Duraznos ensangrentados

19 Señor Martín, La resurrección

Kenai 

 

Me mantenía a punto de cerrar los ojos por octava vez, no es que las últimas veces no haya dormido de aburrimiento, pero esta vez no me dejaron mantener una mini siesta, ¿Quién lo diría?, que los vampiros pudieran dormitar y tomar siestas, ya que de verdad esta es una situación crítica, todos están enojados, tirando pancartas de hace veinte años como una bola, hablando del clima aunque sus voces son tan débiles que solo a nuestro oído, lamentablemente, podemos escuchar. Hasta el idiota que nos trajo hasta esta casate duerme, hace mas de una hora que se oyen sus ronquido o suspiros de un arduo trabajo, ya que ver nuestros “testimonios”, que en verdad son preguntas al ire sin direccion alguna, no creo que sea tan estresante.

 

-Kenai, no te angusties o duermas de nuevo, que no soy un niñero express.- Ánimo con voz de cansancio

 

-No estoy angustiado.-Susurre.- Solo aburrido, llevamos como tres horas aquí, además que Dylan debe de estar preocupado como Joseph.-Piqué 

 

-Lo más probable es que estén buscando una manera de sacarnos de aquí, tal vez ellos crean que estamos bajo las rejas o sufriendo las mil penurias.

 

-Espero que solo nos estén esperando con un pie de manzana, ya que verán que no tenemos nada que ver con aquellas desapariciones, al fin y al cabo tendríamos que ser un super vampiro con rapidez nivel dios para correr de un lado de la isla al otro o para atacar a tantos  a la vez.

 

-Y¿No podemos?- Cuestione

 

-No, eso sería para uno completo y antiguo, como nuestros hermanos que decidieron irse, ellos mantendrían la fuerza de un vampiro completo además de experiencia desde tu creación todos son unos adole vampiros.

 

-¿Es porque carecemos de la sangre de Kristian?

 

-Si.-Felicitó.- ¿Cómo lo supiste?

 

-Los libros, mantienen una gran información y más si llevas tantos años estudiandolos aunque de igual manera hay lagunas de información que no he podido encontrar. 

 

-Eso es muy fácil, te faltó tiempo con el viejo, yo llevo unos cien años estudiando junto a él hasta que se fue.

 

-¿Te dolió cuando se fue?

 

-No, o bueno si, pero te tenia que cuidar a ti, eras un niño solo en el mundo, a pesar de tu edad, mantenias una gran dependencia emocional hacia él por lo que viviste, lo hiciste tu segundo padre.

 

-Era mi tío antes de convertirme, así que claro que después de perder todo sería casi mi padre.-Sonreí amargamente.- A mi si me dolió perderlo y mi única diferencia es que me aislé en el estudio, a lo que sumó que también decidí no salirme demasiado de mi burbuja.

 

-Realmente estabas en un domo hasta que apareció, Dylan, no se como te cambio tanto en un mes, o sea ya han pasado una mayor cantidad, lo que te ha hecho más payaso de lo que sueles ser. 

 

-No soy un payaso pero tampoco soy tan evidente, no como Dylan cuando dice que le atraen las mujeres, cuando comenzamos a charlar me seguía la conversación, era tierno.

 

-Solo tú puedes verlo tierno, si mantiene una cara que desea tu muerte más tiempo de lo que debería, si hasta Clark del museo le dio miedo.

 

-Es solo un pingüino mal comprendido.

 

Cuando estuve a punto de soltar una carcajada me di cuenta de que Martin, bueno el señor Martin que nos odia llego, no se que habra pasado en estos meses que no lo vi, ni que por algún motivo nos tuviéramos que ver, ya que al final solo el lo hacia por su querido odio hacia nosotros, hacia que lo encontráramos en cada esquina de esta isla, solo faltaba que fuera redonda y que él hubiera encontrado una manera de hacer esquinas.

 

Mantenía un uniforme mucho más elegante que el de las veces anteriores, no es que anduviera con arpos antes, solo que el corte de su vestuario era más imponente, hasta su sombrero se podría decir que mantenía un nuevo corte.

 

-Hola Eums o ¿Debería decirles sus verdaderos apellidos?- Se rio apuntandonos.

 

-Hace mucho que nos veíamos señor Martin, ¿Es que acaso lo encontraron con lo de la corrupción?, le dije que no lo hiciera, ya que uno va preso.

 

-Estupidos- Soltó 

 

El profesionalismo se perdió junto al uniforme.

 

-Como ven durante el tiempo que no nos vemos que son como.-Hablo pensativo.- Unos ¿Siete meses? he subido de grado, luego de años soportandolos por fin puedo aplastarlos como las cucarachas que son.

 

-Usted no puede hablarnos así, aunque sea un rey, este país no lo permite.- Se apoyó en el asiento Caín.

 

-Caín Valverte, siempre hablando sin pedir permiso, como se nota que son todos hermanos o bueno seria mejor decir que la beneficencia que hicieron con ustedes.

 

-Si esta tan hablador con su veneno, ¿Por que no nos dice, si ya nos podemos ir?- Preguntó ahora Camilo 

 

-A pesar de que me encantaría, pero no quiero, ser suboficial tiene sus límites.

 

-¿Cómo puede ser Suboficial si bordaba lo más bajo de su institución?-Acotó ahora Beltrán desde su puesto.

 

-Siempre tuve muy buena disciplina que ustedes no lo supieran por solo ver sus cuentos infantiles no es mi culpa.

 

-Suboficial Martin, nos alegra que haya venido.- Semi gritó el cabo o quien sea que nos haya traído hasta aquí.

 

-No grite que estoy a su lado. ¿Dígame, ellos que hacen aquí?-Nos señaló con su mentón.

 

-Vinieron a dar sus testimonios ya que son unos de los principales sospechosos en las desapariciones de una cantidad considerable de personas, son quienes le hablamos hace unas horas.

 

¿Principales culpables?

 

-Ok, ¿Ya tiene ya listo todo?

 

-Si, aquí tiene todo lo necesario, Suboficial.-Le dio una carpeta



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En el texto hay: misterio, lgtb amor, almasgmelas

Editado: 24.03.2023

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