Durmiendo con el enemigo.

21

 


Los días en el hospital pasaban sin pena y sin gloria. Alguien moría, alguien nacía, alguien era concebido en una pequeña habitación de hospital, alguien era dado de alta, alguien recibía el peor diagnóstico de su vida, a otros le daban la mejor noticia de su vida. Los niños corrían por los pasillos, y se oían lamentos, llantos, gritos, risas, era como un gran contenedor de emociones.


Si alguien me preguntara en estos momentos cual es mi miedo más grande. Posiblemente la respuesta sería morir, como la respuesta de muchas personas que estaban en la misma condición que yo o en una condición peor o mejor, pero todos en aquel hospital, y de esto estoy 90% segura, tenían miedo de morir.


Tenían miedo de dejar a su esposa, a su esposo, a sus hijos, a sus padres, a sus amigos. A todas las personas que amaban, solos, desconsolados y buscando una respuesta al porque eso había ocurrido. Pero esa respuesta nunca llega y es por eso que en algunos casos la gente suele resignarse y usar la misma "respuesta “para calmar su dolor. Ahora están en un lugar mejor.


Pasó una tarde. Comencé a sentirme mareada ,luego mi presión bajó y luego mientras iba perdiendo el conocimiento escuchaba a los lejos el sonido infernal del "peep".


Los doctores hicieron lo que más pudieron para ayudarme, pero al parecer este era mi final, no podían hacer nada, o no quería irme ,no quería dejar solo a Lewis, no quería  y no podía dejarla sola  a Olivia, no creo que pudiera soportarlo.


Luego de 15 minutos lograron reanimarme ,lo cual me dio un poco de esperanza ,no mucha ,pero si lo suficiente para seguir luchando.


Debería volver y lo haría.


Me habían sedado, por lo tanto estaba dormida, pero el efecto se estaba yendo así que estaba en un estado dormida —despierta, un término medio por así decirlo.


La puerta se abrió y sentía pasos que se acercaban a mi cama. Asumí que era una de las enfermeras que venían a chequear si todo estaba bien, pero dudo que la enfermera me tomara de la mano, se la llevara a la boca y la besara.


Por lo que entendí que la persona que estaba a mi lado era Lewis.


Suspiró y comenzó a hablar, aun sabiendo que yo no iba a escuchar y que no iba a responder.


—Me contaron que casi te vas. Que casi nos dejas. Nunca se te ocurra hacer eso de nuevo—dijo apretando mi mano fuerte—No sé qué haría sin ti. No voy a hablar de Liv porque ella es una chiquilla inteligente y prefiero que te lo diga ella, cuando estés despierta y venga a verte. Voy a hablar de mi 
Sé que estas aquí por mi culpa, si no te hubiese insistido tanto, tal vez hubieses conducido con más cuidado, y no hubieses tenido este terrible accidente ,pero por favor no me dejes, aún tenemos muchas cosas que vivir, muchas cosas que hacer, muchas cosas que hablar. Todavía no tuve la oportunidad de demostrarte lo agradecido que estoy porque quisiste intentar que esto entre nosotros funcione de nuevo, tampoco me diste la oportunidad de decirte todos los te amo que tengo guardados desde hace años, desde que éramos chicos y no entendíamos nada del amor, pero nosotros quisimos darle una oportunidad para ver de que trataba. Y cometimos nuestros errores, pero también cometimos nuestros aciertos, debo confesarte que soy el hombre más feliz del mundo al saber que fuiste la primera chica, mi primer chica en todo, mi primer beso, mi primer acto caballeroso. ¿Recuerdas cuando te ofrecí mi campera mientras descansabas en la cama de tu hermana porque pensé que tenías frío? Yo me estaba congelando, pero prefería enfermarme yo, a que te enfermes tú .Si te enfermabas, te quedarías en cama y no podría verte. Fuiste mi primer te amo, y mi primera vez y esas cosas no se olvidan tan fácilmente ,intente olvidarte con muchas personas, con muchas chicas, pero ninguna supo ocupar tu lugar, a algunas de ellas les faltaban cosas que a ti te sobraban, pero para ser honesto a algunas les sobraban cosas que a ti te faltaban. Pero de verdad ahora en estos momentos me siento el hombre más afortunado del mundo porque aún en estas condiciones puedo sujetar tu mano y hacerte saber que estoy contigo  y que no me iré. Me escuchas no te dejaré—apretó nuevamente mi mano—Así que espero que hagas lo mismo. Quédate a mi lado. Y hazme feliz, hazme feliz como lo llevas haciendo hace tanto tiempo, y ahora me haces muy feliz porque por fin tengo lo que quiero, no sabes lo que me gusta despertar  y verte acostada a mi lado, verte sonreír, escucharte cantar esas canciones melosas que amas, ver como tratas a Liv como si fuese tu hija y no la hija de tu mejor amiga. Todo eso me hace feliz .Me haces feliz. Todo esto sería aún más desafortunado si fuésemos dos personas que recién se conocen, pero nosotros tenemos una larga historia que espero que siga creciendo día a día. 
La silla se corrió y sentía como su cuerpo ejercía cierta presión sobre el mío. Se inclinó sobre mi cuerpo y besó mis labios delicadamente. No tenía idea de cuánto extrañaba su contacto y estaba seguro que el también lo extrañaba de la misma manera en la que yo lo hacía.


—Cuando estés dispuesta a volver, espero que sepas que te esperaremos con los brazos abiertos. Te extrañamos. Vuelve pronto por favor.


Dijo y se fue de la habitación.
Volvería, claro que lo haría. No dejaría que nuestra historia llegara al final. No aún.




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