Cuando Liv se fue a dormir a su habitación, nos quedamos los dos solos.
Fue bastante incómodo al principio, sabía desde hacía un tiempo que nada bueno pasaba cuando nos quedábamos solos, sobre todo luego de nuestra abrupta y extraña separación.
Solo peleas, insultos, gritos y seguramente uno terminaba llorando, ese uno siempre era yo y otro cargaba con un montón de remordimientos, posiblemente ese otro era Lewis. Por un tiempo esa situación era soportable, hasta que llegó el momento como pasa con todo, se volvió insostenible y las discusiones eran peores, el me echaba la culpa a mí, yo a él, y así sucesivamente, hasta que tuve el valor de alejarme de eso, no quería volver a eso, no quería sentirme así de mal. Nunca.
Me levanté de la cama para empezar a cambiarme y así irme a dormir. Con mi cabeza un poco confusa, de repente una pregunta no paraba de repetirse en esta.
¿Por qué había elegido esa canción?
Salí del baño dispuesta a acostarme, y a dormir tal vez un poco más de lo que suelo dormir, debe ser la falta de sueño la que hace que piense cosas así.
Lewis estaba recostado contra la cama ,tocando algunas notas de una canción que me pareció reconocer, pero preferí preguntarle, no quería equivocarme y ofenderlo. Odiaba que las personas confundieran las canciones, no entendía cómo podían hacerlo, simplemente no lo toleraba.
— ¿Qué canción tocas?—dije sacando las sábanas y ahuecando la almohada para acostarme luego en esta.
—Look after you—dijo sonriendo—Hace mucho tiempo que no la tocaba.
—Me parecía—dije sonriendo.
— ¿Y por qué no empezaste por ahí?
—Porque sé lo mucho que te molesta que las personas confundan las canciones y no quería molestarte.
—Recuerdas eso.
—No te olvides que nos conocemos hace mucho tiempo, prácticamente desde que tú tienes 2 y yo 3, no me olvido de las cosas. Recuerdo muchas cosas—dije despacio.
— ¿Cómo cuáles?
—Déjalo—dije.
No quería caer en ese juego, sabía que si empezaba a pensar en eso los recuerdos me invadirían, me pondría melancólica y no… No era buena idea.
—Vamos—dijo levantándose de la cama y dirigiéndose a un mini bar del cual desconocía su existencia
Se sirvió un poco de whisky.
— ¿Quieres?—dijo meneando la botella de un lado a otro.
No era mala idea, después de todo tal vez me calmaría un poco y ordenaría mis ideas.
—Sírveme un poco —dije saliendo de la cama.
Debía decir que mi pijama no era el más apropiado. Estaba en una habitación sola con un chico y mi pijama era un pequeño pantalón y una remera de tirantes ,bastante pegada.
—Bonito pijama—dijo sonriendo mientras recorría mi cuerpo con la mirada, demorándose más en algunas partes que en otras.
—Muy gracioso—dije golpeándolo en el hombro.
Me tendió el vaso y se sentó en una banqueta. Yo hice lo mismo.
—Ahora dime—me miró fijamente. Tenía que admitir que sabía cómo mirarme, sabía que efecto tenía en mí el que me mirara.
— ¿Qué otras cosas recuerdas?
Enumeré un montón de recuerdos.
—Cuando te subiste a la patineta e intentó hacer algunos trucos para impresionarme. En ese tiempo desconocía sus sentimientos hacía mi.
Él se unió a mi viaje en el tiempo.
—Cuando nos íbamos de viaje con nuestras familias. Las navidades que pasamos juntos.
—Cuando dijiste lo que sentía por mí pero luego se acobardó. En ese momento pensamos que era el final de todo esto, lo que desconocíamos era que solo era el comienzo.
—Cuando te ofrecí mi campera.
Y muchas cosas más, hay algunas que no recordaba que las recordaba.
Luego de un silencio incómodo, habló.
—Tengo una idea—dijo sonriendo mientras miraba hacia la nada.
Sabía que nada bueno pasaba si hacía eso. Era muy raro que pasara algo bueno. En realidad si pasaba algo bueno pero luego se transformaba en algo malo.
— ¿Y si lo intentamos de nuevo?