Salí de allí y me dirigí a mi casa .Debía empezar a empacar las cosas.
Después de todo no teníamos que mudarnos hasta la semana entrante pero prefería tener las cosas preparadas con tiempo. Siempre fui así prefiero hacer las cosas así a dejarlas para último momento.
No podía decir lo mismo de Lewis. Algo me decía en mi interior que él tardaría más de un mes en terminar de trasladarse.
Pero yo no y esa era otra cosa que nos diferenciaba al uno del otro.
Sin embargo no podía juzgarlo por eso ya que cuando era más chica hacía eso y luego me encontraba con millones de cosas que hacer y poco tiempo para hacerlas. Con el tiempo aprendí a corregir ese error entre otros tantos como por ejemplo, no volver a confiar en Lewis Townsend.
Miré a mí alrededor y solté un sonoro suspiro.
Sería raro irme de aquí a una casa nueva, bueno en realidad no la consideraba tan nueva, sobretodo porque la última vez que había estado allí fue hace 2 años para el "Almuerzo de Reencuentro".
Ese día volvía de la universidad a casa, por lo tanto Lottie había decidió hacer un almuerzo de reencuentro e invitó a toda su familia, a mi familia y a otra familia amiga.
Los recuerdos de ese día, lamentablemente para mí eran borrosos, hubiese deseado que no fuera así pero solo recuerdo pocas cosas, lo demás está en las fotos.
Quizás si no hubiese bebido tantas margaritas podría recordar mejor las cosas y acobijarme en esas memorias cuando me sintiese mal.
Lo único que sé es que al parecer ese mismo día había estado muy cariñosa con Lewis. El motivo no lo sé, no nos habíamos mostrado así, ni de ninguna otra manera desde ese verano.
Una sonrisa apareció en mi rostro al pensar en lo que habías ocurrido aquella vez.
Habíamos vuelto del cumpleaños de la prima de Lottie por lo tanto era la prima de Lewis. Era 4 años menor que Lewis y 3 años menor que yo pero nos llevábamos bastante bien.
Había sido una fiesta bastante importante, en especial porque los padres de la niña eran asquerosamente ricos y trabajaban en el ambiente del espectáculo por lo que no habían faltado caras hollywoodenses en el lugar.
Quizás habría disfrutado más de eso si Lottie y yo hubiésemos sido pues... Nosotras, sin embargo en esa ocasión éramos cualquier cosa menos "Lottie y Emma". Podía decirse que estábamos atravesando un bache en nuestra relación ya que ella no soportaba la idea de que yo estuviese con su hermano.
Y esto influía en mi relación con él.
Para ayudarme a que me sintiera un poco mejor, Lewis no paró de darme tragos durante toda la noche. Como consecuencia habíamos vuelto demasiado borrachos a casa.
Debía admitir que la barra libre sonaba bien en un principio, pero esa noche no tenía control de mi misma. Era una noche importante, tanto para ella, como para mí, claro que era una noche especial pero por motivos distintos.
Lewis estaba excesivamente guapo y cuando digo excesivamente guapo lo digo en serio. Rara vez había conocido un chico al que los trajes le quedaran tan bien.
Yo en cambio, había ido con un vestido para nada espectacular llevaba mi pelo lacio, poco maquillaje .Sencilla pero aún así no me convencía y menos al ver a las chicas que estaban allí. Una era más linda que la otra pero aun así él no dejaba de mirarme.
Traté de no darle mucha importancia a ese detalle porque me pondría más nerviosa de lo que ya estaba.
Era la única chica que no pertenecía a su familia que estaba en esa fiesta. Y eso era algo importante.
No había forma de que las cosas salieran mal esta noche y tanto Lewis como yo lo sabíamos.
Volvimos a las 8 de la mañana. Y lo hicimos los dos solos porque Lottie decidió volver con un chico que había conocido en la fiesta.
Sus padres se habían quedado en la casa de la abuela de Lottie, tendrían un desayuno familiar, tradicional que se celebraba cada vez que alguien cumplía años en la familia.
Sin embargo, Lewis dijo que iría a almorzar ya que no se sentía tan bien y comprendieron que como una persona que rozaba la mayoría de edad, se sentiría mal a mañana siguiente por haber tomado demasiado alcohol.
Lo que menos esperaban era que yo me ausentase al desayuno por la misma razón.
Jamás esperarían algo así de la niña buena, de la "pequeña Emma". Había algo que ellos no sabían sobre mí y era que ella había muerto hacía rato.
Al llegar a su casa bajó del auto y buscó torpemente en el bolsillo del traje las llaves de la casa. Luego de intentarlo 3 veces se dio por vencido.
—Estoy demasiado borracho—rió y se apoyó en la pared.
— ¿No hay otra llave?—pregunté preocupada mientras frotaba mis manos por mis brazos para ganar un poco de calor. A pesar de ser verano a esa hora hacía demasiado frío.
—De... Debajo de la maceta—respondió mientras me recorría con la mirada.
Sentí como me ponía roja en cuestión de segundos.
Tomé la llave y abrí la puerta.
Lo agarré del brazo y lo obligué a entrar, empujándolo con fuerza.
—Ven si seguimos pasando frio, nos vamos a enfermar.
— ¿Dormirías conmigo?—susurró muy cerca de mí a la vez que se sentaba en el sofá.
Debo reconocer que era una tentadora propuesta pero sabía que si la aceptaba luego me arrepentiría.
—No lo creo.
— ¿Por qué no?—inquirió algo molesto.
—No es lo correcto.
— ¿Es que no sientes nada por mí?—hizo un mohín, como si fuese un niño pequeño.
Esa pregunta y la forma en la que la hizo, generó que en mi cuerpo todo se alborotara. Mis músculos se pusieron rígidos, sentía literalmente como millones de mariposas invadían mi estómago, y sentía que mis piernas no respondían.
—Sí —contesté en un tono tan bajo que no estaba segura de sí me había escuchado
Dios, odiaba comportarme de esta manera. ¿Justo ahora debía ser tímida?
— ¿Entonces? ¿Qué te impide hacerlo?