Durmiendo con el enemigo.

3

 

EMMA'S POV

Luego del funeral nos fuimos al estudio del abogado de Lottie  donde estaba también el tipo encargado de leer el testamento.

Me preguntaba si esas personas se sentían incómodas al estar allí y presenciar el desconsuelo de las personas que tenían delante de suyo.

Aunque era consciente de que no todos se mostraban completamente tristes al asistir a aquel lugar, en especial aquellos que realmente estaban esperando que alguno de sus parientes muriese para obtener así una cuantiosa cantidad de dinero. Yo no era de esa clase de personas y mucho menos Lewis.

Podía afirmar sin dudar que tanto él como yo preferiríamos tener a Lottie de vuelta con nosotros a tener que recibir dinero a cambio.

Dejé mi auto en el cementerio, pediría que lo remolcaran a casa .Costaría un poco más de dinero que si lo conducía  yo misma pero sinceramente no creía tener la fuerza ni estar lo suficientemente preparada mentalmente para conducir.

Iba acurrucada en el asiento trasero del asiento de mis padres, tratando de pensar en absolutamente...nada.

Y respondiendo sus respuestas con monosílabos.

—Cómo te está yendo en el trabajo

—Bien.

— ¿Necesitas dinero?

—No.

—Comida.

No.

—Ropa

—No.

—Cambia esa actitud—gritó mi padre—Pareces una adolescente

Definitivamente había acabado con su paciencia como cuando tenía 15 años y le respondía de mala gana a preguntas extremadamente simples.

Nuestras miradas se encontraron en el espejo retrovisor y la mía decía a gritos “estás bromeando”. Acababa de perder a la única persona que me importaba en el mundo y pretendía que me comportase como una persona racional.

Estaba loco.

Entendía que para ellos también había sido una pérdida bastante grande. Prácticamente la habían visto crecer, era como una hija más para ellos. Esto era lo más parecido a perderme a mí y muy dentro mío deseaba que la que estuviese bajo tierra fuese yo y no ella. Después de todo ella tenía muchas más cosas por las que vivir.

—No.

—Dejen de pelear, por favor —dijo mi madre.

—Perdón—murmuré y bajé mi cabeza para ocultar las lágrimas que se habían acumulado en mis ojos.

Cerré los ojos e intenté dormir un poco, pero mi sueño fue interrumpido cuando papá frenó bruscamente y me dejó en el estudio.

—Iré a buscar un lugar donde estacionar—dijo aún enojado.

—Está bien—respondí y cerré la puerta con más fuerza de la necesaria.

Lo oí mascullar cosas poco agradables hacia mi persona pero no me importó.

Entré al edificio y me dirigí al ascensor que me llevaría hasta el piso 9.

En el trayecto recordé cuando jugábamos en los ascensores de los shoppings y como los guardias se enfadaban con nosotras y amenazaban con llamar a nuestros padres pero siempre teníamos la excusa perfecta para que no lo hicieran.

—No encuentra a su madre—solía decir Lottie a cualquier mujer que se nos cruzaba por el camino mientras yo largaba lágrimas de cocodrilos por mis ojos.

—No encontramos la salida—solía decirle yo a los guardias del lugar cuando nos encontraban en lugares donde no deberíamos estar.

—¿Sabe dónde está el baño de damas?— era otra de las preguntas que hacía cuando sabía perfectamente donde estaba pero nos venía como anillo al dedo cuando nos encontraban husmeando en el baño de caballeros.

Los recuerdos pararon en cuanto la caja de metal emitió un golpe seco y las puertas se abrieron, dejándome en la pequeña salita.

Era la primera en llegar y por un lado estaba aliviada por ello aunque no tanto, si debía ser honesta. 

Miles de preguntas vinieron a mi mente en milésimas de segundos.

¿Y si solo me habían citado a mí? 

¿O peor si habían citado también al imbécil de su ex? ¿Al padre de Liv?

Sé que es el padre de esa hermosa niña pero lo que le hizo a Lottie no tiene nombre ni perdón ni lógica.

Me acerqué al escritorio de la recepcionista.

—Hola, quería saber si vendrá alguien más.

 Ella se fijó en su agenda para estar segura.

—Sí, te citaron a ti y a una persona más. Puedes pasar si quieres en algunos minutos comenzará la lectura del testamento.

—Gracias.

Al ingresar al pequeño estudio que tenía el abogado de su familia quedé deslumbrada con la cantidad de libros que habían allí .No eran tan interesantes como los libros que me gustan leer pero era libros en fin.

—Buenos días—dijo Mr. Brighton—Debes ser Emma.

—Está en lo correcto.

—Toma asiento, la reunión debería  haber comenzado hace rato pero no podemos empezar sin que la otra persona citada esté aquí.

—Lo entiendo y lo siento por la demora—me disculpe.

—No te preocupes después todo llegaste temprano .Ahora siéntate y cuéntame cómo era tu relación con Charlotte.

Y le conté sobre nuestra infancia, las travesuras, las veces que estuvimos castigadas  y como nos escapábamos a escondidas, le conté cuando entramos a la adolescencia nuestros desamores pero evite contarle la parte en la que había tenido un pequeño "romance" con Lewis. Un romance que no terminó del todo bien y que es la causa por la cual ahora no podamos estar en la misma habitación sin tratarnos mal o ignorarnos.

Alguien llamó a la puerta cuando estaba contándole sobre el día en el que su hija había nacido.

—Lo siento por llegar tarde —dijo una voz demasiado familiar para mi gusto

Giré mi cabeza con miedo de ver que podía encontrar y sentía como mi mundo se desvanecía cuando vi a Lewis parado en la puerta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 




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