai tratando de soltarse.

 

-Mis niños, esto se llama hermosa venganza, no he podido hablar con Joseph por culpa de ustedes, tu tío, Dylan me ha hecho la ley del hielo infernal, nada de besos ya que te tiene que cuidar, nada de hablar sobre nosotros porque Kenai vive prácticamente en su casa.

 

-Pero no siempre.-Murmure con un puchero.

 

-No obstante es lo suficiente para que se negué a todo, por lo que hoy se hará la diferencia entre la ley de hielo y nuestra vida.

 

-Si nos sueltas, los dejare solo por una semana Sal.-Negocie.

 

-Ok, solo porqué tu tío me mira demasiado.

 

-¿Por qué se demoraron tanto?-Pregunto.- La fila es eterna y no creo que disminuya por un momento, es agosto deberían de irse a sus casa no al fin del mundo.

 

-Somos el fin del mundo, por algo hay tantas personas Joseph. Comprendes ¿Cuantas personas han enviado?



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En el texto hay: misterio, lgtb amor, almasgmelas

Editado: 24.03.2023

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