Durmiendo con el enemigo.

11

Me quedé en esa sala sola  pensando. A veces la cabeza es capaz de viajar a momentos importantes que vivimos y en este momento mi mente decidió viajar a esa noche.  

Era imposible no hacerlo dado que no todos los días se vive algo así.

Era su cumpleaños número 18 esa noche, era algo grande algo importante. Cuando un hombre cumplía 18 era tan importante como cuando una chica cumplía 16.  


Decidí ponerme algo sencillo, menos es más dicen y por eso decidí apegarme a esa regla, pero a pesar de esto y de que al principio parecía tener bien en claro que era lo que iba a usar esa noche terminé sacando toda la ropa de mi guardarropa y parecía como si una bomba hubiera explotado allí dentro.  


Tomé mi vestido negro de mangas largas, unos stilettos y me coloqué poco maquillaje.  


Alguien llamó a la puerta de mi habitación.  


— ¿Estás lista?—dijo mi madre mirando el desorden que había en mi habitación. Por suerte se había dado acostumbrado de que yo fuera así no le sorprendía nada y sabía que ordenaría. 


— ¿Fue larga la charla?—preguntó.  


— ¿Que charla?—la miré confundida, luego caí en la cuenta de que le había contado que había estado hablando con Lewis hasta tarde la noche anterior. A veces me dan ganas de golpearme a mí misma por abrir demasiado mi boca.


— ¿Y?—preguntó ansiosa.


—Estuvo bien—dije quitándole importancia—Pero me quedé dormida. 


—Está bien—Apúrate. Salimos en 10 minutos —dijo y salió de mi habitación.  


                                                                               🎉🎉🎉 
En el camino los nervios me estaban comiendo y sentía que ya no me quedaba más uñas para morder, además de que obviamente había arruinado lo que había hecho en ellas. 


“Genial”, pensé. 


Llegamos al salón y este ya estaba lleno de gente, obviamente estábamos citados a las 9, pero llegamos a las 10.La impuntualidad es lo que caracteriza a nuestra familia. 


Cómo ya no quedaba más lugares disponibles tuve que sentarme al lado de Lewis, quería sentarme al lado de Lottie  pero ese asiento estaba ocupado por su novio Chad.  


—Feliz cumpleaños—dije mientras me acercaba a él para darle un beso en su mejilla pero el corrió su cara, y como resultado terminé dándole un beso en la comisura de su labio. Y como no mis mejillas se tornaron rojas .Odiaba eso.  


— ¿Estás bien Emma?—preguntó Lottie preocupada. 


—Sí, si—dije mientras fingía que arreglaba mi cabello.  


Esa noche estaba realmente lindo. No debería decirlo pero lo dije o lo pensé .La fiesta se fue pasando rápido, no había demasiado que hacer hasta ese momento solo estaba su familia y luego llegarían sus amigos .Ahí es cuando me arrepentía de no haber invitado a nadie, seguramente me pasaría la noche sola.  


— ¿Te quedarás?—preguntó Lottie. 


—No lo sé, no invité a nadie y posiblemente estaré sola toda la noche. 


—Nada de eso, estarás conmigo, después de todo Chad no se quedará y estaremos las dos solas, nos haremos compañía, la pasaremos genial ya lo verás—dijo guiñándome un ojo.

 
—Está bien—murmuré sonriéndole.  


Cerca de las 12 de la noche sus padres llamaron a Lewis al escenario y le entregaron las llaves de su apartamento nuevo. Cómo era un hombre grande podría vivir solo y esto sería el comienzo de algo nuevo. A la 1 de la madrugada no quedaba ningún adulto y con Lottie estábamos al mando de todo esto ya que éramos las personas mayores en esa habitación. 


Naturalmente al no haber personas mayores, realmente mayores, las cosas se salieron un poco de control. No hace falta mencionar que había demasiado alcohol y el alcohol suele ser malo, nubla los pensamientos y saca a flote otro lado de nosotros.


Mientras estábamos sentadas con Lottie en una mesa alejada de la pista de baile, Lewis se nos acercó y se sentó a mi lado. 


Al principio pensé que solo querría charlar pero me di cuenta de que esos no eran los planes que tenía cuando empezó a subir una mano por mi pierna.  


Una especie de fuego comenzó a prenderse en mí y trate de reprimir mi sorpresa, después de todo, su hermana estaba allí.  


Me paré de la mesa.

—Voy a tocador—dije dando una de mis mejores sonrisas 


—No te demores—dijo Lottie—Que tiene que ayudarme a controlar a estos imbéciles—dijo riendo ganándose una mirada furiosa por parte de Lewis.


En realidad había ido al baño no porque lo necesitaba, había ido porque necesitaba poner mis pensamientos en orden de forma urgente. 


La puerta del baño se abrió y por ella entró Lewis quien no dudó en un segundo en acorralarme contra la pared para besarme, era como si él fuese el cazador y yo la presa indefensa. 


—Luego de la fiesta iremos a mi apartamento nuevo—dijo susurrando en mi oído y apretando mi trasero ligeramente. 


—Está bien—sonreí nerviosa. 


La fiesta terminó a las 8 de la mañana o por lo menos para nosotros termino a esa hora porque debíamos ordenar el salón, dejarlo en condiciones para que tras persona lo ocuparan esa misma noche. 
Lewis estaba durmiendo en un sillón improvisado que hicimos con Lottie, el cual contaba con dos sillas. 


—Lo despierto yo o lo despiertas tu—dije señalando a la silla. 


—Ve tu a, ti no te dirá cosas groseras o no te pegará. 


—Cómo lo sabes. 


—Te adora, básicamente por eso 


Me adora tanto que me besó y me toqueteo pensé internamente. 


Me acerqué a él y lo toqué tímidamente un hombro. 


—Lewis...—dije moviéndolo despacio 


— ¿Qué pasa? 


—Debemos ir a casa. 




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